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No más impuesto al libro

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La marcha por erradicar y sofocar cualquier tipo de brote intelectual o cultural en tiempos de la dictadura militar, fue este contexto que se puso en vigencia el Impuesto al Valor Agregado del Libro (IVA). Jose Del Pozo en el 2017 nos menciona que “en 1977 entró en vigencia el IVA aplicado al libro, medida que hacia subir su costo en forma significativa, ya que el impuesto era del 19%. Con esta decisión, la dictadura hacía más difícil la circulación de libros” (Pág. 16)

En esos tiempos la instalación del IVA tenía el fin de sofocar cualquier tipo de corriente intelectual o cultural dificultando la circulación de libros y manifestaciones escritas que podrían ser vistas como subversivas por la Junta militar a su régimen dictatorial (considerando también la quema de libros, exilio de artistas y escritores o cientistas sociales y políticos, entre otras medidas).

A 30 años de democracia, en nuestro país sigue vigente este impuesto que limita la mayor accesibilidad para adquirir libros por parte de la ciudadanía. sobre todo, de textos de mayor complejidad en todas las áreas, ya que hace subir considerablemente el costo de venta.

En otros países el impuesto al libro es considerablemente mucho más bajo que en Chile. Por ejemplo, Francia 5.5%, Canadá 7%, Grecia 4%, Estados Unidos 7%, Italia 4%, Suiza 2%, Japón 5%, España 4%. En américa latina la diferencia es aún mayor: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El salvador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela mantienen un 0% de IVA al libro, exceptuando Guatemala con un 12%.

Es sabido que la accesibilidad de los ciudadanos según sus posibilidades de adquirir libros forma personas mucho más capaces de construir no tan solo una opinión, si no que además permite mejorar la educación y consecuentemente la calidad de vidas de las personas.

La necesidad de eliminar el impuesto al libro se funda en permitir la mayor accesibilidad a todas las personas para adquirir textos de todo tipo, sobre todos para los más vulnerables. Esto Permite que la personas puedan a libre elección escoger el texto que quieran obtener, a un costo accesible, e introducirse en los temas que les interesen.

Muchos se interesan, tanto en áreas de ciencias sociales o humanidades, ciencias exactas, historia, astronomía, microbiología, tecnología e innovación, entre otras temáticas y disciplinas, que por lo general ostentan un alto costo de compra y esto automáticamente limita a los más vulnerables a poder adquirir libros que los puedan abrir a estos temas tan interesantes y atingentes.

Pues el impuesto al libro genera dos tipos de lectores: los que pueden adquirir más y mejores textos; y los que no pueden adquirir tantos textos y quizás la calidad es cuestionable. Por tanto, el IVA genera una desigualdad en términos adquisitivos y consecuentemente en la capacidad de los propios individuos a elegir los temas que cada uno quiere introducirse y experimentar a través de una lectura nutritiva.

La necesidad de eliminar el impuesto al libro se funda en permitir la mayor accesibilidad a todas las personas para adquirir textos de todo tipo

Dentro de un mundo globalizado y en tiempos de hipercomplejidad la urgencia de construir ciudadanos educados y consientes es vital para el desarrollo y sobrevivencia humana. Hoy necesitamos ciudadanos que posean la capacidad de movilizarse con un criterio empoderado basado no tan solo desde las experiencias y vivencias, sino que, además, fortalecidos con un abanico de conocimiento según sus intereses y proyecciones para enfrentar las inseguridades que provoca los tiempos que vivimos.

Podemos pensar en que las personas más vulnerables puedan también leer textos de ciencia y tecnología, de humanidades y ciencias sociales, de arte y cultura, entre otras ramas. Que los niños no tan solo lean los textos entregados por los establecimientos educacionales si no que agregarles la posibilidad de que se interesen y se formen en temas que hoy en día son exclusivos para familias o personas que poseen una mayor capacidad adquisitiva. Pensemos en que los adultos mayores más vulnerables pueden vivificar su futuro introduciéndose en la literatura o en la ciencia, o en las humanidades, etc.

Pues si queremos crecer como sociedad y mejorar las condiciones de vida de todas las personas debemos pensar en ampliar la capacidad de los ciudadanos para adquirir libros que los abran a más y mejores conocimientos. Correr el cerco cultural significa ya no tan solo desde las iniciativas que modifican el estado, si no que además desde la propia formación y las capacidades de cada individuo.

Si la oposición busca crear ciudadanos mucho más críticos y mucho más participativos y vinculados a organizaciones tanto sociales como políticas, no tan solo debemos buscarlos mediante iniciativas ya probadas si no que, además, fortalecerlos desde sus conocimientos alternos que puedan descubrir e introducirse.

Por tanto, desde ya debemos exigir la eliminación del impuesto al libro: Que la accesibilidad a la lectura sea una necesidad básica para fortalecer el conocimiento y mejorar la calidad de vida de todas las personas.

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Pablo Silva Cornu

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5 Comentarios

Jorge

Pablo como muchos estudios tributarios/contable lo indican el t efecto que el IVA tiene sobre el precio del libro no es significativo y para evitarme largas explicaciones te remito a la página Web de Revolución Democrática y específicamente al artículo de Amaro Oróstica sobre el tema a lo que podemos agregar estudios sobre la poca relación que existe entre el precio de los libros y la lectura luego de ver numerosos artículos sobre la materia y sin ofender esta columna más parece hecha por las editoras para incrementar utilidades
Quizás Debiéramos centrarnos si procede que el aparente menosprecio que existiría a la lectura en formato papel que existe en nuestra cultura no será que está obsoleta y estamos dejando pasar la era digital
Siendo tu sociólogo seria interesante tu opinión sobre el cambio hacia la lectura digital en nuestro país Por motivos de salud hace 8 años no puedo leer libros impresos y he descubierto una amplia biblioteca digital que nos permite c sobre acceder facilmente a autores de diversas nacionalidades sus detractores y una gran cantidad de documentos originales
Es así como digitalmente muchos pueden empezar a escribir y emitir sus opiniones sin las consabidas preciones editoriales incluso nosotros en este foro
No será más un problema de educación e incentivos, mejorar redes tecnológicas
No existe peor libro que el comprado para archivarlo

Javi-Al

Estimado, pienso que no es incidente, si bien comparto que se debe bajar el impuesto, lo que ocurre en nuestro país es más bien cultural, la gente no lee, no lo hace porque no se acostumbra a hacerlo, hoy hay mucha oferta para quien desea hacerlo.

Paula Manríquez

Hola Pablo, gusto saludarte y leer tu columna. ¿Qué piensas de cómo se verían afectadas las editoriales al reducir o eliminar el impuesto al libro?

Tanto Faz

Buen artículo. Mucho sentido. Una realidad urgente.

Juan Pablo

Quisiera saber quien fue es ignorante que puso a Cuba en la lista del 0%. Cuando en Cuba no se pueden importar libros, a no ser que los compre el estado, y cuando se los vende a la poblacion, es con el precio aumentado entre un 80% y un 240% dependiendo de la calidad de la encuadernación. Sin contar que no se pueden comprar libros que «cuestionen a la dictadura», los dejen en evidencia o en ridiculo.

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Pablo Silva Cornu

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