Si bien, a título personal, soy un convencido de que este 17 de noviembre se define todo, no descarto la segunda vuelta. ME-O y Parisi pueden resultar claves en esto. La derecha tratará de traducir en un triunfo electoral el pase al balotaje, pero yo no estaría tan contento. Yo empezaría a rezarle a Lucho Jara.
Hoy lunes, entramos de lleno a la cuenta regresiva para las elecciones presidenciales, parlamentarias y de consejeros regionales de este domingo 17. Elecciones marcadas, sobre todo en la presidencial, por acusaciones cruzadas entre algunos candidatos. Mientras, la derecha teme los doblajes que podría obtener la Nueva Mayoría y se focaliza en la Parlamentaria para bloquear las reformas a las que tanto temen de un, cada vez más posible, segundo gobierno de Michelle Bachelet.
Varios factores podrían resolver esta elección este domingo. E incluso de no ser así, hay un factor determinante que ya definió este proceso. Evelyn Matthei no era una opción para nadie dentro de la derecha. Simple.
La pre-candidatura de Matthei (por allá cuando bajaron a Golborne por Cencosud) ya generaba un desánimo general en la UDI, que quería a toda costa nominar a Longueira. En RN, ni mencionarlo. Imaginarse un escenario de primarias donde la en ese entonces Ministra del Trabajo enfrentara al que probablemente es su más grande enemigo político, Andrés Allamand, con el recuerdo del caso drogas de por medio, no era el mejor preludio para la unidad que había que mostrar después de la elección del 30 de junio. Cosa que quedó demostrada con la primera actividad como candidata gremialista de Matthei, cuando recorrió Santiago con el ex candidato de RN y su contrincante senatorial, Pablo Zalaquett. La cara de “a que hora me voy” de Allamand era in-cre-í-ble. Daba para dudar incluso del real apoyo del ex Senador a la carta de la Alianza. Y para nadie es un misterio que Allamand es una voz MÁS que escuchada en la tienda de Antonio Varas.
Matthei, que asumió como emergencia tras la depresión del ganador de las primarias, Pablo Longueira, ha demostrado además, una incompetencia terrible como “líder” de la centro-derecha. Con declaraciones desesperadas del tipo “evangélicos, no podemos tolerar el matrimonio homosexual” , o prometiendo vivir en lo que califico de “mugres” en Puente Alto (que me hizo tanto recordar a la señora Juanita, tan utilizada por el entonces candidato presidencial, hoy generalísimo, Joaquín Lavín) , o descaradamente mintiendo con la proporción de 3 a 1 en la propaganda electoral. Evelyn, si Michelle sale en más fotos que tú, éstas son de los comandos parlamentarios, no es culpa de la otra campaña si tus candidatos se niegan a sacarse fotos contigo. Si no, pregúntenle a Ossandón.
Todo esto tiene otro gran culpable, el Presidente Piñera, quién ha sido un pésimo líder político para las pretensiones de la UDI y RN, y desata además el enojo del comando oficialista al estar más preocupado del 2017 que de ahora. ¿Intervencionismo? Si, claramente ha existido intervención política, pero no me preocupa de alguien que recién a seis meses de irse marca un 40% de aprobación. Creo que se le da una importancia que no se merece. Más preocupante me parece la aberrante conducta de algunos alcaldes. Ese si es intervencionismo de primera.
En un espacio de interés más político, y para los fanáticos de las encuestas y proyecciones, no se sorprendan de un escenario de segunda vuelta. También es posible.
Si bien existe una alta probabilidad de que Michelle Bachelet vuelva a La Moneda, recordemos que hay nueve candidatos a la Presidencia, y al menos 2 ó 3 de ellos aparte de Bachelet y Matthei marcarán sobre 5%. Los verdaderos porcentajes claves para un triunfo bacheletista en primera vuelta radican en que los cuatro candidatos que menos marcan, no superen el 2%, Claude no supere el 5% y ME-O el 10%. Algo completamente factible, pues si bien las nueve candidaturas son plenamente conocidas en la capital, no sé si sea así en todo el territorio nacional.
Ojo con muchas sorpresas que podrían darse en la parlamentaria. Muchos doblajes posibles para la Nueva Mayoría. En la senatorial, las regiones II , IV y VI tienen una alta probabilidad de que la oposición obtenga ambos senadores. Súmele además que en Punta Arenas, la diputada Goic (DC) está muy cerca de ser senadora, y de mantenerse Carlos Bianchi como senador independiente, la derecha tampoco tendría senador ahí. Lo que sí, existe una alta posibilidad de que Jacqueline van Rysselberghe rompa el doblaje en la 8va Costa. Y que Sabag pierda con Harboe, lo que ratificaría que el salvataje a Escalona sería en vano. En la Cámara Baja, la Nueva Mayoría aspira a aumentar en alrededor de 5 ó 6 sus diputados, con doblajes históricos, así como la apuesta de romper el eterno doblaje de la derecha en Las Condes enviando a un histórico como Enrique Acorssi. Otros distritos, como los de Iquique, Coquimbo, Rancagua, San Fernando, Temuco, entre otros, también tienen cara de doblaje. Ojo con las mayorías nacionales, que la pelea debería estar entre los diputados Rincón (DC-D33) y Sepúlveda (Ind-D34).
Si bien, a título personal, soy un convencido de que este 17 de noviembre se define todo, no descarto la segunda vuelta. ME-O y Parisi pueden resultar claves en esto. La derecha tratará de traducir en un triunfo electoral el pase al balotaje, pero yo no estaría tan contento. Yo empezaría a rezarle a Lucho Jara.
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