Este uno y dos de diciembre se rendirá la siempre polémica y mal ponderada PSU, medición que fue creada el año 2000 mediante un acuerdo del CRUCH y que reemplazo a la Prueba de Aptitud Académica (PAA). “Una mejor correspondencia entre un estándar de selección universitaria y los contenidos impartidos en la enseñanza media” fue uno de sus fundamentos, sin embargo, años más tarde y mediante un simple análisis nos daremos cuenta que esto en la realidad no es así.
Pero la crítica más lapidaria que podemos realizar es la de enterrar sueños, anhelos y ganas de surgir, tanto en términos sociales como intelectuales. La PSU constituye en la pirámide de segregación chilena, la última etapa y que confirma la crueldad de la estructura educacional que posee nuestro país. Para entender esta idea, es necesario analizar la realidad social chilena en uno de sus ámbitos: La segregación escolar.
Las diferencias culturales y económicas podemos evidenciarlas en cualquier ámbito de la sociedad chilena; en la distribución territorial, en la distribución de la riqueza o en el acceso a ciertos bienes y servicios, sin embargo, hay una distribución que no depende de ninguna de las anteriores y que es entregada a todos por igual. Los científicos han asegurado que los seres humanos al nacer, poseen una distribución de la inteligencia igualitaria, independiente de las capacidades de los padres o del contexto social –todo esto aceptando los distintos tipos de inteligencia propuestos por Howard Gardner-.
Sin embargo, según un estudio de la universidad de Chile titulado “Encuesta longitudinal de la primera infancia” las diferencias comienzan a visualizarse en el desarrollo del lenguaje a partir de los 2 o 3 años de edad por variados factores y estímulos que reciben los niños, estos dependen fuertemente del capital cultural y de la alimentación. Es así como los pequeños que tienen acceso a una mejor nutrición y más oportunidades de recibir estímulos, se aventajan respecto a sus pares que no poseen tales bienes. Esta constituye la primera “etapa” en el camino de la segregación.
En el sistema educativo chileno, existen distintos tipos de establecimientos destinados a albergar determinados alumnos provenientes de contextos culturales similares. Esta estructura educativa no permite a los estudiantes relacionarse con sus pares de otras realidades sociales, por lo que el proceso educativo solo se limita a una relación cultural homogénea, a tal extremo, que tenemos establecimientos para ricos, para clase “media” y para pobres. No nos olvidemos que también existen los establecimientos que son exclusivamente para varones y otros exclusivamente para mujeres.
Esta estructuración educacional permite que en los colegios para ricos los estudiantes ya aventajados en sus primeros años por su entorno sociocultural, solo se relacionen con otros niños igual de aventajados que ellos. De esta misma forma, en los establecimientos para la clase “media” –mal llamada así- sus alumnos se relacionan solo con sus pares de realidades y ventajas compartidas. Sin embargo y a pesar que lo mismo ocurre en los colegios para pobres, algo no es similar; sus ventajas obtenidas en los primeros 2 años de vida es significativamente menor, o sea que sin consentimiento, sin que nadie les pregunte están quedando atrás y siendo segregados de las distintas realidades sociales.
La PSU constituye en la pirámide de segregación chilena, la última etapa y que confirma la crueldad de la estructura educacional que posee nuestro país.
Existen diversos estudios realizados por la Universidad de Salamanca, que revelan el importante aporte que genera en los niños las relaciones con sus pares de distintos estratos culturales, incluso podría “recuperarse” toda la desventaja obtenida en sus primeros años de vida, producto de la mala alimentación o de la falta de estímulos. Aquí encontramos la segunda etapa de la segregación social.
La tercera muralla segregadora la tendrán miles de estudiantes este lunes y martes, quienes esperanzados en sus capacidades se enfrentarán a la temida Prueba de Selección Universitaria. Selección que vino desde mucho antes, y que realizó este sistema educacional que ya no da para más. Durante toda la vida escolar, los alumnos no fueron estimulados para desarrollar sus aptitudes, los prepararon para pruebas estandarizadas y fueron apartados de las distintas realidades sociales. Jamás nadie les pregunto cuáles eran sus sueños, y muy pocas personas estimularon sus talentos. Esta prueba confirma todo el proceso de segregación que vivieron los niños y niñas durante todas sus vidas y que los marcará 40 o 50 años después.
