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UE- CELAC: ¿ Eurocentrismo v/s. no alineamiento activo?

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8 años sin diálogo 

Tras la Cumbre UE- CELAC, todos parecen estar contentos. Para ambos bloques la reunión fue todo un éxito. Tras 8 años sin diálogo posible, se avanzó en diferentes temas de interés mutuo. En la UE, aunque nadie lo dijo, se habían olvidado de la CELAC. La Presidenta de la Comisión Europea (UE), Ursula von der Leyen, lo tenía claro. China aumentó considerablemente su influencia en la región, mientras que en paralelo, los EEUU, Canadá y  México apuestan por proyectos de inversión en la transición energética, que por ahora dejan a fuera a la UE.  

De la autonomía estratégica a la seguridad colectiva 

La UE antes de la guerra se mostraba cómoda y sin sobresaltos. Su política de “autonomía estratégica” le permitía mantener estrechos vínculos comerciales con China y los Estados Unidos intentando jugar el papel de mediador en la disputa comercial entre ambos gigantes económicos. 

Tras la guerra en Ucrania, el bloque europeo perdió uno de sus mercados más seguros. Rusia, el gigante energético, que vendía gas, petróleo y carbón a la UE, a precios muy convenientes, dejó de proveer y la UE pagó altísimos costos por la energía proveniente de los Estados Unidos, Noruega y Qatar. 

Pero eso no es todo. La relación UE – China también cambió y con ello los insumos tecnológicos vendidos por Beijing dejaron de llegar. La UE se replanteó su relación comercial con China, justo cuando Beijing concentra sus esfuerzos por la hegemonía económica global; sus pretensiones de aliarse con las economías asiáticas y la consolidación del bloque BRICS.   

En tal escenario, lo único claro para la UE, es el fortalecimiento de la OTAN y su seguridad colectiva, con una enorme influencia de los Estados Unidos. Todo lo demás debe rehacerlo. La visita de Ursula von der Leyen, a México, Brasil, Argentina y Chile, buscando reeditar los vínculos con la región es parte de ese rediseño político y energético. 

En la reciente cumbre, prometió una inversión de US$50.600 millones en la zona de la CELAC en los próximos años y además, firmar un acuerdo de libre comercio con Mercosur, y renovar los existentes con México y Chile. Sin embargo, la agenda global que impulsa la UE, tanto en lo político, como en lo comercial, no convence del todo a los países de la región. 

Mercosur: Una difícil negociación 

La negociación con Mercosur será difícil y compleja. Mercosur es un pacto económico y político. Aún mantiene ciertas áreas protegidas de sus economías y ello tensiona el comercio de aranceles bajo o de cero gravamen. Brasil ya instaló su postura. Quiere ser tratado como un igual y rechaza las imposiciones del  bloque europeo. Además, países como Francia, Irlanda y Países Bajos, mantienen  temor a la competencia comercial, y la entrada de la agricultura y la carne proveniente del  Mercosur. 

La guerra por la transición energética 

La renovación de los tratados con México y Chile, parecen más probables de alcanzar durante el año 2023. Sin embargo, el control de los recursos vitales para llevar adelante la transición energética es una carrera que ya partió. La UE pretende acelerar su tranco, frente a China y Estados Unidos.. Es el caso de la fabricación de autos eléctricos, en la que México se posiciona como un actor relevante en el ensamblaje, pensando en el mercado de los Estados Unidos. 

Los incentivos a la compra de autos eléctricos, aprobados por la administración Biden, otorgan un dinamismo especial a la economía mexicana, que puede transformarse en una enorme factoría. 

Por otra parte, la ventaja que lleva China en la fabricación de autos eléctricos complica a la UE. Las industrias Chinas también llegaron a México, aprovechando la cercanía con el mercado norteamericano (La llamada deslocalización cercana) y se han instalado en parques industriales, dispuestos a exportar vía Nafta.  

