El título no son palabras mías; son de Saramago. Las dice en una entrevista que dio a “El País” (en 2006) y que se encuentra publicada al final de su libro "Pequeñas Memorias". La respuesta del escritor apunta a que, independiente de si es optimista o no, lo importante es mirar la realidad, leer la prensa, ver las noticias y darse cuenta del sufrimiento y dolor que invade el mundo. En ese sentido, es un optimista… que al informarse y ver lo que pasa, se transforma en pesimista.
La fundación Ciudadano Inteligente ha organizado una votación preguntando se creemos que el conflicto educacional se resolverá pronto o no. La consulta apunta a si vemos el vaso medio lleno o medio vacío, es decir, si en general somos optimistas o pesimistas respecto del tema.
Esta discusión es recurrente. La he escuchado desde hace mucho tiempo. Cuando ya no quedan más argumentos para convencer a alguien recurrimos a "lo que pasa es que eres demasiado optimista" o, al revés, "no hay caso, tu pesimismo te impide ver la realidad".
Como en muchas cosas, la solución no está en uno de los dos polos. No se trata de ser irresponsablemente optimista o insoportablemente pesimista. Al contrario: lo que debemos hacer es mirar los datos y los hechos de manera racional, informada y objetiva. Esto último es difícil. Somos presa de nuestro contexto y circunstancias, y más de una vez hemos comprobado que algo que parecía muy dañino y perjudicial se transforma en una gran oportunidad… y al revés también.
Las preguntas que emergen son, ¿cómo debemos enfrentar la actual situación del país? ¿con optimismo, asumiendo que las cosas terminarán mejor o convencidos de que todo irá de mal en peor? En mi opinión, esas no son las disyuntivas correctas. Lo que debemos preguntarnos es ¿qué debe hacer cada uno para que las cosas sean distintas? Nadie puede abstraerse de la tarea de construir un país más solidario, más equitativo y más justo.
Si somos optimistas o pesimistas pasivos nada cambiará, lo importante es ser activos, jugársela, ya sea para defender lo que se ha conseguido o para cambiar lo que no funciona bien. Las invitaciones de Ciudadano Inteligente o de Saramago no son para quedarse quieto y contemplar la situación desde un grado mayor o menor de optimismo o pesimismo; lo relevante es intervenir y cambiar el curso de los hechos, modificar la historia, para que la vida no nos pase por el lado.
——–
Foto: Presuntamente-savia.blogspot.com
Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad
Luis León
La primera vez que lei esa frase, fue en un libro titulado «Diccionario histérico de Chile» de Fernando Villegas, publicado en 1997. Aunque desconozco si la frase es mas antigua aun.