¿Sabremos cuántos sueños mata todo este proceso? ¿Cuántos Neruda, Bolaño o Parra, entierra la PSU? Aún sin responder estas preguntas, creo necesario no sólo terminar con esta prueba, sino con toda esta estructura hija del neoliberalismo. No podemos seguir alimentando la competencia, ni mucho menos la muerte de miles de talentos en nuestro país.
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Marcelo Ortiz Lara
Marcela,
La realidad educativa y cultural pre-70′ permitía a personas autodidactas y con talento surgir sin la necesidad de entrar a la universidad. Un ejemplo claro fue Neruda quien comenzó con sus trabajos poéticos desde adolescente, esto se explica por la característica global de la educación que estimulaba el desarrollo de todos los ámbitos y ciencias, como las humanistas, las artísticas, las ciencias fisicas, etc.
Creo que deberías replantearte el termino «luchar» en el contexto actual en Chile, pues veo pinceladas de meritocracia, aun mas cuando una prueba puede (en la mayoría de los casos) determinar el futuro de los jóvenes.
Por ultimo, el estudio de la psu y el éxito logrado en este responde fielmente a la capacidad de PAGAR preuniversitarios, asistir a establecimientos preocupados de este estándar, entre otros factores. Es cierto que existen excepciones a la regla, sin embargo no debemos reducir la realidad inductivamente.
vasilia
Pinceladas no, estoy a favor de la meritocracia y que las cosas no tienen por que ser regaladas. Si algo nos pasa a los seres humanos, que es muy malo, es que no apreciamos lo que se nos da facil.
Lo que pasa es que en la realidad educativa y cultural actual, los niñatos quieren todo listo y empacado. Por eso tanto show contra la PSU. Exigen como un derecho ingresar a la universidad, porque tienen una idea tan fantasiosa sobre ella, que creen que es casi obligacion que el Estado les permita entrar. ¡Pero si entrar nunca ha sido el problema! (con PSU o sin ella, porque hay monton de universidades que no exigen PSU). Lo verdaderamente complicado es salir. De hecho, si quieres frustrarte de verdad, ingresa a la universidad. Varios suicidas lo son gracias a ella. Porque aparte de todos los malos ratos que te provoca estudiar en una, sales de ella, pensando que tendras un mejor futuro… y te das cuenta que el mercado no va a pagarte ese esfuerzo. Es mas, una vez que entras, con suerte sales. Porque el mercado te exige que tengas postitulo, y postgrado y tal vez entonces te contraten… por 3 chauchas.
Pero en vez de la PSU creo que deberiamos ser como la Universidad de Buenos Aires: ok, entren todos… pero salen pocos, salen los que se esforzaron, los que estudiaron, los que superaron los problemas. EL resto, que se las arregle (en realidad, que se jodan). Asi deberia ser en Chile: ok, todos los que quieran ingresen, pero adentro desearan jamas haber entrado. Educacion de calidad que le dicen: si no estudias, no sirves. Eso es en realidad ser universitario. Por eso casi todos los grandes artistas no lo fueron ni lo son.
