La sexualidad no tiene como único objeto la reproducción, si así fuera, cada pareja habría tenido solo un coito por hijo y no hubieran continuado con tan trabajoso ritual después de completar el número deseado de vástagos. Pero el caso es que las parejas siguen experimentando deseos sexuales incluso luego de haber pasado su período fértil y lo hacen tan solo por el placer que el sexo es procura, lo que además estrecha sus lazos emocionales.
Stephen Hawking, el genio absoluto, admirado y marketero de nuestro tiempo, ha afirmado que un dios no fue necesario para la creación del Universo. Según él las leyes físicas explicarían por sí mismas la existencia de todo aquello que existe… maravillosa confirmación de una corazonada que en much@s ya existía: el mundo no fue hecho a escala humana y las fuerzas de la naturaleza no tienen sentido moral. Bastaba con ver cualquier documental de vida salvaje para darse cuenta de ello, o con ver como huracanes y terremotos destruyen el esfuerzo de años de familias perfectamente decentes, pero me hace mejor que lo diga alguien tan inteligente e informado.
Indiferente a este tipode maravillosos descubrimientos, Chile sigue gobernado por políticos colijuntos que son incapaces de garantizar la existencia de derechos sumamente razonables como los derechos reproductivos o el matrimonio igualitario, todo en nombre de esta entelequia heredada de la Edad Media que es dios. Los valores cristianos siguen siendo los valores, lógicos, compartidos por todos, siendo que no todos compartimos dichos valores ni que tampoco es cierto que se funden en la lógica. De hecho, muchos de los autoproclamados cristianos ni siquiera conocen los mandamientos de su iglesia y son “católicos a su manera”, con lo que validan un cuerpo moral que ni siquiera conocen.
Los así llamados valores cristianos personifican a la naturaleza, es decir la presentan con una escala humana y divina que no le corresponde y hacen pasar por lógicas y al mismo tiempo sagradas afirmaciones tales como que la sexualidad tiene por objeto la reproducción, como si los procesos naturales definieran su función en base a una ingeniería divina y no fueran meras adaptaciones a la presión del medio, producto de una ciega e implacable selección natural. Las verdaderas leyes de la naturaleza no pueden romperse; ningun@ de nosotr@s puede, por ejemplo, desobedecer a la ley de gravedad o desobedecer a la ley que dice que todo lo que nace debe en algún momento morir. El cristianismo, sin embargo, ha elevado al status de naturales ciertas aseveraciones morales e incluso meras costumbres tales como la vestimenta de las personas. Los pantalones para los hombres y las faldas para las mujeres son una mera convención social y no algo escrito en libros sagrados de una biología divina.
La sexualidad no tiene como único objeto la reproducción, si así fuera, cada pareja habría tenido solo un coito por hijo y no hubieran continuado con tan trabajoso ritual después de completar el número deseado de vástagos. Pero el caso es que las parejas siguen experimentando deseos sexuales incluso luego de haber pasado su período fértil y lo hacen tan solo por el placer que el sexo les procura, lo que además estrecha sus lazos emocionales. Es este mito de la reproducción el que condena a todo el resto de las sexualidades al pecado, inclusive a la inocente masturbación solitaria.
Cierto es que no soy una persona cristiana, sin embargo estoy obligada a vivir en una sociedad cristiana, una sociedad en la que tengo que escuchar los “si dios quiere” y las bendiciones en nombre de dios demasiado seguido. Dios es para mí un concepto opresivo, asfixiante y castrador. Dios es la razón de que tengamos que vivir en una sociedad mojigata en la que cualquier expresión de diversidad se vuelve necesariamente marginal. Es por culpa de ese tal dios que la gente que no quiere casarse con una persona de su mismo sexo, no permite que nadie más lo haga y es por ello que hombres que jamás se embarazan niegan a las mujeres sus derechos reproductivos.
Estoy convencida de que la mayoría de la gente es buena, pero la historia nos muestra que con religión la gente buena es capaz de hacer cosas muy malas. Sé que estas personas que defienden la moral cristiana, y que quieren imponérsela a todas las naciones, no tienen un ánimo opresor, sino mesiánico. El mismo espíritu que llevó a unos al autosacrificio en la Torres Gemelas es el que inspira a otros al sacrificio de las pasiones de los demás. De hecho este es el espíritu de dios.
