En lo que va del primer semestre, en Perú se han presentado dos proyectos de ley que tipifican como delito el acoso sexual callejero. El primero de ellos fue desarrollado por la parlamentaria Rosa Mavila, con participación de variadas organizaciones de mujeres. El segundo, que salió a la luz a fines de junio, fue impulsado por la Ministra de la Mujer, Carmen Omonte. Las iniciativas, pioneras en Latinoamérica, se suman a las de otros países como Bélgica y Egipto, donde la ley ya está operando.
Muchos seguramente pondrán el grito en el cielo al ver cómo se sientan precedentes para lo que viene en Chile, con los argumentos de siempre: ¿Acaso ahora van a meter presos a los hombres por mirar? ¿Acaso uno ya no puede decir nada a nadie porque te pasarán una multa? ¿Acaso importa más su libertad de caminar tranquilas que mi libertad de expresión? A ellos, tenemos algunas cosas que decirles. Les pedimos el máximo de comprensión lectora posible y, por qué no, empatía.
En primer lugar, la mirada lasciva y el mal llamado “piropo” son bastante comunes, pero no son las únicas formas de acoso callejero. Por el contrario, existen otras formas mucho más graves, como la masturbación pública que sufrió una actriz peruana, persecuciones, tocaciones y los intentos de violación que son mucho más frecuentes de lo que quisiéramos y que no pueden quedar impunes. ¿O acaso a alguien le parece bien que el hombre de 51 años que seguía y fotografiaba diariamente a una escolar en el Metro de Santiago haya quedado sólo con prohibición de acercamiento? ¿Quién nos asegura que no esté haciendo lo mismo en este momento con otra niña? ¿Quién nos asegura que no es capaz de ir más allá? Tanto en Perú como en Chile, necesitamos una ley que se haga cargo de esta problemática de manera seria y responsable, sobre todo para estos casos más graves.
En segundo lugar, ambos proyectos de ley peruanos tienen un fuerte componente preventivo y no sancionatorio. Es decir, no busca llenar las cárceles de acosadores sexuales, sino visibilizar, concientizar y educar a las futuras generaciones, para que el acoso callejero deje de ser una característica “natural” y “pintoresca” de una nación en Latinoamérica y que exista una transformación cultural que asegure un futuro libre de él.
No todos los hombres son acosadores, pero todas las mujeres hemos sido acosadas. Es necesario que en Chile, tal como en Perú, trabajemos para que las niñas de hoy tengan un futuro diferente y no deban salir a la calle con vergüenza y miedo.
No todos los hombres son acosadores, pero todas las mujeres hemos sido acosadas. Es necesario que en Chile, tal como en Perú, trabajemos para que las niñas de hoy tengan un futuro diferente y no deban salir a la calle con vergüenza y miedo. Para eso, debemos impulsar ahora los cambios que apalanquen transformaciones en nuestra cultura. La mirada, el piropo, el agarrón, no provienen de la “naturaleza” de un hombre que no se puede controlar, provienen de una persona que ha vivido en una cultura del machismo y la violencia desde siempre.
Camila Bustamante
Licenciada en Sociología y vicepresidenta OCAC Chile.
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Feminazis
Porvenir Vizcay
Sería bacán que en vez de tirar esa etiqueta mala onda y sin sentido, aportaras al debate, comentando por qué no te parece la medida o por qué crees que es una exageración. Pero no, te tiras un pobre y simplón «feminazis». Con ese tenor lo único que logras es darle la razón a quienes pelean por sus derechos. Con ese comentario tan pequeño, a quienes vemos nuestros derechos vulnerados, nos das más fuerza para seguir en la que estamos.
Nika
Ese debe haber sido un troll o uno que aspira a serlo ja,ja. No lo pesques.
Tomás Tapia
Absolutamente de acuerdo. Soy hombre y tengo una hija. La verdad es que me carga la estupidez y lascivia de algunos de mis congéneres cuando agreden verbalmente a las mujeres que ven. Ya tuive una vez un encontrón con uno de estos tarados que trabajaba en la construcción, cuando sin darse cuenta que la mujer a la que piropeaba groseramente, era mi mujer. Todavía debe estar reconrdando la patada en el culo. Obviamente, sus compañeros tan cobardes como él, miraron para otro lado.
Dije que tengo una hija porque probablemente la mayoría de estos energúmenos tiene hijas, y no son capaces de ponerse en el lugar de ellas.
Patricio Morales
Me parece bien la medida. Sin embargo el cambio cultural también tiene que partir por parte de las propias féminas en su rol de madres, ya que si hay machismo, es también porque ellas forman a hombres machistas.Y por otra parte no debe haber mensajes contradictorios, ya que algunas féminas admiten que les agrada que les digan piropos (con el debido respeto) ya que según ellas : «les sube la autoestima». Si se implementara esta medida, estas féminas dirían «puta que somos pencas», ya que ningún hombre se atrevería a decirles una palabra .
Jorge
Que se puede esperar de este gobierno sucialista?? Porque siempre votan por los mismos zánganos parásitos que están en el congreso y aprueban estas estúpidas leyes?
Loreto
Me parece muy bien. Al comienzo tiene que ser preventivo. Cuando pasa más allá debe ser condenatorio. No puede seguir sucediendo lo del tipo del Metro. Espero que pronto se adopten medidas similares en el país.