“Chile, fértil provincia y señalada en la región Antártica famosa,
de remotas naciones respetada por fuerte, principal y poderosa;
la gente que produce es tan granada, tan soberbia, gallarda y belicosa,
que no ha sido por rey jamás regida ni a extranjero dominio sometida”.
La Araucana, Alonso de Ercilla y Zúñiga.
El poema épico de la Araucana declara el asiento y descripción de la Provincia de Chile y el Estado de Arauco con frontera en el Bio Bio, con las costumbres y modos en que los mapuche se revelaron a la entrada y conquista de los españoles en Arauco. Así, se construyó la historia en el territorio Mapuche amparado por Parlamentos Generales y 29 tratados de paz y un reconocimiento de la Corona Española como pueblo soberano, pero interrumpida por 23 campañas militares de la República de Chile en Arauco, la pacificación de la Araucanía dejó huellas profundas con “errores y horrores” a un pueblo reprimido y despojado , que dura hasta hoy.
Las primeras naciones de pueblos originarios han construido espacios y levantado su voz para ser reconocidos en una nueva Constitución democrática para Chile, demanda legítima y de una mirada de desarrollo de un país. Ciertamente, hay una realidad que no podemos desconocer: los pueblos indígenas existen, han preservando sus identidades y riquezas culturales en territorios ancestrales, aportando una particular contribución a la diversidad cultural, a la armonía social y ecológica de la humanidad. Incluirlos como primeras naciones, es un modo de reconocer la justicia social, inclusión, equidad y unidad a partir de la diversidad y el buen vivir en la composición de un Estado libre , soberano y democrático.
Entender un mundo globalizado con un Estado de grupos homogéneos compartiendo un mismo territorio, es no comprender la dinámica del mundo actual. El estado de Chile ha firmado tratados internacionales y los ha ratificado a través del tiempo, dando pasos hacia el reconocimiento de la existencia de pueblos originarios, expresando que los gobiernos deberán asumir la responsabilidad tomando acciones y medidas.
Por consiguiente, considerando asuntos declarados por la OIT, tales como, lo expresado en el Art. 2 letra b : “ que promuevan la efectividad de los derechos sociales, económicos y culturales de esos pueblos, respetando su identidad social y cultural, sus costumbres y tradiciones y sus instituciones.” (Convenio 169 ,1991).
Además, La Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, proclama en su Art. 5 “Los pueblos indígenas tienen derecho a conservar y reforzar sus propias instituciones políticas, jurídicas, económicas, sociales y culturales, manteniendo a la vez su derecho a participar plenamente, si lo desean, en la vida política, económica, social y cultural del Estado”( ONU,2007).
Las primeras naciones de pueblos originarios han construido espacios y levantado su voz para ser reconocidos en una nueva Constitución democrática para Chile, demanda legítima y de una mirada de desarrollo de un país
No obstante, la firma de estos tratados no ha sido suficiente para asumir la responsabilidad del cumplimiento de estas declaraciones internacionales. Chile, su gente y Estado tienen una deuda histórica en el reconocimiento de las primeras naciones. Las experiencias internacionales demuestran que este es un proceso global y un esfuerzo concreto en favor de una convivencia armoniosa para establecer una base que sustente en equidad el desarrollo de las naciones.
Los Estados anglosajones son una evidencia de gobiernos que han basado sus relaciones con los pueblos, naciones o tribus indígenas en sus territorios, sobre la base de tratados firmados por ellos o sus antecesores coloniales, reconociendo así sus derechos y determinando un Estado plurinacional de sus países. La utopía considerada, para otros, en Nueva Zelanda ha dado frutos: “La experiencia neozelandesa, el fortalecimiento de la independencia económica de los pueblos originarios ha sido la solución a muchos de los conflictos territoriales y de relaciones políticas con el pueblo maorí” (BCN,2012).
En América Latina, cabe resaltar los acuerdos alcanzados por Ecuador y Bolivia quienes en un avance reconocen la dignidad inherente y la contribución única de sus primeras naciones al desarrollo y pluralidad de sus países. En la última década, se observa en la región un sostenido crecimiento económico y social, no obstante , el fenómeno irruptivo, la tenaz resistencia y su agenda de derechos de los pueblos indígenas expresa la necesidad de establecer estados más modernos. La comisión económica para América Latina y el Caribe declara que “los pueblos indígenas integran precisamente los colectivos más desfavorecidos, como resultados de complejos procesos sociales e históricos que se iniciaron hace mas de 500 años y que fueron estableciendo prácticas discriminatorias persistentes hasta el presente e implicaron un despojo sistemático de sus territorios con graves consecuencias para sus bienestar”(CEPAL, 2014).
Una Nueva Constitución para Chile es posible, la construcción de un país más armonioso y una sociedad libre de prejuicios y barreras que entorpecen el crecimiento y desarrollo son anhelo de la gran mayoría que conlleva a una mejor democracia y a garantizar el igual disfrute de los derechos inalienables del ser humano, para transitar de un nuevo trato, hacia un buen vivir.
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Carola Sandoval
Los Chilenos tienen la responsabilidad de defender la democracia con una Nueva Constitución una visión mas desarrollada ante
los desafíos del mundo de hoy , una carta magna que nos incluye a la gran mayoría de los habitantes de este país, el cuidado del medio ambiente y trasciende en los derechos inalienables del ser humano ,su dignidad . Una Constitución perfectible y que es factible de mejorar una vez vigente . Esta es la gran oportunidad democrática que nos estamos ofreciendo como país y que impactara positivamente a las futuras generaciones .Construir un país es responsabilidad de todos y disfrutar de los beneficios logrados es un deseado de todos los habitantes sobre todo de los excluidos. El nuevo Chile que queremos es posible.
Natalia Parada
Reconocer constitucionalmente a nuestras primeras naciones es un gesto de un pais en vías de desarrollo , los pueblos indígenas aportan sabiduría y conocimiento ancestral porque aprendieron a vivir en armonía con el medio ambiente respetando los códigos naturales de la creación.
Carlos Sepulveda
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, nombró este viernes 19 de agosto, a la jueza indígena Michelle O’Bonsawin para integrar la Corte Suprema, un hito histórica en un país en proceso de reconciliación con sus pueblos indígenas.
Señales auspiciosas para Chile, en un momento historico muy trascendental, el 4 de Septiembre aprobamos y abrazamos nuestro origen étnico autenticamente de esta tierra nacido originalmente, mucho antes de la llegada de los caballos.