Desde hace unos días está rondando en Facebook, de publicación en publicación, un evento relacionado con una marcha por el orgullo LGBTI, de la Fundación Iguales, que se desarrollará en la cuidad de Talca el 25 de junio a las 15:00 hrs.
Recordé que el año pasado tuvo la misma publicidad, por lo que decidí buscar material para saber más sobre la instancia realizada el año pasado, y logré percatarme de una situación que me llamó bastante la atención y que desarrollaré a continuación. Habían niños, ancianos, padres, jóvenes, celebridades, etc. Yo sé que muchos creen que el tema de la diversidad sexual es solo una situación que es más recurrente entre los jóvenes porque “está de moda”, pero quiero contarles que el material audiovisual que pude ver deja muy en claro que no es una situación que describe a una edad determinada y que tampoco necesariamente todas las personas que asisten a la marcha son homosexuales, sino más bien son personas heterosexuales que apoyan dicha causa.
¿Es necesario asistir a la movilización? Yo creo que sí. Nunca he ido a una marcha, pero esta vez creo que es necesario y no tengo ni una sola gota de comunismo en mi pensamiento político, sino la simple y sencilla razón de que ya no quiero más odio ni más discriminación. Quiero, además, que nuestros honorables dejen de llamar “proyectos de ley valóricos” al matrimonio igualitario y que la felicidad deje de depender de los valores de otros, para que el Estado actúe como garante de las libertades individuales y las personas puedan lograr una plenitud personal, sin afectar los legítimos derechos de terceros.
Los niños no nacen discriminando y tampoco creo que a una persona racional, que se encuentra en constante contacto con la sociedad en la que vive, le guste o quiera discriminar causando menoscabo a las personas.
Les guste o no, vivimos en una sociedad diversa en su máxima expresión, por ejemplo existen distintas posturas sobre la entrega de mar a Bolivia, sobre el aborto, sobre el matrimonio igualitario, sobre la educación y sobre la tenencia responsable y maltrato animal. Unos toleramos más que otros, unos oímos más que otros, pero a fin de cuentas es muy necesario al menos respetar. No se pide compartir una postura que no se avala, pero sí entender y respetar a las personas que luchan por sus derechos, por su realización personal y por todo aquello que significa la felicidad, tolerancia, creatividad y respeto a las personas y sus gustos o preferencias.
Nunca he ido a una marcha, pero esta vez creo que es necesario y no tengo ni una sola gota de comunismo en mi pensamiento político, sino la simple y sencilla razón de que ya no quiero más odio ni más discriminación
Esto es sin duda una lucha contante de la sociedad en sí para lograr en conjunto una estadía más armónica de las personas que la componen.
Ya aludí a la participación y al respeto ciudadano, pero no puedo terminar el texto sin hacer un llamado a una mejor argumentación, si usted está en contra de la diversidad en todos sus aspectos, la argumentación debe ser de interés público, por lo que su negativa personal no es de interés ni es un aporte contundente al debate.
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