Ese hombre incrustado en la gente común vive hundido con pocas posibilidades de superar la pereza crítica sobre los valores de la doble moral. Está postrado por el aburrimiento mediático y los planteamientos de seguidores de convicciones fanáticas, reproducidas por intelectuales que parafrasean ideales trillados adornados con hermosas palabras; en busca de apaciguar sus propios miedos al ver más allá del entorno corriente y patético de una sociedad destruida hace años atrás.
Ese hombre libertario inmerso en una moral religiosa fanática, no espiritual del libre albedrío, vive atrapado entre fatuas tradiciones y creencias que no permite a cierto sector de la humanidad avanzar sobre la percepción de “lo bueno”; un simple concepto creado para impedir a la civilización evolucionar a una esfera más crítica de su misma humanización sin celdas impuestas por las masas que abarcan todos los estratos de la sociedad.
Siempre los individuos atrevidos, visionarios y destructores del orden serán apartados de las sociedades blandas e hipócritas. Estos difundirán el caos y la destrucción sobre lo vulgar y común vendido como dogmas de “lo bueno”, ya que como la ignorancia ha sido vaciada de generación tras generación y la reacción violenta se presenta como la única respuesta a las críticas hacia aquellos buscadores de nuevas preguntas y respuestas. La mediocridad posee sus ventajas y es la indiferencia crítica hacia los problemas existenciales junto a una falsa definición del bien. Si este bien fuera la premisa en las sociedades actuales, no existieran reacciones sociales de extrema violencia e indiferencia total hacia las hambrunas en naciones completas.La mediocridad va de la mano de esa gran meta: “ser algo”; a la diferencia de “ser alguien”. El hombre librepensador no buscará ser algo como virtud errada para ser aceptado.
La mediocridad va de la mano de esa gran meta: “ser algo”; a la diferencia de “ser alguien”. El hombre librepensador no buscará ser algo como virtud errada para ser aceptado.
El “ser algo” refleja seres humanos desesperados por tener posesión de la materia física. No importa cuanta basura sea, se debe poseer por razones vitales del éxito sobre el fracaso. La mayor ley es no compartir, pues al hacerlo no se es bueno. Se alimentarán las ansias de que otros posean lo mismo y eso los asemeja a este “humano algo”. Esta percepción se come los ideales espirituales puros.
El “hombre algo” no reflexiona. Simplemente actúa como un títere estimulado por mensajes con eslóganes falsos y apelando a su imbecilidad más primaria del poseer o casi abrazar un objeto. Busca depositar todo su amor y, si es posible, tener algún tipo de fantasía casi sexual cuando se pasa al nivel del consumismo- fetichismo.
El “hombre alguien” marchará por el camino contrario. No permite moldearse por manos sucias e impuras. Posee una fuerza vital sobre sus mismos dogmas que conforman su estructura analítica. Conoce sus debilidades y despeja su psiquis en la mayor posibilidad de emociones débiles como el amor-sexo o el amor-producto, lo sustituye por un amor-racional y no permite ser presa de un objeto sobre su vida misma.
Vomita valores utópicos como la belleza, el bien y lo verdadero; conceptualizaciones formadas por sociedades nacidas de estructuras parásitas o mal copiadas de reinos imaginarios de la perfección injustas y terriblemente felices en medio del dolor humano.
El poder de desmarcarse de las aburridas ilusiones lleva a un eje dinámico de la vida, traspasando los límites de las fronteras instaladas por superestructuras del pensamiento caducos, que han dirigido a la humanidad a un caos sin esencia ni objetivos claros como soluciones.
Este hombre no le temerá a las nubes oscuras. Las espera y soporta su choque con la boca abierta, gritando mil maldiciones para expulsar ángeles y demonios, los cuales le sesgan su visión de él mismo y su derecho a equivocarse o estar en lo correcto sin ser prejuiciado por grupos de “intelectuales” paridos de un sistema casi muerto y corrupto. Él mismo se cuestiona y reflexiona desde su interior complejo.
Los individuos deben luchar siempre para no terminar siendo parte de los despojos humanos que hablan sin pensar. Intentarlo llevará a un desierto y marginación y el pánico podrá ser presa de ellos; pero, al final de la vida, el eterno privilegio de convivir consigo mismo, con su propia identidad y razonamiento, no tiene costo ni se compra en un almacén de baratijas.
Es aquí que ese nuevo hombre hermoso, perfecto y librepensador puede verse al espejo y pensar que al menos fue libre entre los que siguen los dictámenes absurdos de una sociedad muerta y falsa.
Comentarios
11 de mayo
«»»»»»»»»»»»»»»La mediocridad va de la mano de esa gran meta: “ser algo”; a la diferencia de “ser alguien”. El hombre librepensador no buscará ser algo como virtud errada para ser aceptado.
Acéptame, jajaja… Adóptame, jajaja…
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14 de mayo
Pienso que hay que tener cuidado, cuando se dice “siempre los individuos atrevidos, visionarios y destructores del orden serán apartados de las sociedades blandas e hipócritas”, se me vienen a la mente una serie de asesinos inmisericordes, gente brutal, genocidas que fueron atrevidos, visionarios y destructores del orden,. Por otra parte, ¿quién es libre pensador realmente?, ¿acaso no somos producto de nuestro medio?. En realidad no son los individuos los que generaran los cambios para el bien, son las sociedades, los grupos de individuos y sus acuerdos llenos de incertezas, errores y también de creencias, porque al fin y al cabo somos una suerte de huérfanos cósmicos tratándonos de explicar porque estamos aquí.
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19 de mayo
Hola debería abrir una cuenta en este medio digital y publicar sus escritos. Saludos.
23 de mayo
Estimado Zarko, lo que ocurre en este portal pasa con la sociedad, muchos escriben pero pocos interactúan,si Ud. hace un estudio de la evolución de los artículos, las personas que allí escriben en realidad están haciendo masivamente dos cosas, una, pontificando, y dos, poniendo tiros por sus posiciones políticas, pocos responden a sus columnas, los que responden en realidad son personas excepcionales, al resto no les interesa, total para que, son dueños de la verdad. Prefiero hacer comentarios, no quiero que esto se transforma en un diálogo de sordos, así este esfuerzo no nos sirve para nada.
23 de mayo
En estos tiempos de mentiras que parecen verdad y viceversa, aquel que piense poseer la verdad absoluta debe estar muy hundido en sus propios egos anoréxicos. En lo personal, ser » rock star » en la era de la falsedad no aporta mucho a convertirnos en personas felices, más en Chile donde la gente vive de las apariencias y un autoengaño. Ese derecho a reflexionar sobre nosotros mismos es esencial. Eso pienso.
19 de mayo
Gracias, excelente artículo, me quedo con una frase que percibo día a día: «La mediocridad posee sus ventajas y es la indiferencia crítica hacia los problemas existenciales junto a una falsa definición del bien»
Saludos
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19 de mayo
Hola hay que tratar de buscar reflexiones renovadas o actualizarlas para afrontar estas realidades tan poco alentadoras que nos rodean. Saludos.
30 de marzo
Muy buen artículo. Me parece muy importante pensar por uno mismo, no pertenecer a ningún rebaño, no ser esclavos de ningún tipo de ideología ni de ningún tipo de líder. Aunque supongo que, generalmente, dentro del rebaño se vive más cómodo y por eso tanta gente lo prefiere. Aunque lo guie un pastor ciego que lleve al rebaño al precipicio. Un mínimo de rebaño si me parece necesario para la cohesión social. Pero cada uno con su vida…
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