El 11 de Octubre es considerado por nuestros pueblos originarios como el último día de la libertad. Aquí, en el concejo municipal de Alto Hospicio hemos constituido 10 comisiones de trabajo, entre las cuales se encuentra la comisión de Asuntos Indígenas y Migrantes presidida por edil el señor Antonio Mamani Mamani, primer concejal indígena de Alto Hospicio.
Bajo su liderazgo e ímpetu avanzamos en el reconocimiento de nuestra ciudad de Alto Hospicio como ciudad multicultural, ya que con 124 mil habitantes según las cifras entregadas hace poco por el INE, somos una de las comunas con el mayor desarrollo demográfico del país.
Tanto el centralismo como la dictadura militar intentaron sepultar las tradiciones y la lengua de nuestros pueblos originarios. Aymaras y Quechuas merecen ser reconocidos en nuestro territorio, generando una política local con perspectiva multicultural.
Dicho crecimiento y diversidad poblacional tienen su origen en varias razones, pero la principal ha sido la bonanza económica de la minería en la segunda mitad de los años 90, que trajo consigo grandes masas de población a la región de Tarapacá, pero que producto de la falta de espacio y el encarecimiento de los precios del suelo en la ciudad de Iquique; Alto Hospicio se convierte en el lugar de asentamientos humanos provenientes del norte, centro, sur de nuestro país, así como miles de personas que migraron dentro de la Región de sus ciudades de origen en la precordillera y cordillera. Se suman a todos ellos, la gran cantidad de personas provenientes de los países fronterizos que geográficamente se encuentran muy cerca de nuestra Región y donde la estabilidad económica y cohesión social se ha convertido en un propicio lugar para que la gente de otros países elija Chile para vivir.
Es así como en el 2004 Alto Hospicio se convierte en comuna, en ciudad, y su crecimiento demográfico ha traído también el desarrollo social y económico. Una comuna jovencísima que va a contrapelo con la realidad demográfica nacional, donde un 30% de su población tiene menos de 15 años de edad, lo que significa una tremenda oportunidad para el futuro, para convertir a nuestra ciudad en una ciudad sustentable, con bienestar social y económico de vanguardia con los cambios que ya trae el siglo XXI.
Es por todo lo anterior, y como reconocimiento a la diversidad de nuestra población, pero también a la recuperación de nuestra identidad cultural milenaria que no puede desprenderse de nuestras tradiciones y costumbres, es que era de justicia dar un paso que por hoy es único en nuestro país. El Alcalde Patricio Ferreira y el cuerpo de concejales, que yo integro, tomamos la decisión de convertir a la ciudad de Alto Hospicio en la primera ciudad multicultural de Chile, abriendo así un camino a un debate nacional sobre la multiculturalidad, la plurinacionalidad en una tierra que no sólo puede responder a las viejas consignas de Estado unitario.
Tanto el centralismo como la dictadura militar intentaron sepultar las tradiciones y la lengua de nuestros pueblos originarios. Aymaras y Quechuas merecen ser reconocidos en nuestro territorio, generando una política local con perspectiva multicultural. Se debe entonces relevar el concurso de todos quienes vivimos aquí bajo la lógica del respeto profundo a nuestra historia.
Una ciudad pequeña como la nuestra, que ha estado en la palestra pública casi siempre por las malas noticias, merece ser reconocida por todos nosotros, y donde nuestro ejemplo sea el faro para muchos que en Chile que desean que nuestros pueblos originarios y la diversidad que integra nuestra población sean dignificados. El centralismo exacerbado y dominante requiere un equilibrio inteligente que no sólo habla de cuestiones legales o administrativas, necesitamos un cambio cultural profundo que parte con el lenguaje y el símbolo.
Desde el 11 de Octubre ondea en todos los edificios institucionales la Wipala, y para todos los efectos legales, administrativos y públicos somos: ALTO HOSPICIO: PRIMERA COMUNA MULTICULTURAL DE CHILE.
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