El envejecimiento de la población, el cambio del perfil epidemiológico, las vulnerabilidades socioeconómicas de la población y la falta de financiamiento que enfrenta el sistema público de salud en Chile, han generado las condiciones para una creciente sobrecarga de personas enfermas en los prestadores de atención en salud, generando largas listas de espera y atenciones médicas de calidad deficitaria. Pese al dedicado trabajo de los funcionarios públicos de la salud, el sistema enfrenta serias deficiencias en financiamiento para superar las inequidades en el acceso y mejorar la calidad de los servicios de salud para la población, especialmente para los sectores más vulnerables. El gasto público en salud como porcentaje del PIB ha sido significativamente inferior al promedio de los países de la OCDE. En 2019, Chile destinó solo el 6,7% de su PIB al gasto público en salud, mientras que el promedio de la OCDE fue del 8,8%.
Como si fuese poco, el sistema de salud privado enfrenta una crisis aún más grave caracterizada por la inequidad en el acceso a los servicios de salud, sus altas tasas de cotización y las crecientes alzas de los planes de salud. Estos sobreprecios y abusos de las ISAPRES ha llegado a tal punto, que la corte suprema falló en contra ellas, acreditando mal uso de las tablas de factores que se tradujo en precios finales usurarios y condenando a reembolsar a los usuarios por montos que la Superintendencia de Salud estimó que representan un total de más de USD $1400 millones. Todo estos elementos han llevado a una gran cantidad de personas que cotizaban en ISAPRES a tomar la decisión de cambiar de sistema de seguro de salud a FONASA o reducir su plan de cobertura debido a la falta de recursos para cubrir las alzas de las ISAPRES.Se deberían utilizar los recursos recaudados por el Royalty Minero para destinarlos a fortalecer FONASA y mejorar el financiamiento directo de Hospital Públicos, a propósito de la crisis de las ISAPRES y de las enfermedades respiratorias
La falta de financiamiento adecuado es uno de los principales obstáculos que limitan la capacidad del Fondo Nacional de Salud (FONASA) para garantizar una atención de salud equitativa y de calidad. Según datos del Ministerio de Salud, en el año 2020, el presupuesto asignado a FONASA representó solo el 3,9% del Producto Interno Bruto (PIB) de Chile, una cifra insuficiente para cubrir las necesidades de la población.
El Royalty Minero recientemente aprobado, constituye una fuente de ingresos fundamental para el Estado chileno, derivada de la explotación de recursos minerales metálicos. Según estimaciones del Ministerio de Hacienda, la recaudación proveniente del Royalty Minero en régimen se proyecta que sean equivalentes al 0,45% del PIB. A pesar de la importancia de la industria minera en la economía chilena, los recursos que ha generado no han sido utilizados de manera efectiva para fortalecer el sistema de salud y mejorar el financiamiento directo de los hospitales públicos.
Los establecimientos de salud públicos arrastran deficiencias de infraestructura, equipamiento y recursos humanos, lo que impacta directamente en la calidad de la atención médica. Además, la falta de recursos ha llevado a una gran demanda insatisfecha en el sistema de salud, lo que se refleja en largas listas de espera para cirugías y consultas especializadas. La utilización de los recursos recaudados por el Royalty Minero para fortalecer el FONASA y mejorar el financiamiento directo de los hospitales públicos contribuiría a reducir la brecha de desigualdad en el acceso a la salud, a disminuir las listas de espera y a garantizar una atención de calidad para todos los ciudadanos.
Por lo tanto, se vuelve un imperativo el enfrentar este desafío con decisión para resguardar y hacer efectivo el derecho a la salud de toda la población, con especial énfasis en los chilenos más vulnerables. Se deberían utilizar los recursos recaudados por el Royalty Minero para destinarlos a fortalecer FONASA y mejorar el financiamiento directo de Hospital Públicos, a propósito de la crisis de enfermedades respiratorias y de ISAPRES.
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