La UE promete una inversión de US$50.600 millones en la zona de la CELAC en los próximos años y además, firmar un acuerdo de libre comercio con Mercosur, y renovar los existentes con México y Chile. Con ello, intenta disminuir la influencia de China, rivalizar con Rusia y remontar su presencia en América latina y el Caribe

Plan Sonora y los 3 amigos

Todas estas situaciones dificultan una renovación del tratado comercial México- UE, Detrás de todo esto, se encuentra el Plan Sonora, un enorme proyecto mexicano de transición energética, (Inversión por 48.000 millones de dólares) que contempla un parque fotovoltaico, la venta de gas licuado y la explotación del litio mexicano, que acompañada del ensamblaje de autos eléctricos, resulta una zona comercial y de inversión muy atractiva para Estados Unidos y Canadá. 

En la reunión entre Biden, Trudeau y López Obrador ( Cumbre de los 3 amigos) se decidió que no existirán ni inversiones, ni empresas extracontinentales. Vale decir, China y la UE, no serán parte de este mega proyecto. 

¿ Puede la UE competir con Beijing? 

Otro de los problemas a enfrentar para la UE, es la presencia de China en la CELAC. El intercambio comercial entre Beijing y algunos socios de la CELAC ha crecido sostenidamente. Hoy el gigante asiáticos es el mercado más importante para Brasil, Chile, Perú y Uruguay. El tercero para Argentina y Colombia. De esta manera las cadenas de valor se acrecientan y la región se ha transformado en una oferta de materias primas para China.

Beijing le compra Soja a Brasil y Argentina. Petróleo a Colombia, Argentina y Ecuador. Carne de vacuno a Brasil (El 43 % de toda la carne importada) y Argentina. Litio a Chile, Argentina y Bolivia y otros acuerdos mineros en la región. Pero eso no es todo. Invirtió  en Argentina, Brasil y Colombia y construyó infraestructura en los países de la CELAC. En Perú, China invierte en infraestructura portuaria y en proyectos mineros. En Ecuador su presencia también es notoria.

El eurocentrismo v/s No alineamiento activo 

En la UE todos saben que la agenda política  impulsada por Ursula von der Leyen, le ha costado en los últimos 2 años, enormes problemas para el bloque europeo. A la alta inflación, se le suman los problemas de abastecimiento energético a valores altísimos. La pérdida repentina de socios claves como Rusia y China, pone en riesgo la transición energética y el abastecimiento de recursos mineros y obliga a la UE a buscar nuevos proveedores. 

En tal escenarios, los miembros de la CELAC, entre ellos Brasil, México, Argentina, Colombia, Chile y Perú, vuelven a tener una importancia estratégica para la UE. El bloque europeo promete comercio bilateral, compra de materias primas, inversiones e integración digital. Su llamada Global Gateway, un portafolio de inversiones, busca un cierto contrapeso, respecto de las inversiones de China, que hace rato fijó su interés en la región.  

Pero ello no resulta tan fácil. La manera eurocentrista de imponer ciertas ideas sin considerar las diferencias, contextos y sensibilidades, pueden enfrentar la UE, en sus relaciones con CELAC, que impulsa entre sus miembros más destacados (Véase Brasil- México y Argentina) la política de “ No alineamiento activo”. Vale decir, los objetivos políticos de la CELAC no necesariamente pueden coincidir con los de la UE. Y las relaciones comerciales y de inversión, tienen que estar en sintonía con las alternativas funcionales al desarrollo latinoamericano. 

Desenlace de la guerra y las elecciones 2024

En tal escenario, el futuro de la relación UE-CELAC, queda en un compás de espera. Dependerá en gran medida de 2 aspectos fundamentales. Uno, el desenlace de la guerra en Ucrania y sus repercusiones en la UE. Dos, las elecciones en la UE en el año 2024 y por cierto, la reelección de Joe Biden (Política de continuidad) o Donald Trump (Aislacionismo) que podría sufrir cambios significativos en la relaciones de la UE, respecto de Rusia, Estados Unidos y China. 

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