Falacia, falsedad, bola, trola, cuento, engaño, ficción, patraña. Todas estas palabras son sinónimo de “mentira”. Y mentira es el título de este artículo.
Un extranjero es bienvenido en Chile dependiendo de una serie de circunstancias y ninguna tiene que ver con ser solidario. Más bien nos guiamos por el egoísmo y el interés.
Si el que viene es un futbolista, cantante o un millonario se les considera personas de bien, son bienvenidos allá donde vayan. Pero la cortesía se acaba cuando el forastero es negro, colombiano, peruano y a ”quitarnos el trabajo“ entonces haremos todo lo posible por machacarlo.
«El racismo es siempre inútil, degradante y humillante para el país de acogida. Corrompe el espíritu de una civilización que cada día está más cerca de desaparecer.»
Basamos nuestra relación con el otro en una serie de estereotipos (creencias preconcebidas sobre las personas). Se ve también en otros ejemplos; si es negro y vive en La Condes pensaremos que se trata de un empresario, responsable, con un auto caro, empresario, etc. Pero si él mismo ejemplo lo situamos en un barrio como La Legua, lo más probable es que pensemos que se trata de una mala persona, traficante, un delincuente. Nunca se nos ocurrirá que ese ha sido el único sitio donde ha encontrado un arriendo barato.
Ante la posibilidad imaginaria de que un extranjero pueda quitarnos el trabajo, la fraternidad desaparece y el ”querer como amigo al forastero“ se convierte en un mito.
El hombre no es racista por naturaleza, por lo que para superar esa tendencia se necesita cultura, es decir, educación, aprendizaje de las diferencias, control de los instintos y lucha contra los prejuicios y la ignorancia.
El hombre por naturaleza nace libre de orgullo o estupidez y de todo sentimiento preconcebido. Es después cuando se le inculca la desconfianza hacia todo lo diferente. Por lo que como en otros aspectos de la vida, el aprendizaje debe comenzar en la escuela. Ya que los adultos raramente renuncian a sus ideas retorcidas.
Resulta evidente pensar que agredir a un inmigrante no da trabajo al agresor. Tener miedo del extranjero jamás ha calmado la angustia, ni ha producido beneficio alguno más que odio.
El racismo es siempre inútil, degradante y humillante para el país de acogida. Corrompe el espíritu de una civilización que cada día está más cerca de desaparecer.
Que nadie olvide el porqué hoy en día en Chile existe la Ley Zamudio.
Comentarios
06 de junio
Las posiciones sobre la inmigración en Chile se basan en falacias, tal como acá se indica.
No es verdad que los inmigrantes son «personas que buscan aportar» a nuestro país. Tampoco es verdad que nuestra cultura, requiera de » valiosos aportes» culturales como la música, las creencias o la cocina de grupos inmigrantes, las que «enriquecerían» nuestra cultura.
Tampoco es verdad las generalizaciones burdas como que «los colombianos son delincuentes» o que las «mulatas son prostitutas» o «los haitianos son ignorantes».
Hablar en serio del tema implica dejar de lado esas falacias y esas consignas y apegarnos a la realidad.
Por ejemplo, determinar cuáles inmigrantes (colombianos, estadounidenses, españoles o cualquier otro país) tienen antecedentes criminales por narcotráfico, asaltos y homicidios en su país y cuáles no, dejando ingresar a estos últimos y no a los primeros. Los ingenuos de siempre me dirán «hay que darles una oportunidad para que se rehabiliten», cierto, pero en sus propios países y no a nuestra costa.
Me parece lógico que los chilenos discriminemos entre quienes queremos que convivan con nosotros y a quienes no queremos que convivan con nosotros, no por sexo o raza, sino según sus antecedentes penales, así como por su comportamiento en nuestro país.
Si delinquen, que se vayan, sin importar raza o procedencia.
0
13 de noviembre
Muy nobles propósitos… Yo soy peruano de nacimiento e Italiano de nacionalidad. Conozco muy bien a los chilenos como a las pupilas de mis ojos. Hablo como ellos, vosotros. Pero enmiendo cada frase con mi peruanidad ardiente. Adoro Pablo Neruda y vuestra Violeta Parra como nadie nunca a querido a nadie. Ahora mi Chile porque digo mi Chile porque siempre he querido ese país de franja larga. Magníficos tus comentarios, pero no me gustan los ricos, Amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles… Como pompas de jabón
0