Queramos o no la irrupción de las tecnologías de la información y de la comunicación, el mundo digital, e- learning y las aulas virtuales, aparecieron no sólo para quedarse, sino para masificarse aún más en las redes del sujeto posmoderno del siglo XXI. Hace aproximadamente unos cinco años surgió un nuevo concepto relacionado con la educación en línea, que atrajo las miradas e interés de desarrollarlo e implementación incluso a grandes universidades: los MOOCs.
¿Qué son los MOOC? El término MOOC es un acrónimo en inglés de Massive Open Online Course, que traducido al castellano viene a ser: cursos en línea masivos y abiertos. Se consideran una modalidad de educación abierta, ofrecida de forma gratuita por diversas plataformas educativas de internet. La posibilidad de estos de responder a la creciente demanda de la sociedad respecto a la formación continua en áreas específicas del saber, su flexibilidad horaria, el alcance masivo derivado a su gratuidad y compatibilidad con la vida laboral, todos ellos elementos que muchas veces con la formación tradicional no son posibles.
Una de sus principales características es la flexibilidad de tiempo. La mayoría de ellos puede ser tomado en cualquier momento o con patrones tentativos de duración, lo que permite que sea el propio educando el que se auto regule en función a sus tiempos. Está orientado a metas concretas de aprendizaje con evaluaciones que permitan medir y acreditar el conocimiento adquirido. Además, permite el acceso masivo de cientos de miles de estudiantes de todo el mundo interesados un tema específico. La gran mayoría no tiene topes de matrícula.
Es de acceso libre y abierto, pues no requiere una prueba de conocimientos previos ni ser alumno de la institución -universidad- que ofrece el MOOC. Tampoco requiere pago por el acceso a los contenidos y a la plataforma que realiza el curso. No obstante, con el propósito de dar incentivos para su realización y conclusión se han implementado sistemas de verificación, certificación y reconocimientos por aprobación o término, con cierto costo que en su mayoría fluctúan entre los 15 y 40 dólares. Su desarrollo es completamente en línea, permite utilizar la potencialidad de la WEB (audio, texto, vídeo, animación). A su vez, varias plataformas permiten vincular certificados obtenidos online con el currículum de Linkedin.
En nuestro país los antecedentes inmediatos de este formato educativo -MOOCs- los encontramos el primero de julio del año 2013 cuando en la Región de Tarapacá se inicio un curso masivo, abierto y en línea desarrollado por Rooter y la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia de España) patrocinado por Collahuasi -“Primeros pasos para Emprender: Oportunidades y tendencias de negocio” fue su nombre-.
En el mismo mes, la Escuela de Verano de la Universidad de Chile lanzó a través de la plataforma Classroom TV, diversos cursos y clases en línea para estudiantes de enseñanza media. Dicha casa de estudios se convierte en la primera en ofrecer esta modalidad. A partir del 2015 la Escuela de Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica de Chile entra de lleno al mundo de los MOOCs en alianza con Coursera, lanzando tres cursos: “Hacia una práctica constructivista en el aula”, “Liderazgo Instruccional: Perspectiva global y prácticas locales” y “Gestión empresarial exitosa para Pymes.”
Es de acceso libre y abierto, pues no requiere una prueba de conocimientos previos ni ser alumno de la institución -universidad- que ofrece el MOOC. Tampoco requiere pago por el acceso a los contenidos y a la plataforma que realiza el curso.
La Universidad de Chile no desea quedarse atrás y desarrolla en sus plataformas Classroom TV y Open edX los cursos: «Nuevas Miradas sobre Género y Etnicidad», «Sexualidad en la Escuela» y «Vulnerabilidad ante desastres socionaturales». La Universidad Diego Portales a través de la plataforma Udemy y de la mano del catedrático José Zalaquett se encuentra desarrollando un programa sobre Derechos Humanos con los siguientes cursos: “Introducción a los Derechos Humanos” y “Transparencia y Anti corrupción”. La última en integrarse a este auge es la Universidad de Santiago de Chile (USACH) a través de la plataforma MiríadaX y el curso: “ Búsqueda y Gestión de Información en la Web».
Como vemos, es imposible negar y desconocer la llegada de estos nuevos programas educativos, que -debido a su gratuidad, desarrollo en línea, flexibilidad de tiempo, contenidos dinámicos, posibilidad de certificación y educación continua a nuestro alcance- han sido lanzados por importantes universidades que décadas atrás hubiese sido inimaginable.
Para finalizar, algunos puntos en contra de esta nueva modalidad según especialistas, son la alta tasa de deserción de los alumnos (entre un 70% y 90% en las primeras semanas) por su gratuidad y métodos de desinscripción, la casi nula relación (feedback) con un tutor o profesor (pues se privilegian los foros y el auto aprendizaje) propio de la educación formal y presencial, la liberalidad en los tiempos de cumplimiento del programa y el cuestionamiento al método de evaluación, certificación, cumplimiento o aprobación de algunos cursos. Pues bien, el fenómeno está presente y el debate queda instalado.
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Mar Pérez Sanagustín
Estimado Paulo Andrés,
Muchas gracias por su interesante artículo.
Me gustaría indicarle que, desde Abril del 2014, la UC se incorporó a la iniciativa MOOC (incluso antes que la U de Chile). De hecho, la UC hizo un acuerdo con Coursera y ya son más de 9 cursos los que se han lanzado en esta plataforma (con más de 30.0000 estudiantes registrados hoy en día): https://www.coursera.org/ucchile
Por otro lado, me gustaría indicarle que la Escuela de Ingeniería UC cuenta también con su propia plataforma de cursos abierta (Ingeniería UC Online: http://online.ing.puc.cl/) donde se ofrecen cursos de formación en materias básicas para ingenerios.
Muchas gracias por la atención.
Saludos,
Mar