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El “desprincesamiento” del Gobierno

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En Iquique, durante el mes de enero se lanzó el taller de “desprincesamiento” impartido por el Servicio Nacional de Menores (SENAME) y dirigido para niñas entre 9 a 15 años.

El taller se compone de 6 clases con actividades prácticas, vídeos, canciones, entre otros, que busca el desarrollo libre de prejuicios y estereotipos asociados al género. La Directora del SENAME señaló que más del 70% de las pericias por abuso sexual son contra niñas, a lo que, la Vicepresidenta de la Corporación Humanas»(Centro de Derechos Humanos) agregó que este taller busca romper estereotipos femeninos.

Ahora bien, por ejemplo, una Ley de Cuotas obligaría a los partidos políticos a presentar listas de candidatos equilibradas entre mujeres y hombres, en elecciones de votación popular. Así, no se les asegura el cupo a las mujeres, pero sí el espacio para competir. Yo creo que, con esta Ley, se cumpliría con los estándares éticos para seguir fomentando una sociedad mas inclusiva y menos machista, y así, sumar a la mujer en el entorno de toma de decisiones, con mayor participación en el debate público.

En cambio el “desprincesamiento” lo considero atrevido en su máxima expresión. ¿Una mujer no puede formar parte de la sociedad civil si es muy femenina? Qué pretenden con dichos talleres, ¿que la mujer imite al hombre institucionalmente para ser tomadas en cuenta?, ¿Creen que la forma de actuar de los hombres es lo que los lleva al éxito?

El “desprincesamiento” no solo es atrevido y grotesco, si no que arremete con la ilusión de niñas. Si usan corona para sus cumpleaños o si JUEGAN a ser princesas, ¿deben creer que no serán nadie en la vida?, ¿Que serán insultadas, no tomadas en cuenta y abusadas? ¡Esto es una etapa sus vidas! Y hay que dejar que nuestras niñas, hermanas, primas y vecinas lo vivan, es parte de su infancia. Existen muchas otras conductas las cuales se deberían erradicar y son un mal ejemplo para la sociedad, pero, al parecer, que las niñas quieran ser princesa les molesta a un grupo de personas.

¿Una mujer no puede formar parte de la sociedad civil si es muy femenina?, ¿La mujer debe imitar al hombre institucionalmente para ser tomadas en cuenta?

Me parece tremendamente insólito que el Gobierno hable de libertad, cuando propone arremeter contra una forma pensar y además de ocupar espacios y recursos públicos para hacer propaganda a la visión específica con respecto a un tema sin mayor relevancia. Evidentemente es más fácil trabajar con un grupo pequeño de niñas para cambiar su forma de ser que trabajar y pensar en la planificación y ejecución de políticas públicas dirigidas a toda la nación y que busque una inclusión genuina respecto a la visión, el respeto y la igualdad en derechos y oportunidades hacia las mujeres. Esto se realiza, por ejemplo, robusteciendo la ley de cuotas y no tomando el camino fácil, práctica que es pan de cada día en las decisiones de Gobierno.

La mala noticia es que el “desprincesamiento” se implementará a nivel nacional.

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2 Comentarios

snvilugron

snvilugron

Tras la lectura de la columna, no puedo evitar notar algunos aspectos que me parecen dignos de discutir:
1. ¿Ser princesa es sinónimo de femenino o feminidad? Muchas de las cualidades de lo masculino y femenino son constructos culturales. No hay una forma de ser femenina, sino roles que construimos y asignamos como sociedad. Por otro lado, gran parte de las mujeres con las cuales me rodeo nunca jugaron ni aspiraron a ser princesas, pero no dejan de ser femeninas (son madres, hijas, hermanas, parejas.. etc.). Me parece fundamental pensar el estereotipo detrás de la imagen de princesa. No veo una «prohibición a jugar ser princesa», sino a jugarlo de una forma distinta, no haciendo perdurar prejuicios.
2. ¿Qué roles esperamos que cumplan las mujeres en el siglo XXI? De acuerdo a ello, debemos reflexionar el tipo de educación que entregamos a niñas y niños, y a la juventud en general. En lo personal, creo esencial enseñar a pensar, a ser tolerantes, respetuosos, críticos, proactivos y la no discriminación. Para que exista libertad (y elección), debe conocerse qué es lo que se está eligiendo, o de lo contrario, la «libertad» es pura ficción. Sin ir más lejos, me permito traer a colación parte del currículum enfocado a las mujeres durante gran parte de nuestro siglo XIX: además de escritura y lectura básica, bordado y costura… Seguro que sus juegos incluían agujas e hilos como parte de la feminidad.

Eso es en líneas generales. No todo cabe en unos cuantos carácteres.

Mari

Me alegro!! mueran las princesas y los estereotipos!!! Basta de príncipes q vienen a salvarlas, sólo tus padres deben protegerte y cuando no pueden muy bien q el estado se haga cargo. Perfecto un taller anti princesas muera el rosado!! No hay igualdad de género con princesas