#Género

El vocabulario de la discriminación

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Las palabras crean pensamiento y éstos construyen realidad. Por ello, en la vida política, en la discusión de lo público, es relevante instalar conceptos a fin de poder conquistar la opinión de la sociedad y lograr así, finalmente, aquellas metas que cada sector de la ciudadanía defiende en pos del bien común.

Sin embargo, en la era de la post verdad, con una política de baja calidad, es frecuente que la construcción de esos conceptos sea decididamente errada o forjada a partir de la mentira. Ello ocurre, por ejemplo, en materia de diversidad sexual. En una sociedad que busca discutir, democráticamente sobre identidad de género, adopción lesbo y homo parental, matrimonio igualitario, derechos de filiación e igualdad de género, entre otros temas, aparecen grupos que esgrimen seudo argumentos a partir de concepciones completamente falaces que buscan conquistar la opinión pública a fin de inclinar la balanza a su favor.

Hoy por hoy muchos de esos conceptos se esparcen por las redes sociales y medios de comunicación sin que sean debidamente sopesados ni confrontados, acá un breve listado:

“Dictadura Gay / de género”: recientemente utilizado por el Diputado RN Eduardo Durán en entrevista al diario La Tercera en la cual señaló “En Chile existe una ideología de género, es una dictadura. Se nos está imponiendo aceptar una realidad que nosotros no compartimos y eso es un atropello a nuestra realidad de conciencia.” Sin miramiento alguno el diputado igualó las demandas de género a un régimen político que, por la fuerza o la violencia, concentra todo el poder en una persona o grupo. En un país que vivió una de las dictaduras más crudas del siglo pasado, que se extendió por 17 años, uno esperaría que existiera un poco de prudencia al momento de usar este concepto, más aún, al provenir de una autoridad pública que milita, además, a un partido político cómplice de aquel régimen dictatorial.

Sin ningún criterio de realidad, este diputado busca posicionar en el imaginario colectivo que las demandas de igualdad de derechos entre hombres y mujeres, la defensa del derecho a la identidad y expresión de la misma, son equivalentes a la detención, desaparición y ejecución de personas. Ignora el Sr. Durán que lejos de matar,

“Feminazi”: siguiendo la misma línea del seudo argumento de la “Dictadura Gay / de género” se busca construir un nexo entre la opresión ideológica del nacional socialismo de Hitler con la idea de igualdad de derechos y deberes entre mujeres y hombres. De pronto, sin sustento alguno, exigir igualdad salarial por un mismo trabajo equivale a crear campos de concentración y asesinar por medio de ejecuciones masivas a más de 6 millones de personas.

“Piden tolerancia, pero no toleran a quienes piensan distinto”: esta idea se nutre de una supuesta lógica impecable, al estilo de jugada jaque mate. Sin embargo, no termina siendo más que una enorme muestra de ignorancia sobre la filosofía de la tolerancia, esta supuesta antítesis o paradoja de la tolerancia fue superada ya en 1945 por Karl Popper en su libro “La sociedad abierta y sus enemigos” donde se desarrollaba la idea de por qué no se debe tolerar al intolerante. La tolerancia es una virtud, pero el exceso de ella un defecto, en cuanto puede tornar relativo todo el actuar humano. ¿Debemos tolerar que alguien defienda la reinstauración de la esclavitud? Claramente no y argumentar contra ello no te vuelve intolerante.

Sería ingenuo pensar que la construcción de estos conceptos proviene de la mera ignorancia de quienes los emiten, cuando en verdad son productos de falacias interesadas que buscan ganar un espacio en la discusión pública

“Nos quieren imponer sus ideas”: quienes estaban en contra del divorcio, cuando éste se discutía en el, demasiado, reciente año 2004 ¿Pueden estar hoy en contra del divorcio? Por supuesto, estas personas pueden hoy negarse al divorcio para sus vidas y vivir un matrimonio hasta que la muerte los separe, el único cambio que esta ley trajo consigo es que permite que aquellas personas que sí deseen aplicar el divorcio a sus vidas puedan hacerlo. Nada se impuso, ni nada lo hace. Lo mismo ocurre con el aborto, la unión civil, el matrimonio igualitario, la identidad de género, etc. No buscamos imponer nada a nadie, sino que se reconozca el derecho a elegir estas opciones, así como quienes no las comparten eligen excluirlas de sus vidas, pero nada les da el derecho a que esa elección nos sea denegada.

“Son los niños los que tienen derecho a una familia con madre y padre”: Este concepto es jurídicamente errado y, por lo demás, insostenible. De ser real, el Estado debería obligar a todas las madres solteras a vivir con el padre biológico de sus hijas o hijos, o denegar la fertilización in vitro a personas solteras, a fin de resguardar este supuesto derecho del niño o niña. Sin mencionar que tal idea desconoce los distintos tipos de familia de existen en nuestra sociedad, donde ya existen hijas e hijos de parejas lésbicas, de padres homosexuales, que son desprotegidos al negar su reconocimiento ante la ley.

“Quieren tener más derechos que el resto”: No existe un sólo derecho que las personas de la diversidad sexual tengamos y el resto de la población no. Ley antidiscriminación, puede ser alegada por cualquier persona, si no me cree pregúntele a José Antonio Kast, quien demandó a la Universidad de Concepción por discriminación. Unión civil, pueden acceder todas las parejas de chile. La realidad es que son las demás personas quienes tienen derechos que a nosotras y nosotros se nos niegan. Cambio de nombre, pueden realizarlo todas las personas excepto las personas trans, Matrimonio, adopción y filiación pueden celebrarlo sólo parejas heterosexuales.

Sería ingenuo pensar que la construcción de estos conceptos proviene de la mera ignorancia de quienes los emiten, cuando en verdad son productos de falacias interesadas que buscan ganar un espacio en la discusión pública, a fin de obtener su imposición en el debate por derechos para las personas de la diversidad sexual.

Es el vocabulario de la discriminación, que busca dejar fuera del reconocimiento social a un grupo completo del país, a quienes se nos acusa de violentos, intolerantes e incluso de dictatoriales por el sólo hecho de pedir igualdad de derechos, porque parece no haber nada más aterrador que una sociedad donde podamos ser todas y todos diferentes, pero con los mismos derechos.

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2 Comentarios

Ricardo Barria

Buena relación de argumentos e interesantes puntos de vista, pero asumes demasiado.

Carlos

Excelente artículo, se agradece el aporte y se felicita la lucidez de las ideas.