Corre 2009, año de elecciones en Chile. En el fragor de la campaña, ACTI (Asociación de empresas de TI) organiza su cena anual y abre sus puertas a los candidatos para que presenten sus estrategias digitales. En la antesala, los comensales se refieren al notorio debilitamiento de la posición Chilena en los rankings internacionales de e-readiness que contrasta con el espectacular crecimiento logrado durante la gestión del Presidente Lagos, las empresas del sector parecen tener altas expectativas en el futuro Gobierno.
“Difícil que sea peor al actual”, dicen algunos. El candidato Frei no llega al encuentro, parece que el equipo que maneja su agenda no considera relevante el tema. Marco Enríquez Ominami se disculpa: una actividad en Valparaíso demorada no le permite llegar. Sólo llega el candidato Piñera, y realiza una presentación que excita a un auditorio que le es mayoritariamente favorable. Recibe aplausos de pie. Su discurso, si bien no es pulido ni muy elaborado, habla de una Revolución Digital para Chile (otra más).
“En el mundo hay dos tipos de personas: algunos, los más, hacen imposible lo posible. Otros, los menos, logran hacer posible aún lo imposible”, se cita a si mismo. Su meta: “incorporar plenamente a Chile a la Sociedad del Conocimiento para el año 2018”.
Sus propuestas son osadas. “Banda ancha y computador para todos” es el título de una de las primeras láminas. Otra: “Computador portátil para todos los alumnos y hogares del país”. Habla luego de un subsidio a la banda ancha de un 90% para el quintil 1 y un 60% para el quintil 2. En educación, aparte del laptop por alumno, compromete “un pizarrón electrónico en todas las aulas” y la “digitalización de los textos escolares”. A continuación, asegura que seguirá el modelo de e-gobierno de Singapur y que “todo trámite que se pueda hacer por Internet deberá hacerse por Internet”. En seguridad ciudadana, Piñera promete la incorporación de una plataforma telefónica móvil como herramienta activa de prevención de la delincuencia y la generación de redes sociales con seguridad incorporada para gestión de barrio seguro (¿?). Frente a la pregunta de ¿cómo se hará esta revolución? ofrece a la audiencia una respuesta que suena clara y categórica:
· Creación de una nueva institucionalidad de Desarrollo Digital cuyo rol es ser impulsor de desarrollo digital y la máxima autoridad coordinadora de políticas digitales y regulador de plataformas digitales
· Asignación de fondos especiales para desarrollo digital, contra ahorros en costos y mejora de productividad-país
· Generación de “Government Intelligence”
· Impulso a relación público-privada mediante colaboración más estrecha entre Gobierno e Industria TIC
Transcurrido un año y medio del nuevo Gobierno, el panorama es desolador. La (algo precaria) institucionalidad que heredó, ha terminado de desmoronarse. El Departamento de Estrategia Digital del Ministerio de Economía ya no existe. La mayor parte de los proyectos que manejaba se han cancelado y unos pocos han sido devueltos a la Segpres, particularmente aquellos relacionados con Modernización del Estado. Los grandes proyectos informáticos (como el Registro Civil) se encuentran bloqueados. La Estrategia Digital ya no maneja presupuesto. Educación tiene reducido el programa Enlaces a un nivel de subsistencia, éste que fue uno de los programas priorizados en la era Bachelet se encuentra casi a la deriva. No hay iniciativas legales ni subsidios que permitan pensar en algún nuevo impulso digital. Por su parte, el Consejo para la Innovación, que podría ser otra palanca para el desarrollo digital, pareciera haber sido abducido tras la buena gestión de Bitran. De Subtel tampoco se ha escuchado mucho, y preocupan las renuncias de sus directivos, como el jefe del departamento del FDT, en medio de importantes procesos licitatorios.
Las movilizaciones de los últimos días de escolares, ecologistas, ciudadanos pro-igualdad, trabajadores, y las que se avecinan, hacen presagiar que las prioridades del Gobierno en esta segunda etapa se alejarán aún más de los temas digitales. Paradójicamente, los ciudadanos utilizan intensivamente las redes sociales para coordinarse, convocarse, debatir etc…, produciendo un enorme desconcierto entre la elite dirigente.
La industria se queja amargamente, se siente defraudada, apostó a caballo perdedor. No encuentra interlocutores válidos y no saben con quién trabajar una agenda de futuro. Al parecer, habrá que esperar una nueva administración para recuperar algo del impulso que alguna vez tuvo la estrategia digital.
Comentarios
04 de julio
Con grandilocuencia se habló de que por primera vez el Secretario de Desarrollo Digital iba a ser CEO, se rumorea y se constata por lo silencioso de dicha repartición pública, que jamás tuvo ese peso o que si lo tuvo lo ha perdido sosteniblemente. Malo, malo, malo. Malo por no cumplir lo que prometen y malo por su petulante arrogancia de señalar que los nuevos «patroncitos» harían lo que no hizo la administración anterior.
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05 de julio
Erika,
Se dice CIO (chief information officer), está claro que usted no sabe de esto, y menos de inglés.
Infórmese antes de opinar …por favor.
El gobierno hace su pega, que usted no sepa es otra cosa.
JC
06 de agosto
Tiene razón, es CIO, No tiene razón en lo otro: no hicieron la pega como la prometieron.
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02 de septiembre
La salida de Barriga es parte de la crónica de una muerte anunciada. Por la boca muere el pez…tanta grandilocuencia cuando llegó, para él todo era fácil, automático. Los vicios de querer ser épico en tierras desconocidas. El aparato estatal no funciona igual que la ACTI, tardíamente lo debe haber comprobado. Los rumores de pasillo los conocíamos todos, lo dejaron solo, nunca fue CIO, Piñera no lo pescó. Ahora declara: «Estoy evaluando generar la primera Agenda Estratégica de Desarrollo Digital desde la sociedad que se va a beneficiar de su ejecución, utilizando las redes sociales y el crowdsourcing.» Sépalo, existe el Proyecto Acuerdo 550_Estrategia Digital, que se hizo con más 200 representantes de la sociedad civil y estoy segura, nunca revisó, cegado porque el teletrabajo mágicamente por decreto iba a funcionar. Barriga no sabe ni supo articular redes, trabajo básico para su rol, pues sépalo: ni la mejor aplicación TIC genera el compromiso de participar y de sentirse parte de un proyecto país. Lo sabíamos, lo suponíamos, lo alertamos: los cambios se hacen con y para la gente. Sabía que tenía más de 400 telecentros, bibliotecas, etc en los cuales instar este debate nacional? NO, para usted eran invisibles. Usted es de la estirpe que gobierna para «esta gente» como decía despectivamente mi jefa, pero «sin la gente».
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