solopol
En las artes, la universidad es un invento moderno, de hecho pienso que, actualmente, la universidad se ha apropiado del arte y lo ha tergiversado para su propia conveniencia. A la gente le sorprendería saber que tal vez más del 90% de los grandes compositores no fue a la universidad (Ni Bach, Beethoven, Mozart, Schubert, Hadyn, y practicamente todos los grandes músicos del período clásico), tampoco los grandes pintores fue a la universidad, se educaron en academias, o con maestros, igual que los músicos. En la arquitectura fue la misma historia, dado que los arquitectos salían de los maestros constructores, y estos de los albañiles, picapedreros, artesanos, otro tanto sucedía con los poetas, dramaturgos. Habitualmente, la forma de aprender algún arte u oficio se relacionaba con el aprendizaje de una técnica, y este se transmitía de manera personal, de padres a hijos, o entre amigos, colegas, etc. Estoy totalmente a favor de una universidad pública estatal abierta a quien quiera estudiar, gratis por cierto, o sin pago de arancel, y hay muchas profesiones que deben estudiarse en la universidad, como por ejemplo, la medicina, la ingenería civil. Pero tampoco se puede exagerar y centrar todo en la universidad, esa es una enfermedad moderna, y particularmente fuerte en nuestro país, donde muchas personas talentosas se pierden por no tener un título, muchas veces con estudios incompletos, y nadie puede negar el derecho a un buen trabajo o a una carrera y exitosa por este hecho. A muchas personas no les gusta esta verdad porque les gusta defender intereses sectoriales, les gusta mantener el poder, y al menos en materia de arte la universidad mantiene un poder particularmente fuerte, injusto y academicista, por mucho que lo disfracen de buena onda, modernidad… la universidad excluye al artista que no entra dentro de un circuito, o que no tiene ciertos contactos, y para eso les resulta muy fácil la vía de centrar y de ordenar todo en base a la actividad institucional. El arte no es propiedad de la universidad ni de los universitarios, que son mas bien intelectuales que artistas, es de hecho más técnico y más cercano al artesano, y la prueba está en los siglos y décadas anteriores, que han dado muestras harto más interesantes en materia de arte… y no podemos negar eso… Marcela tiene bastante razón.
Marcelo Ortiz Lara
Gio,
la misma respuesta anterior, solo analice la realidad vigente en esos tiempos y la importancia a la realización de todas .-o la mayoría- de las ciencias, artes u oficios.
Saludos
solopol
No estoy negando lo que tu estás diciendo, sólo estoy diciendo que no todo es universidad. De hecho, no sólo no te estoy contradiciendo sino que estoy tratando de ampliar la perspectiva. Claro que hay injusticias debido a que no todo el mundo puede pagar un preuniversitario y pasar todas esas pruebas estandarizadas. Pero también, para qué centramos todo en la universidad, vuelvo a insistir. Stanley Kubrick no estudio en la universidad, un escritor no necesita ir a la universidad para poder escribir. Necesita poder ser publicado, y para eso requiere una sociedad que valore su trabajo y lo remunere. Entonces, aparte del problema que señalas, y muy bien, también existe un tema cultural, que es cómo valoramos el trabajo de los demás. ¿Valoramos el trabajo de un mueblista? No, y por esa razón en otros países los mueblistas pueden ser reconocidos socialmente, no sólo pueden vivir sino que además son valorados como personas. Acá no, y de hecho se piensa que ser mueblista es ser ignorante, y eso es super falso. Pero tan falso como que en la Wikipedia hay biografías de mueblistas, se llaman «diseñadores» y son importantes referentes del diseño industrial.
solopol
También tenemos el caso de Hernán Rivera Letelier, que no es de mis escritores preferidos pero me gusta y lo he leido. ¿Quien trato de obstaculizar su carrera como escritor? Además del hecho de que no pudo estudiar por el hecho de ser pobre, cuando comenzó a publicar y a ser un éxito de ventas recibió críticas por vender mucho. Entonces ahí también hay una barrera que hay que considerar. ¿Por qué va a estar mal que un escritor venda libros? ¿Es malo eso? ¿Es neoliberal? No estoy hablando de que la educación deba ser pagada, yo creo que las universidades estatales deben ser libres de pago. Pero ahí la barrera social no vino del estado ni del mercado, vino del prejuicio. Es un ejemplo que quiero poner, ya que opiné debido a la mención del reconocimiento social de los escritores. Saludos
Marcelo Ortiz Lara
Estimado, lo mismo.
Analice la importancia que se le daba a los oficios y a los talentos autodidactas en ese contexto y como se han vuelto importantes las universidades actualmente en un Estado mercantilizado, sobre todo las carreras científicas ligadas a la matemática.
vasilia
No sabia que Neruda, Bolaño o Parra necesitaron la universidad para ser lo que fueron. De hecho, que yo sepa Bolaño ni siquiera termino la secundaria.
Los sueños no se entierran por algo tan estupido como la PSU. Los sueños se entierran cuando no luchas por ellos.
La PSU es criticable, pero si no eres capaz de estudiar para una estupida prueba ¿para que entras a la universidad?