En el consciente colectivo, tenemos la idea de plazas como un lugar de reunión, de comunidad, de naturaleza, de juegos infantiles, de alegría. Las connotaciones positivas entorno a estos “lugares” cívicos son variadas. Por lo general, en todo tipo de planificación urbanística se piensa en la construcción de una plaza en el barrio, en la ciudad, como un elemento necesario e infaltable para el desarrollo humano. Sin embargo, esto no ocurre en la población Santa Rosa de Alto Hospicio, donde “la plaza” ha pasado a connotar cuestiones negativas, y donde sus vecinos y vecinas se niegan a la construcción de las mismas. ¿Porqué?
El sector Santa Rosa (La Negra), en la comuna de Alto Hospicio, es uno de los lugares de mayor vulnerabilidad social, no hace falta dar datos porque quienes tienen la oportunidad de recorrer sus calles, saben lo que allí ocurre. Para qué decir de los testimonios de la propia gente del lugar.
La droga y la delincuencia azotan el sector y sus vecinos luchan, día a día, contra un entorno difícil y conflictivo, pero ellos no se quieren ir. Por qué han deirse ellos, que han construido allí sus vidas, sus familias, sus lazos y comunidad, que se vayan los otros que vulneran y amenazan a quienes quieren vivir en paz.
Más de 200 familias son allegados, no tienen su propia vivienda y buscan todos los días una solución. El desfile de autoridades y militantes de todos los partidos políticos es ingente en época de campaña, pero ninguno de ellos vuelve o da una solución concreta para ellos. Han marchado, enviado cartas, denunciado en medios de comunicación y no pasa nada. La pobreza también es símbolo de injusticia y la desidia de quienes prefieren no escuchar.
El Alcalde parece que se hace el sordo, concejales y concejalas acumulan quejas, pero la verdad es que en la comuna de Alto Hospicio sólo se privilegian los nichos electorales, por tanto la influencia no es para todos.
Frente a sus casas entre el pasaje Chillán y el pasaje Serena, existe un terreno baldío que los vecinos reclaman para la construcción de casas, casas para los más de 200 allegados. Cualquiera pensaría que en un barrio difícil, que la gente prefiere irse de allí, buscar otro sitio. Pero no, la gente quiere quedarse porque el lugar es parte de sus vidas, de su identidad
Frente a sus casas entre el pasaje Chillán y el pasaje Serena, existe un terreno baldío que los vecinos reclaman para la construcción de casas, casas para los más de 200 allegados. Cualquiera pensaría que en un barrio difícil, que la gente prefiere irse de allí, buscar otro sitio. Pero no, la gente quiere quedarse porque el lugar es parte de sus vidas, de su identidad ¿y es que acaso ellos no tienen derecho de elegir dónde quieren vivir?. Las autoridades proponen una plaza, pero las vecinas y vecinos se niegan, pues dicen será un lugar parafumones y traficantes.
La plaza connota ahora un lugar para el peligro y no para la felicidad. Una vez más nadie escucha a los de siempre, a los más pobres. Las políticas urbanas se toman entre cuatro paredes, nadie pregunta nada. En medio del desierto todo parece no tener solución, ya no se sabe dónde más reclamar.
Mientras vemos qué ocurre, las vecinas y vecinos de Santa Rosa seguirán luchando por uno de los derechos básicos de una sociedad del bienestar: una casa digna. Diciendo a todo el que los visita que vuelva, porque ellos luchan día a día y no quierenplazas, sino casas.
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juan carlos gonzalez guagua
correcta tu apreciacion conosco esos lugares y se ve la falta de dignidad hacia la ciudadania espero que las autoridades se pongan en el lugar del otro que nesesita una solucion a sus nesesidades basicas como lo es una vivienda y vida digna