El plebiscito para la Constitución se realizó el 11 de septiembre de 1980, hace ya 40 años. El texto comenzó a regir parcialmente el 11 de marzo de 1981 y con total vigencia el 11 de marzo de 1990, con las modificaciones emanadas del plebiscito de junio de 1989.
Estos acontecimientos que se verifican en Chile, se dan en un contexto mundial en que podemos identificar claramente una etapa en el desarrollo del Capitalismo en la cual los grandes inversionistas comienzan a resentir las bajas tasas de ganancia de sus negocios. Se encuentran, sobre todo en Europa, con el Estado de Bienestar, que entrega amplias prestaciones sociales. Se encuentran también con una densa organización sindical que de alguna manera reequilibra la relación capital-trabajo. Avalados técnica y políticamente por diversas fundaciones y en especial desde la Universidad de Chicago, los
economistas “monetaristas” desde los 50 y 60, comienzan a expresar sus ideas que, en lo grueso, se basan en la fe total en el mercado y en un Estado pequeño que no interviene en la economía (por eso no creen en las empresas públicas). Los 70 tienen a Chile como territorio principal pues el Golpe de Estado de 1973 abre un espacio concreto para llevar a la práctica las enseñanzas del gurú Milton Friedman. El 79 gana la Thatcher en Inglaterra y comienza a aplicar las recetas. Luego el 81 gana Reagan y hace lo propio en USA. En Chile ya se estaban privatizando las empresas públicas y se había puesto en marcha el Plan Laboral, con las AFP como punta de lanza para generar un flujo de capital, sacado de los propios salarios de los trabajadores, para ir a los fondos de inversión nacional e internacional y así posibilitar nuevas inversiones por parte del capital financiero. Interesante es recordar también que la llamada “crisis del petróleo” significó la aparición de los “petrodólares”, recursos financieros que vinieron a engrosar los volúmenes de la especulación bursátil.En Chile, las reformas que se inician a mediados de los 70, después del derrocamiento de Salvador Allende, tienen como guinda de la torta neoliberal la Constitución del 80
En Chile entre el 75, con la CONARA, Comisión Nacional para la Reforma Administrativa, pasando por los aranceles cero para posibilitar las importaciones y para orientar al país de acuerdo a sus «ventajas comparativas» y continuando con la apertura de la salud y la educación a los privados el año 81, se aplican al dedillo las recetas neoliberales. La experiencia Chilena, la de la Inglaterra de la Thatcher y los gobiernos de Reagan en USA, entregan los fundamentos para que en 1989 se plasmen los 10 puntos del llamado «Consenso de Washington». Estos son Estado pequeño, desregulación de los mercados, desconcentracion de los servicios sociales especialmente educación y salud, control del gasto fiscal, llevándolo a la baja, entre otras propuestas.
En Chile, las reformas que se inician a mediados de los 70, después del derrocamiento de Salvador Allende, tienen como guinda de la torta neoliberal la Constitución del 80, Constitución que pone en el centro el derecho de propiedad y el Estado Subsidiario. Estos dos elementos son de primerísima importancia pues indican que nuestra Constitución Política no es precisamente una «Carta Fundamental», es más bien un «Plan de Negocios». Por eso hay tantos intereses para mantenerla y por intentar la clásica pero no menos efectiva operación de «gatopardismo» que en Chile ya hemos conocido. Una Constitución que tiene un claro sesgo ideológico y una notoria orientación mercantil la defenderán con todo, incluso votando Apruebo, incluso enarbolando “el derecho de vivir en paz”, claro que la paz y la tranquilidad en este caso sería para la gran empresa y los inversionistas. Entendieron mal la letra de la canción de Victor Jara, pues dice claramente “poeta Ho Chi Minh”, aunque los del plan de negocios quieran escuchar “poeta So Qui Mich”, una expresión más de su intrínseca vocación por la apropiación indebida.
Comentarios