Dios era hasta no hace mucho la explicación más simple para muchos fenómenos inexplicables. Sin embargo, dios mismo se ha vuelto un concepto que requiere demasiadas explicaciones y que se usa para justificar lo injustificable, como la pederastia de los sacerdotes o los abusos económicos que en general practican todas las iglesias con sus feligreses.
Un sector completo de la sociedad quiere gobernar en nombre de esta deidad inexistente. Lo exhiben incluso como una garantía de moral, continuidad y tradición y como una estrategia para ganar votos. Me asusta que ese sector de nuestra sociedad llegue a ganar otra vez, porque su triunfo significaría el destierro del discurso público de todos aquellos que no comulgan con su retrógrada manera de ver el mundo.
Este sector de la sociedad ha negado derechos tales como el aborto terapéutico y se ha negado al debate del aborto a secas, mientras que el sistema binominal es cómplice de que ciertos temas no se conversen para no poner en riesgo los consensos que el binominal hace necesarios para gobernar esta nación. En esa postergación, los valores cristianos siguen gobernando nuestra nación como si todos estuviéramos de acuerdo con una Constitución de una república cristiana. No me estoy refiriendo solo a la derecha, pues dentro de la Concertación la Democracia Cristiana también se ha negado a discutir los llamados temas valóricos en la pacatería que le caracteriza y un partido como el Socialista ha postergado la discusión producto de otras urgencias.
¿Son estos los llamados temas de fondo? ¿Los temas que dicen qué clase de sociedad queremos? Porque en este momento vivimos en un acuerdo por omisión. Sé que la gente progresista de Chile está a favor de que al menos se hablen cierto tipo de cosas y, sin embargo, no las hablamos y dejamos que nuestra moral sexual esté en manos de personas que no tienen o que al menos dicen que no tienen ninguna vida sexual, y con ello quieren demostrar un cierto grado de superioridad. Si los castos son superiores, entonces quienes aceptamos sin trabas el goce de nuestros cuerpos somos inferiores y no, yo no estoy dispuesta a aceptar este orden de cosas como natural.
Comentarios
11 de mayo
Cito: «…todo en nombre de esta entelequia heredada de la Edad Media que es dios…»
Te sugiero que hagas un buen uso de tu derecho a crítica, para la lo cual leas un poco de historia de las religiones. Te dejo un dato sobre Mircea Eliade. http://bit.ly/18Cf6jx Espero que ahí descubras que la idea de Dios es tan antigua como la humanidad y que su experiencia es parte de la historia, no algo ajena a ella.
Ser abacaná e ignorantes no es buen maridaje.
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12 de mayo
Me parece que el dios de la tradición judeocristiana tiene elementos únicos que se prestan especialmente para lo que el artículo indica. Además, es el único dios que se ha visto por estos lares… últimamente católicos y cristianos varios se agrupan con otras tradiciones para hacer un frente común que les permita mostrar el creer cosas sin evidencias como una forma de conocimiento valido. La idea de la tierra plana es igual de antigua…
11 de mayo
Comparto muchas cosas de la columna, pero otras me provocan duda:
¿Pensar que las personas son «intrínsecamente buenas», no es principio moral naturalizado?
Ese grupo pequeño que nos gobierna no lo hace solo para imponer los valores de un dios inexistente, sino para mantenerse en su lugar de privilegios. Otros han usado la misma conceptualización para cambiar situaciones injustas (teología de la liberación, los curas guerrilleros, etc.) No creo que dios o el catolicismo sea el problema. La misma ciencia crea élites y sistémas simbólicos de dominios frente al conocimiento por ejemplo.
A veces se nos olvida que también somos animales que buscamos las mejores condiciones para reproducir nuestros genes.
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12 de mayo
23 de mayo
Si crees que suprimir la religión libera a las personas para hacer el bien, mira el paraíso terrenal que construyeron las dictaduras ateas del S. XX.
Para rechazar el aborto no se necesita recurrir a Dios, basta afirmar un principio ético -«no es legítimo matar a otro ser humano»- y uno científico -«el producto de la concepción pertenece a la especie humana y es genéticamente diferente de su madre»-
Debates como estos ocurren todo el tiempo, nadie los censura, pero como los abortistas los pierden todos, no pueden aceptar el resultado y dicen «que se debata de nuevo, otra, otra».
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23 de mayo
Y por cierto, si el solo escuchar que alguien dice «si dios quiere» te molesta, debe ser porque tus convicciones no son tan fuertes.
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