Resulta incómodo ver los esfuerzos que hace la derecha por mostrase participativa, como si aún le pesara en sus conciencia el no sacudirse el pinochetismo que paradójicamente la llevo a tener las cuotas de poder que hasta el día de hoy gozan, eso sí y hay que reconocerlo, cuotas de poder cada vez más compartida con algunos caudillos de izquierda que si bien en lo público condenan el mercado y el modelo, en privado gozan a destajo sus privilegios.
La marcha por la Paz de este fin de semana, en el Biobio, es una nueva constatación que la derecha simplemente no sabe marchar, una convocatoria donde Gobernador e Intendente se hicieron un flaco favor encabezando una pequeña multitud, que lo quieran o no reconocer, no paso más allá de representar una fanaticada de ChileVamos, la cual estaba más motivada a acompañar a sus correligionarios y jefes que hacer una reclamación sentida y entusiasta por una paz que, acciones como esta empujan hacia la lejanía.
Cuando Chile marcha, con consignas tan transversales como lo son pensiones dignas, salud, educación, igualdad, equidad, la derecha en un acto mal organizado y lleno de una improvisación abrumadora, decide marchar por la no violencia, reclamando una paz que hoy se sustenta solo en una buena intención y en simbologías de poleras y banderas blancas, que al final hacen creer equivocadamente a la población que esta lucha es una lucha entre los buenos y los malos, polarizando y etiquetando innecesariamente un movimiento social que es más transversal de los que muchos creen y de lo que algunos quisieran.
En síntesis, ChileVamos en su conjunto se sigue farreando la oportunidad de un desafío que la contingencia les puso y le ha faltado la capacidad de comprender que la historia los tienen en el sillón y el lugar donde hoy pueden construir un nuevo Chile, uno donde las consignas de la calle se hagan carne construyendo la sociedad que la clase política en general suele solo verbalizar en épocas de campañas electorales.
La calle condena que, quienes no han sabido interpretar la transversalidad de las demandas, se tomen la calle para reclamar una paz que hoy se avergüenza ante la injusticia y desigualdad con la cual todos construimos la sociedad que nuestros hijos pretenden cambiar.
La derecha marcha y marcha en círculos, con cánticos y consignas que la alejan cada día más de la realidad. Todos transversalmente condenamos la violencia, todos queremos que el país vuelva a tranquilidad, pero así como la calle condena que la izquierda intransigente se adueñe de las reivindicaciones sociales, de esa misma forma la calle condena que, quienes no han sabido interpretar la transversalidad de las demandas, se tomen la calle para reclamar una paz que hoy se avergüenza ante la injusticia y desigualdad con la cual todos construimos la sociedad que nuestros hijos pretenden cambiar.
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lmosk
el punto es, que con este tipo de manifestaciones la derecha deja las demandas sociales en un segundo plato, pone como tema la violencia, teniendo la derecha hoy una posibilidad historia prefiere perseguirse la cola.
Juan Pedro
Disculpa, pero sigue sin quedarme claro. Oportunidad histórica de que? De repartir pobreza, arruinar el país, embarcarnos en un momento populista? Insisto en pedirte precisión.
Patrick H. Fisk
La derecha marcha tan mal, como gobierna la izquierda
Juan Pedro
No me queda.claro tu punto. Cual es tu propuesta, que la derecha salga también a marchar violentamente? Que salga a marchar para seguir destruyendo lo que queda de país? Te agradeceré ser más claro.