La radicalización de las teorías del capital humano y el avance del neoliberalismo a nivel mundial han cambiado completamente la forma de entender la universidad en relación a su rol, posición y circulación de conocimientos. En el plano de lo “político e institucional” la universidad se presenta en crisis de hegemonía, por el vaciamiento intelectual de su función y crisis de legitimidad por la segmentación del sistema (Público-Privado), sumado a la desvalorización de las credenciales y/o diplomas.
El primer elemento de producción dentro de la universidad (relaciones de producción) es identificado, en primer lugar, por la generación de capital por medio de la incorporación de estudiantes-consumidores. Estos estudiantes-consumidores incorporan circulante, dinero, por medio de la cancelación de matrícula, aranceles, materiales, comida, etcétera. Está adquisición de dinero se denomina plusvalía relativa, que se distingue de la plusvalía absoluta por su vinculación a los servicios y no directamente al trabajo. Este principio de “consumo” por un servicio, se instala en las universidades chilenas desde las reformas neoliberales de la dictadura militar, que descansa en el principio de capitalización individual, dejando atrás las orientaciones de la educación como rol social y colectivo de desarrollo.
El segundo elemento se presenta en la generación de conocimiento-mercancía, que responde a la “producción propia de las universidades”, por medio de su fuerza trabajo(docentes-ejecutivos-investigadores) que valorizan su conocimiento. En general, esto, se expresa en mejoras de las tasas de ganancia de una empresa o sector productivo especifico; un ejemplo de esto es la generación de tecnología. Esta valorización no es exclusiva de las áreas de desarrollo de las “ciencias naturales”, sino también de las ciencias sociales, como es el caso del constante desarrollo de investigación en procesos de gestión y control social (psicología, sociología, periodismo, etcétera). Este elemento de realización de valor de uso, es otro elemento destacado en las actuales universidades, centrado en su vínculo de desarrollo con industrias especificas, que para el caso Chileno se pueden encontraren la minería, pesca y servicios especialmente farmacéuticos y financieros. Se gesta así una nueva relación de producción Universidad-empresa. Estos elementos de capitalización la podemos denominar como un movimiento productivo de la valorización como unidad, o sea, que son propios de la universidad como institución-empresa, que por medio de la obtención de plus-valor relativo de los estudiantes-consumidores y la valorización del conocimiento-mercancía en relación a las empresas nacionales, dan origen al capital inicial con que las universidades actuales dan funcionamiento a su lógica como medio de producción.
El segundo movimiento de producción, responde a una valorización de carácter “individual”. Este consiste en que el principio de elección y capitalización individual (libertad de enseñanza), posiciona a este estudiante-consumidor dentro del desarrollo de las fuerzas productivas. En consecuencia, la necesidad de desarrollar las fuerzas productivas (modo de producción) es fundamental para la modificación de las relaciones sociales de producción y adecuarlas a las necesidades de las primeras. Cuando me refiero a fuerzas productivas en este caso, es puntualmente al desarrollo de la fuerza de trabajo. Esta fuerza de trabajo se expresa por este estudiante en transición a profesional u/o investigador que busca en la adquisición de un servicio(educación-credencial) valorizar su fuerza de trabajo dentro del mercado laboral de una “mejor” manera, de acuerdo al tiempo invertido en su “capacitación” en un saber y/o conocimiento especifico. Este proceso de valorización individual busca de manera sistémica aumentar el desarrollo de las fuerzas productivas para así aumentar las tasas de ganancia, o sea, de la producción nacional en su conjunto. Esta aspiración individual hoy en día se ve en cuestión, ya que el progresivo aumento de universidades y el incremento desregulado de profesionales de una misma área, genera una competencia brutal entre personas con un mismo saber, que ha dejado inconclusa la promesa de una segura valorización en el mercado del trabajo. No obstante esto, el segundo movimiento de producción tiene como dirección desarrollar específicamente fuerza productiva, que en términos sistémicos no retribuye valor directo a la universidad, ya que es una “inversión” individual, o sea, de la fuerza de trabajo en preparación.
Es complejo el actual rol de una universidad tensada por una sociedad cuyo desarrollo social y económico no tiene parangón y es cada vez más difícil modificar las formas en que se concibe la “reproducción de la vida”. Pero este estado de cosas no es un todo cerrado, pues en esta tensión entre conocimiento y sociedad, no solo existen experiencias de corte liberal económico (actual modelo educativo), ya que ante esta ofensiva también se han levantado apuestas de control comunitario de los procesos de producción de conocimiento de las universidades. Esta alternativa se constituye en una oportunidad de resituar el conocimiento socialmente producido en un lugar comunitario de relación interna y externa de democratización radical, o sea, dentro de las universidades, entre profesores, funcionarios y estudiantes, por una parte y de manera externa con la comunidad territorial, espacial o local. Estas tensiones de la actual universidad, así como consolidan situaciones, también posibilitan el desarrollo de nuevas relaciones de producción en el seno del actual medio de producción más “moderno” y eficaz de la burguesía: las universidades.
Es complejo el actual rol de una universidad tensada por una sociedad cuyo desarrollo social y económico no tiene parangón y es cada vez más difícil modificar las formas en que se concibe la “reproducción de la vida”. Pero este estado de cosas no es un todo cerrado, pues, en esta tensión entre conocimiento y sociedad, no solo existen experiencias de corte liberal económico (actual modelo educativo), ya que ante esta ofensiva también se han levantado apuestas de control comunitario de los procesos de producción de conocimiento de las universidades.
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Claudio
Señor economista, sería mas interesante y productivo discutir entorno al fondo mas que a la forma. Como para que sirvan de algo estas plataformas, mas allá de elevar egos…
Claudio C.
Estudiante y Trabajador
Fuerza Universitaria Rebelde |
[…] Por Mauricio Rifo Melo Publicado en : El Quinto Poder […]
Guillermo Diaz
A esto le llamo escribir obviedades, sólo que con la particularidad de escribirlo en retórica marxista. Pareciera que hay más una intención de presumir que de aportar algo nuevo al debate, porque de verdad que no se dice nada nuevo. Parecen cliches de universitarios retocados con un lenguaje académico, pero muy mal logrado y muy forzado.
Sin embargo, hay que reconocer el optimismo desenfrenado del autor (porque de verdad emociona) cuando señala que «se han levantado apuestas de control comunitario de los procesos de producción de conocimiento de las universidades» como respuesta a la mercantilización. Ese último párrafo es lisa y llanamente ciencia ficción e idealismo vulgar al estilo de Bogdanov o Fourier. Paradójico, porque el autor precisamente utiliza una nomenclatura (exacerbada) del materialismo histórico.
Guillermo Diaz.
Economista e Investigador.