He concluido que solo quiero hacer la voluntad de mis antepasados, ellos me pusieron aquí, y como embajador en la IX versión del Foro Mundial Indígena de Negocios Nueva Zelanda octubre 2018, me han permitido conocer un mundo al que nuestro pueblo mapuche debe llegar, al desarrollo, o mejor dicho el que debe recuperar, el derecho a vivir y decidir el futuro de nuestro pueblo.
Concuerdo con Martin Luther King cuando dijo “no le temo a ningún hombre”, yo tampoco, pero porque he visto y siento la fuerza de nuestro antepasado y no hay nada que nos impida cumplir nuestra misión. Sin duda somos los herederos de Pelantaro y muchos otros líderes (toki) y cona (guerreros) que no se conocen sus nombres. No podemos volver atrás, pero podemos construir el futuro para nuestro pueblo, para ello debemos recuperar los derechos históricos, me refiero a los derechos económicos, territoriales, económicos, políticos y culturales.
Y es precisamente lo que he aprendido en este viaje al país Maorí, del cual me siento hermanado. De cada reunión, cada paisaje, cada discurso, cada ciudad y cada persona me trasmitió que no podemos vivir solo del pasado de nuestros grandes líderes, vi los grandes líderes que conducirán el Pueblo Maorí mañana, lo que me llama hoy a reconstruir y renacer ese viejo credo que en mapudungun se dice “marrichiweu”, y que significa que si cae uno se levantan 10, por lo que llegó el momento de pasar a liderar el cambio necesario.
He visto como los jóvenes Maorí en vez de jugar fútbol o ver televisión se reúnen un fin de semana en el lugar de sus ancestros (Opotoki), de su clan, viajando de distintos lugares a cantar y soñar en conjunto, a hablar su idioma y a trabajar en conjunto para ganar un concurso de su propia cultura como pueblo, y en ese lugar todos comparten el mismo sueño, de un solo pueblo, un solo camino y hablan solo en su idioma Maorí.
He visto como cada clan se reúne en su propia Ruka (marai) a recordar sus ancestros, a no olvidar que son resultados de luchas centenarias y duras, a recordar que su existencia es porque sus abuelos murieron para que ellos vivan hoy, no es casualidad ni resultado de un juego azaroso su existencia. Que son los heredares de su pueblo, he visto como ese lugar físico reúne la mente, el cuerpo y el espíritu de un pueblo.
He podido apreciar como construyen su plataforma académica para ser profesionales y aportar en el desarrollo de su pueblo, las universidades se construyeron para el desarrollo de las naciones, como la nación maorí tiene sus propios centros académicos y de pensamiento. Ya no son objetos de estudio, son sujetos de su propio desarrollo.
He visto la prueba inquebrantable que un líder indígena no tiene por qué ser pobre y vivir de la caridad del estado para viajar a una reunión y cumplir su misión de líder de su pueblo; que el desarrollo económico es el pilar para la autonomía política; he visto como se han desarrollado económicamente como empresarios, en el WIBF (World Indigenous Business Forum), pero ya no solo lo conozco por libros y por discursos, sino que he visto este ejemplo en el pueblo maorí.
Por ello he regresado rápido a Chile con más energía que nunca, siento que estamos en un histórico momento en que hay que trabajar muy duro en lo que podemos y deber ser, no seguir sufriendo en lo que no pudimos ser. Estoy completamente consiente que mientras me encontraba en Nueva Zelanda, habían muchos niños mapuche baleados, en hospitales, viviendo en hogares de menores en el cual son golpeados todos los días, estoy consciente que mientras escribo estas palabras hay muchos hermanos y hermanas esperando una oportunidad que nunca llegara, a menos que abramos el camino, y esa es mi misión.
Estas palabras no alcanzan a expresar toda mi gratitud y cariño por la oportunidad que me han brindado los líderes y lideresas Maorí, First Nation de Canadá y USA, especialmente ILDII Canadá. Sueño en volver realidad lo aprendiendo de su experiencia y sacrificio, por lo que me llena una fe inquebrantable en el futuro, como dijo Agustín de Hipona: “dicen que los tiempos son malos, vendrán tiempos mejores, ustedes son el tiempo”.
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