Uno de los mayores problemas que tenemos a nivel nacional es el sobre endeudamiento de nuestra población. No contamos con casi ninguna capacidad de ahorro y hemos olvidamos que es el pilar fundamental de una sociedad que quiere proyectarse. El ahorro es el motor propulsor, la energía vital que mueve a un país; una sociedad sin capacidad de ahorro invariablemente es una sociedad limitada, sin capacidad de crecer y mejorar su calidad de vida. El consumismo sin contención que vivimos en la actualidad, producto de un modelo económico que se sustenta en el consumo de la población, ha transformado esta forma de vivir en una droga dura que mantiene el modelo pero que destruye a las personas, más temprano que tarde necesitaremos intervenirlo y enviarlo a rehabilitación.
El proceso de cambio que estamos viviendo en nuestra sociedad pasa invariablemente por crear un cambio sustancial en la forma de hacer desarrollo. No sacamos nada con que el modelo actué bien en lo macro-económico, si invariablemente no distribuye como corresponde a las personas, producto del alto endeudamiento. Necesitamos desarrollar un modelo económico más humano, ético en su actuar y con conciencia social; eso pasa invariablemente por darle valor agregado a nuestra riqueza natural y dejar de ser un simple intermediario para que las grandes transnacionales obtengan los benéficos, es la única manera de salir del círculo negativo del consumismo que nos rige actualmente y pasar a ser una sociedad productora de bienes.
Hemos aceptado de buenas a primeras la codicia, la falta de ética y el doble estándar como algo natural, asociándolo equivocadamente con competitividad; ser competitivos es algo muy diferente a la codicia y la falta de ética, competitividad es la capacidad de generar la mayor satisfacción posible a los consumidores con un precio menor fijado por una cierta calidad y eso solo se consigue con buenas practicas comerciales.
Necesitamos reglas y conceptos claros, es imprescindible tener un Estado balanceado en todo sentido, entendiendo que las instituciones que lo conforman son de todos los chilenos y, por ende, no pueden disponerse de acuerdo a los intereses de las transnacionales y entregarles la responsabilidad de crear estrategias de desarrollo. Es irresponsable y falto de todo sentido común. En esto radica el contra sentido del modelo, que parte del presupuesto que somos éticos, conscientes y con sentido común, cuando en verdad la realidad demuestra que somos todo lo contrario y si no nos ordenan la codicia nos rige. El error de considerar que en un principio somos conscientes y bien intencionados, ha predispuesto erróneamente que el modelo sea en la actualidad extremadamente vulnerable y totalmente falto de convicción, creando las aberraciones en su funcionamiento como las actuales. Con los años hemos reducido el Estado a su más mínima expresión, permitiendo el abuso como una forma comercial aceptable mientras pague IVA, transformando a los sectores vulnerables en verdaderas esponjas de generar riqueza para los grupos dominantes, no importando si se los condena a vivir una vida desdichada.
El caso del BancoEstado es emblemático, reflejando la falta de visión con que ha actuado el Estado todos estos años, transformándose en un ejemplo de lo que no se quiere bajo ningún concepto que siga sucediendo; por eso el titulo de este articulo de opinión. Si la AFP estatal operara como el BancoEstado, ¡estamos mal!.
A los días de hoy el BancoEstado, más que una institución de ayuda y fomento para el desarrollo social, como lo fue desde su creación en el año 1953 bajo el gobierno de Carlos Ibáñez del campo, se transformó en una entidad que traicionó sus principios. Hoy es un banco como cualquier otro de la banca privada, con todo lo malo y con nada de lo bueno que tiene la banca privada para ofrecer; incluso operando con tasas de interés más altas que los mismos bancos privados que operan en la actualidad; abusando de un segmento cautivo de la población que no tiene otra alternativa que aceptar las condiciones impuestas por esta institución.
Hemos aceptado de buenas a primeras la codicia, la falta de ética y el doble estándar como algo natural, asociándolo equivocadamente con competitividad; ser competitivos es algo muy diferente a la codicia y la falta de ética; competitividad es la capacidad de generar la mayor satisfacción posible a los consumidores, con un precio menor fijado por una cierta calidad y eso solo se consigue con buenas practicas comerciales.
El cambio de formato de operación del banco llegó en el gobierno de Ricardo Lagos, el 11 de marzo del año 2000 es nominado para la presidencia del Banco, el economista Jaime Estévez de ideología socialista. Llegó con la misión de cambiar la fundamentación de la institución y hacerla más lucrativa. Tenemos que tomar en cuenta al analizar esta realidad, que en aquellos años cuando aun quedaban algunas instituciones estatales, que las decisiones de los gobiernos carecían del concepto de conciencia social; se aceptaba como regla de oro que el mercado lo regulaba todo y se entendía como normal privatizar las empresas del Estado para que generaran lucro a como de lugar, de no ser así tenían que dejar de existir. En este escenario un año después de la llegada de Estévez, se lanzaba la nueva imagen corporativa del banco y pasó a llamarse BancoEstado a secas, quedando en el olvido el compromiso social que había tomado la institución al ser creada.
Los argumentos que justificaron el cambio de rumbo, fue que era más rentable trabajar con las grandes empresas corporativas que con los segmentos de menor poder adquisitivo, que significaban un alto riesgo comercial y que los gobiernos en ese entonces no estaban dispuestos a correr. Había que ser eficientes y no había duda que lo mejor era trabajar con las grandes empresas, aplicando los mismos criterios utilizados por la banca privada y transformarse en un banco más de la plaza, con licencia para lucrar. Si la gente de los segmentos bajos y medios querían tener acceso a los productos del banco, tendrían que estar dispuestos a pagar los altos intereses que significaba ser considerados “clientes de alto riesgo”. Para no ser menos y demostrar como sería el planteamiento de aquí en adelante, inauguraron la nueva política del banco, concediéndole al grupo Luksic un crédito con tasas preferenciales de 130 millones de dólares, para que compraran el Banco de Chile y lo fusionaran con el Edwards. Con los años se supo que el crédito era de muy baja rentabilidad económica, sin objetivos sociales, sin ningún fundamento ético que lo justificara; pero inicio al nuevo fundamento del banco y el ciclo de los últimos 14 años a la fecha. Más tarde, lamentablemente, se habló que el verdadero objetivo del otorgamiento del crédito, tuvo como propósito favorecer al mismo Estévez, para que se hiciera miembro del directorio del Banco de Chile.
Hoy hemos tomado conciencia que las instituciones estatales no deben generar lucro a como de lugar como se creía en ese entonces, sobre todo cuando son entidades de todos los chilenos y se ha entendido, que deben tener la capacidad de realizar antes que nada una labor social de fomento y fundamentación del desarrollo de la nación y nunca rentabilizarlas abusando de la ciudadanía. Bajo ese concepto de madurez social que estamos empezando a alcanzar como sociedad, es perfectamente pertinente y factible de hacer, ya que hablamos de una educación estatal gratuita de calidad y sin fines de lucro, de una AFP y una salud estatal, entendiendo por fin la diferencia entre lucro, rentabilidad y ganancia, que el BancoEstado vuelva a encauzarse en su senda original y volver a retomar los principios de su creación y ser nuevamente una herramienta de trabajo para las PYMES de Chile.
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servallas
Creo que tienes toda la razón, ahora, si se «nacionalizan» los fondos que tenemos en las AFP´s , como creo que será en el futuro, estaremos más fritos, se los consumirán en muy poco tiempo.