Casi todos los días hacen noticia hechos de sangre asociados a accidentes de tránsito. Y digo “hechos de sangre”, porque eso es lo que son. Un conductor que conduce ebrio, o cruza una luz roja, o no respeta disco pare o un paso de cebra, o que adelanta en línea contínua no es un irresponsable; es un negligente criminal.
La fiscalización es insuficiente. La mayoría de estos hechos son considerados “faltas”, y si provocan algún accidente tienden a catalogarse como “involuntarios”, castigándose con penas muy leves. Si no hay heridos ni fallecidos ni daños a la propiedad pública, el tema se zanja mediando entre las partes involucradas considerando sólo daños materiales o morales del perjudicado. No considera el bien público. Esto pasa porque en Chile aún los accidentes de tránsito son considerados como una casualidad del destino, como un juego del azar inevitable, fruto de una torpeza involuntaria o de la “mala cuea”, y no como el resultado de la imprudencia o de una irresponsable acción temeraria.
Se piensa erróneamente que ser buen conductor es dominar a la máquina. Quizás esta consideración tan condescendiente sea la causa de la poca conciencia de los conductores chilenos. Si usted tiene estómago, busque en google imágenes de "accidente de tránsito" y dése cuenta de una vez por todas que, a diferencia de lo que la TV fantástica le sugiere día a día, el cuerpo humano es muy pero muy frágil. Si no tiene estómago, le comento que un amigo renunció al cuerpo de bomberos cuando lo asignaron a la unidad de rescates.
Algunos políticos proponen el sistema de descuento de puntos a la licencia de conducir, medida de cuestionable eficacia. Proponer cursos de conducir más integrales (no sólo para pasar), exámenes de conducir de nivel europeo, test psicológicos, o legislación más rigurosa que reemplace el concepto de “involuntariedad” por el de “negligencia” puede ser complicado. Si se sometiese a los conductores a exámenes de nivel europeo y a test psicológicos, cuando todos coinciden que la conducta vial del chileno medio es espeluznante, probablemente se rechazaría a un porcentaje importante de conductores. Pero, ¿qué hay de malo con que se otorgue la licencia sólo a los conductores aptos y validados por exámenes de nivel europeo? Si usted es un ciudadano que valora la salud y la vida, probablemente no encontrará nada malo. Entonces ¿Por qué no se hace?
No olvide que Chile es un país largo y angosto, con una red ferroviaria casi inexistente, que basa casi todo su transporte de carga y de pasajeros en camiones, camionetas, furgones, buses, taxis, colectivos, micros, automóviles y motos. El país se mueve gracias a los conductores. Son un bien barato porque hay mucha oferta, y usted sabe lo que pasa cuando la oferta de un bien baja. El rubro del transporte impacta de manera muy potente en la economía del país.
Hoy en día es el turno de Kevin, la semana pasada fue el de 3 niñas fallecidas en un accidente del furgón escolar que las llevaba al colegio. Mañana seguro será alguien más, puede ser usted o algún ser querido. Hágase el ánimo, porque mientras Chile no sea un país desarrollado tendremos que apelar a la buena voluntad de los conductores y peatones. Por otra parte, no está de sobra pedirle que respete la vida de los demás, y que entienda que llevar a su bólido a los límites no es lo que lo hace un buen conductor, sino como interactúa con los demás.
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Foto: CATAAEB / Licencia CC
Comentarios
07 de abril
Buen artículo. Sin duda, acá las sanciones son muy bajas con respecto a conductores ebrios –lo que es una acción criminal- muchos de ellos incluso reincidentes en generar daños a otros, que ya han dejado muertos o heridos en sus locas carreras en estado de ebriedad.
A esa indolencia, se suma que nuestros «honorables» todavía no se dignan a discutir medidas para aumentar las sanciones a esos criminales, y a la vez hacer más difícil el acceso a la conducción en general, porque siendo sinceros, hay muchas bestias que no conocen ni siquiera reglas de conducta y respeto básicas, con derecho a conducir todo tipo de vehículos por calles y carreteras, desde caros hasta chatarra.
Y ahí vemos que el tema de los accidentes es un reflejo de una falla profunda a nivel de la educación y las normas de convivencia, y no tanto de accesos, porque tenemos energúmenos al volante en todos los estratos, con autos enchulados, que creen que una calle es una pista de carrera…
Por eso, en lo personal estoy de acuerdo con aplicar test psicológicos antes de entregar licencias y con quitar de por vida la licencia a quien conduciendo ebrio, provoque la muerte o algún daño a un tercero, además de aplicarle penas de cárcel según sea el caso –como aquellos que además se dan a la fuga-.
Saludos
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11 de junio
El problema parte desde la casa,la madre que cruza con luz roja con el coche con el bebe dentro y el otro chico ni siquiera de la mano de ella, que queda atrás ,entonces si los niños ven esas conductas en sus padres. que se supone «los aman y protegen» que se puede esperar, cuando después de 18 años de «eso» se sube a un vehículo y se le pide que respete todo lo que no esta acostumbrado a respetar y se le somete a «pruebas» realmente irrisorias, escritas,físicas y practicas de conducción, donde se le hace dar «la vuelta a la manzana»y sin más se le otorga una licencia por 6 años,propongo se le otorgue por 1 año probatoria y si no se le sorprende cometiendo infracciones de cualquier tipo se le prorrogue por 1 año más de lo contrario deba someterse nuevamente a los exámenes y quedar nuevamente en probatoria,así no podrán llegar a obtener licencia profesional tan fácilmente.
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