He quedado sorprendido ante el revuelo que se ha generado debido al veredicto dictado en favor de la niña musulmana de 9 años, que este lunes volvió a clases.
¿Acaso la discriminación es algo nuevo? No debiera sorprendernos entonces. ¿Hemos construido una sociedad justa e igualitaria? Seguimos estando al debe. La justicia va más allá de la mera repartición de recursos económicos (actualmente gracias al Estado subsidiador), y está en la base de un nuevo contrato social.
Un contrato social actual debe ser integrador, independiente, alejado de todo estigma y prejuicio. Aceptar a alguien sin importar su condición, ya sea esta religiosa, social/económica, política, étnica/cultural.
La integración con condiciones no es otra cosa que una logia cerrada; yo sí, tú no. Nadie discute las diferencias de opinión, la discusión no va por ahí, sino en la capacidad de tolerar al otro sin cuestionar las razones por las que toma tales o cuales opciones.
La diversidad, a estas alturas imposible de negar, es un verdadero desafío. Cuando alguien se define, o es definido bajo una bandera, ideología, etcétera, asume inconcientemente una posición polar respecto de las diferencias y de las oportunidades que tenga de dialogar con la diversidad. Esta problemática no esta ausente en las decisiones que enfrentamos diariamente. Se escoge la cristiandad de manera cultural, y algunos dentro de esa religión, han cometido atrocidades contra los que piensan diferente, sólo comparables a la talla de lo que son los extremistas actuales.
Ya Maturana y Varela, han visto este proceso, desde el punto de vista científico, en su bullado libro “El árbol del conocimiento”, donde acuñan el término “Tautología Cognoscitiva”, para determinar el fenómeno descrito mas arriba, concluyendo que al ser humano le es imposible, o muy difícil, abstraerse de su propia condición, en pro de un acercamiento, o diálogo.
Martín Buber, en su libro ¿Qué es el hombre? Propone que el ser humano es un ser constantemente en construcción, por lo cual pensar que en esto la ultima palabra está dicha, es algo idílico, y fuera de foco.
Hay algo que trasciende a todas las culturas, y es la capacidad de ser humano. Bien por el respeto. Mal, porque esta clase de discriminaciones suceden día a día.
No todo depende de una nueva ley o de la modificación de un artículo. Depende, ante todo, de la conciencia que tengamos en nuestras acciones del día a día.
Me alegró mucho que el Ministro Lavín haya intervenido en favor de esta niña. Me da pena que en este hecho necesitemos de un juez que imponga la justicia. La falta de comprensión de la diversidad no tiene nada que ver con el juicio a priori que hagamos de ella.
"Mi libertad termina donde comienza la tuya": el problema con la diversidad no esta en los otros, está en nosotros mismos.
* @jlcespedes
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