Hay una notable tentación a enfrentar la crisis sanitaria como si fuera una guerra y sobre el punto hay varias y variadas muestras. Desde el Ejecutivo hablan de un enemigo poderoso y muy traidor; levantan la consigna de «la batalla de Santiago”; sus bots y partidarios muestran una irracional fe en las fuerzas armadas que patrullan las calles como si un fusil Galil sirviera para matar al virus.
Es evidente la lógica vertical y autoritaria, que tiene a un soberbio como ministro de salud ejerciendo el papel de una especie de “Zar anti pandemia”, que pareciera entender la crisis como si fuera un juego de póker, blufeando hasta el límite pero no sabe qué hacer cuando el trio de ases no le sale en ninguna mano.
Siguen con sus frases desafortunadas como cuando el Ministro de Defensa dice en plena conferencia de prensa que las FFAA “tirarán toda la carne a la parrilla” al realizar sus tareas pero lo que se observa no son errores comunicacionales solamente.Situaciones de la envergadura como la que estamos viviendo se enfrenta con mesas sociales abiertas y plurales, y no solamente a nivel nacional sino que también en las regiones
A mi juicio hay una estrategia errada para enfrentar la crisis sanitaria y la crisis económica. En mi opinión, situaciones de la envergadura como la que estamos viviendo se enfrenta con mesas sociales abiertas y plurales, y no solamente a nivel nacional sino que también en las regiones. Se enfrenta compartiendo información con expertos y unidades académicas para que aporten propuestas para darle cara al Covid 19.
Se enfrenta escuchando a las autoridades municipales, a los que tienen los pies en el territorio, lo que les da un sentido de realidad distinto a los que sufren a quienes están en otros niveles del Estado. Se enfrenta escuchando al colegio médico y no dándole tribuna a un doctor de que sigue llorando sus heridas porque Izkia le ganó la presidencia del Colegio Médico.
Se enfrenta con otro tipo de gobernanza, con enfoque multidisciplinario, multisectorial y multiterritorial. Se enfrenta sin el pequeño cálculo de cómo le irá a Piñera en la próxima encuesta.
Se enfrenta escuchando a los trabajadores de la salud y no con sumarios que buscan silenciarlos.
Se enfrenta con prensa que se comporta con dignidad y a la altura de su oficio y no como relacionadores públicos a sueldo.
Se enfrenta con confianza en las instituciones y no desprestigiándolas con un Ministerio de Salud que no entrega información veraz y oportuna.
Se enfrenta con medidas claras y no con esa zigzagueante y balbuceante estrategia de un gobierno que apostó por la economía y no por la vida y que prefiere abrir los malls aunque se cierren nuestros alvéolos pulmonares.
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