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Algo grande está naciendo

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Alguna vez, Víctor Jara nos habló sobre el derecho de vivir en paz y Los Prisioneros sobre los que sobramos y pateamos piedras. Alguna vez, Sol y Lluvia advirtió que nunca más en Chile los secretos calabozos volverían a morder la humanidad del pueblo. Alguna vez, Quilapayún habría musicalizado la frase que sería en la revolución nuestro himno, la canción que cantamos con tanta fuerza y con desgarro: el pueblo unido, jamás será vencido.

Más de un millón de personas. Histórico
18/10 – 25/10

Una semana, siete días, 168 horas, 10.080 minutos, 604.800 segundos. Tic Tac. El 18 de octubre es un día que Chile recordará por siempre. Los libros de historia hablarán de esto. Le contaremos a las próximas generaciones que luchamos hasta que valió la pena vivir. El comienzo de lo que yo diría que es la revolución más grande que hemos tenido estos últimos años, y por qué no, la más hermosa. Somos los nietos, las nietas y los hijos e hijas de quienes lucharon en dictadura hace tantos años atrás, de las brujas que no pudieron quemar, de quienes no pudieron silenciar y somos también de quienes el dolor no pudo tumbar.

Hace una semana, Chile sería escenario de una obra ansiada, más nunca esperada. Todo comenzó con lo que conoceremos como Evasión Masiva, donde miles de estudiantes saltaron los torniquetes del Metro para exigir la rebaja de 30 -injustos- pesos que el Estado -nuevamente injusto- subió perjudicándonos desmedidamente. Sin embargo, no son solo treinta pesos, son treinta años. Tres décadas de desigualdad, de abusos, de violencia sistemática por parte de quienes dirigen el país. Tres décadas que terminaron cuando Chile despertó.

Hace siete días, la noche de un viernes cualquiera tendría otro color, porque justamente no era un viernes cualquiera. Una jornada marcada por el dolor y la angustia, pero también con la sangre bombeando más rápido, con la sangre caliente ansiosos de lo que se viene, de quienes somos, de qué estamos hechos. Los militares son llamados a salir a la calle. Ningún presidente después del retorno de la “democracia” había ocupado tal tortuosa carta para controlar a la masa. El sábado no sería un día cualquiera, ya no es más un día cualquiera.

Desde hace 10.080 minutos, los chilenos y las chilenas nos hemos tomado las calles de nuestro largo país, de nuestras variadas regiones, de nuestras segmentadas comunas. Hemos tocado la olla con una cuchara de palo todos los días al inicio del toque de queda y nos hemos acompañado en el furioso tac tac tactactac. Hemos marchado. Hemos luchado insaciablemente, estamos luchando insaciablemente. Somos ya miles de personas que juntas levantamos la misma consigna, basta de abusos. Hemos sido circo de los poderosos del país, nos han dado las migajas de lo que ellos comen, nos han silenciado, nos han mentido una y otra vez. Basta.

Desde los 604.800 segundos que ya van -según la última actualización del Instituto Nacional de Derechos Humanos- hay más de 2.500 personas detenidas, más de 580 personas heridas, casi 70 acciones judiciales y 19 muertos. ¿Quiénes son? Chilenas y chilenos masacrados nuevamente por quienes durante 17 años instalaron una doctrina del terror en mi país. Fueron los militares y policías quienes traicionaron al pueblo una vez más y mataron a Valeska Carmona (33), José Miguel Uribe (25), Romario Veloz (26), Alex Andrés (39), Kevin Gómez (24) y Manuel Rebolledo (23). Estos son solo algunos de los muertos en el régimen neoliberal de Sebastián Piñera. El presidente que sacó a los soldados de sus cuarteles y los puso a disparar contra nosotros. El presidente que dijo que estábamos en guerra. Muertos en democracia. Muertes que no serán en vano.

Pero no, no estamos en guerra. Chile despertó. Despertó como quien lleva durmiendo muchos años y quien de pronto abrió sus ojos, miró alrededor y desconoció lo que vio. Se levanta, se sacude, sale a la calle y comienza a alzar la voz. Nunca fueron solo $30. Por favor Chile no te duermas más. Bien nos enseñó Violeta Parra cuando nos contó que por un pueblo muerto se le nubló el corazón, aunque donde habita gente la muerte es mucho peor, enterraron la justicia, enterraron la razón, y arriba quemando el sol.

Y arriba quemando el sol.

Somos los nietos, las nietas y los hijos e hijas de quienes lucharon en dictadura hace tantos años atrás, de las brujas que no pudieron quemar, de quienes no pudieron silenciar y somos también de quienes el dolor no pudo tumbar.

Javiera Morales – Periodista

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El derecho de vivir en paz 🌹

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José Nuñez

Chilenos y chilenas hacen ustedes la historia y no la clase política, son ellos quienes hace muchos años, más de un ciclo, no entiende la necesidad del pueblo, siempre gobernaron a sus espaldas y lo llevaron a la peor masacre de su historia en la guerra del Pacífico para defender sus intereses mezquinos. Esta es tu tierra, está es tu zona, está es tu realidad, está es la gente de tu región, que no te vuelvan a secuestrar en contra tu voluntad, es la hora de exigir tus reivindicaciones, es la hora de un nuevo contrato social a través de una nueva constitución. Que no te sigan engañando que eres más que de Sudamérica, ya languidece tu papá EEUU y tu papa Reino Unido, ya vez que te han traicionado, te han avandonado, hoy te desangras y solo tienes q curar tus heridas. Jamás te vuelvas a vender y a traicionar a tus vecinos como lo hiciste en la guerra de las malvinas. Tu realidad es la nuestra, se amigable con tus vecinos, no te apartes de ellos, no te hagas despreciar, lucha por la union de la Patria grande y la unión sudamericana. Ya vez que tu propia gente te trata, apenas te reúnes, de alienigena, y se declara en guerra sacando a los milicos a la calle, no saben ustedes enterrar sus muertos por eso no miden sus consecuencias… JUNTOS PODEMOS HACER MÁS QUE SOBREVIVIR… ATTE. Tu hermano Peruano…

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