En los últimos días me he enterado del cierre de la iniciativa de clusters liderada por el Consejo Nacional de Innovación (CNIC) y la Corfo, que tenía como objetivo identificar y proyectar sectores de alto potencial de crecimiento e impacto el desarrollo futuro del país.
Durante varios años y producto del trabajo mancomunado de muchas personas e instituciones muy diversas, en que estaban representadas distintas sensibilidades y posiciones, se logró identificar los sectores y establecer planes de trabajo concretos que hoy se detienen. Esto me parece un despropósito por decirlo de manera suave, considerando que el trabajo de definición de esta estrategia involucró a cerca de 1.000 personas de diferentes ámbitos y tuvo un costo aproximado de US$ 4.000.000, entre costos directos e indirectos.
La identificación de estos sectores fue realizada en forma muy consensuada y con un profundo análisis realizado por diversos especialistas, apoyados por la empresa consultora Boston Consulting Group (BCG), uno de los mayores especialistas a nivel mundial en el diseño de estrategias y políticas públicas de innovación. Partiendo de 100 sectores, BCG logró identificar los 8 sectores con mayor potencial: Acuicultura; Alimentos Procesados; Fruticultura; Minería del Cobre; Offshoring; Porcicultura-Avicultura; Servicios Financieros; y Turismo de intereses especiales
Cada uno de estos sectores debía definir un modelo de trabajo y una cartera de acciones e iniciativas. Todo esto ocurrió entre los años 2006 y 2007.
Quiero comentar mi experiencia personal, ya que me tocó participar en un uno de los cluster identificados, el de
Servicios Globales, también conocido como Offshoring. Contaba con una mesa público-privada, muy amplia y que trabajó de forma muy seria durante varios años. En ella habían representantes del sector privado, gremios (ACTI, a través de su presidente Raúl Ciudad y luego Miguel Pérez), academia (Universidad Católica, representada por el entonces Decano de Ingeniería y actual Ministro de Obras Públicas, Hernán de Solminihac, y el rector de Inacap, Gonzalo Vargas), Foro ProInnovación (representado por la actual Subsecretaria de Turismo, Jacqueline Plass, y Raúl Rivera, presidente del Foro) y sector público (Ministerio de Economía, Corfo, Relaciones Exteriores y Educación). Lo desarrollado por ese directorio público-privado es de las experiencias PPP (alianzas público privadas) más exitosas que conozco y
se obtuvieron muchos y variados frutos producto de ese trabajo.
Dicho sea de paso, una de las metas planteadas en la Estrategia Digital 2007-2012, tenía un eje asociado a la exportación de servicios y planteaba como objetivo al 2010 llegar a los 1.000 millones de dólares de exportación de servicios,
¡meta que se cumplió!
Hoy por decisión unilateral y probablemente con un fuerte sesgo ideológico de larga data, asociado a la planificación industrial de las década de 1960 y 1970, se detiene ese trabajo. Un verdadero despropósito, ya que botar por la borda importantes recursos económicos, amplios consensos respecto de una política de Estado y años de trabajo público-privado en forma unilateral es un gran desperdicio. Además, la decisión es una clara falta de respeto hacia los actores que participaron en forma voluntaria y destinaron horas de su tiempo con el objetivo de potenciar una estrategia país en materias de innovación, que al menos en el caso de los servicios globales mostró ser exitosa. Si el actual gobierno no compartía el modelo, debió al menos gestar su fin en los mismos términos participativos y analizados que cuando se diseñó.
Suena más a “me llevo la pelota para la casa” o a “el perro es mío”, que a un diseño sustentado y con asidero. La pregunta que surge es: ¿cuál es la nueva estrategia de innovación? Porque todos los países exitosos en esta materia tienen una. Al parecer no soy el único molesto, dado lo que plantea el académico especialista en Innovación José Miguel Benavente en
la columna de opinión en La Tercera que escribió junto a Guillermo Larraín y Jorge Rodríguez. Aunque, para ser justos, no sé si eso es consuelo.
* Alejandro Barros fue Secretario Ejecutivo de la Estrategia Digital del Gobierno de Chile entre 2007 y 2009.
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Comentarios
06 de julio
Alejandro:
Estoy totalmente de acuerdo con lo que planteas. Me produce indignación qu una política de Estado que muchos esperamos por años, consistente en focalizar los escasos recursos de los que disponemos para Investigación y Desarrollo en áreas en las que Chile tiene ventajas competitivas, se mande al tacho de la basura por razones estrictamente ideológicas.
Pienso que la política de los clusters fue un acierto, y recién cuando empezaba a tomar forma, viene esta zancadilla brutal.
Cuánto tendremos que reconstruir al término de este Gobierno, que se parece cada vez más a una invasión de bárbaros.
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