Discapacidad: Falta o limitación de alguna facultad física o mental que imposibilita o dificulta el desarrollo normal de la actividad de una persona.
La discapacidad, capacidad diferente o como quieras llamarlo, no es solamente usar silla de ruedas ¿Por qué digo esto? Porque el común de las personas tiene un concepto erróneo de lo que significa tener una discapacidad en Chile. Cuando uno menciona la palabra discapacidad te aseguro que más de alguno se imagina a una persona en silla de ruedas porque es como el «símbolo» de la discapacidad, pero se han preguntado ¿Cuántos tipos de discapacidad existen y de qué tipos?
La discapacidad en Chile es un tema que solo se conoce cuando hacen las campañas en Teletón o cuando sucede algún hecho discriminatorio en contra de una persona con estas características y se ve en la obligación de llamar a los medios de comunicación para ser escuchado. Pero ¿Necesariamente se tiene que usar silla de ruedas para ser discapacitado? La respuesta es no, porque existen muchísimas causas por la que una persona se ve imposibilitada de desarrollar sus actividades de forma normal por limitaciones físicas o mentales.
Según el II Estudio Nacional de la Discapacidad realizado por el SENADIS existen aproximadamente 2.836.818 personas con discapacidad (16,7% de la población) en nuestro país y es obvio que dentro de esta categoría no todos utilizan silla de ruedas, por lo tanto, es de suma urgencia reconocer que a veces existen discapacidades que son invisibles y por esto muchos personas creen que son sujetos que no requerirán de apoyo para realizar sus tareas.
Por ejemplo, el Síndrome de Asperger, el autismo, entre otros trastornos generalizados del desarrollo son vistos por la sociedad como personas “retraídas” cuando en realidad presentan una condición, y nadie se da por aludido. Muchas veces son discriminados o apartados por ser considerados “conflictivos” porque su trastorno -si no le pones atención- puede pasar desapercibido, pero ¿Es considerado como una discapacidad por el resto? ¿Dónde está la red de apoyo para estos niños y jóvenes en los colegios en donde diariamente son cruelmente rechazados?
O como también le sucede a personas que sufren de enfermedades poco frecuentes, las que diariamente reciben comentarios como: «¿Pero si te ves ‘normal’ como es posible que tengas una discapacidad o estés enferma?»
"¿Qué hay de los que tienen discapacidad no visible, de las personas que a grandes rasgos parecen no tener una dificultad física o mental? ¿Qué sucede con ellos? ¿Algún día, los organismos los tomarán en cuenta o seguirán creando nuevas leyes para tapar el gran desaire que le han hecho durante años?"
Respecto a las físicas existe un gran grupo, que tampoco es considerado como discapacidad por la población o incluso por los mismos médicos; la “talla baja” es una de ellas. Si bien mi tipo de displasia esquelética está caracterizado como un tipo de “discapacidad” por el hecho de utilizar objetos ortopédicos -bastones-, existen otras que no están catalogadas como tal a las cuales incluso ni siquiera les brindan el carnet de discapacidad o algo que les acredite que están dentro de esa parte de la población, siendo que cumplen con la descripción del concepto de discapacidad “Falta o limitación de alguna facultad física o mental que imposibilita o dificulta el desarrollo normal de la actividad de una persona.” Es obvio que a las personas de talla baja se les dificulta alcanzar objetos, mesones de atención, cajas de bancos, cajas de supermercado, etc.
Por lo tanto, también deberían estar clasificados dentro de la categoría de “discapacidad», pero según los organismos patentados para seleccionar quien tiene o no discapacidad, ellos no lo presentan, porque solo lo consideran como una «pequeña dificultad» y no como algo que provoque limitación o incluso que dichas personas se vean afectadas en su diario vivir por esa misma situación.
Las políticas públicas de pantalla que prometen cambios a las personas con discapacidad como la famosa «Ley de Inclusión Laboral» entre otras, son nada más que para desviar la atención de la comunidad porque a la hora de «tratar el problema» hacen oídos sordos y siguen utilizando como símbolo de la discapacidad a las personas que utilizan silla de ruedas, cuando ni siquiera a estas mismas las ayudan.
¿Qué hay de los que tienen discapacidad no visible, de las personas que a grandes rasgos parecen no tener una dificultad física o mental? ¿Qué sucede con ellos? ¿Algún día, los organismos los tomarán en cuenta o seguirán creando nuevas leyes para tapar el gran desaire que le han hecho durante años?
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Greicy Silva
Excelente punto de vista, siempre he cuestionado además en cuál grupo entran las personas que convulsionan, las que tienen epilepsia, tal como describes en el texto son consideraciones que limitan las capacidades de la persona y no se hacen evidentes. Gracias por tan importante disertación.