Los santos tienen la ventaja de decidir qué milagros otorgar, y cuáles no. Así lo determina la Iglesia Católica, que a través de los Concilios Ecuménicos construye, entre otras cosas, el carácter que tendrán las imágenes que los representen en sociedad.
Así, uno será el bondadoso, la otra la caritativa, el siguiente el generoso, y la que sigue la compasiva. Todos(as) reforzando el discurso que la Iglesia sitúa entre sus fieles, y entre quienes no la siguen.
Un santo, para la Iglesia Católica, es una tarjeta de presentación confiable, irreprochable y divina, la cual sólo es posible de sustentar en la ausencia del mismo, pues nada ni nadie lo podrá rebatir.
De esa forma la Iglesia tiene carta blanca para decidir qué tipos de milagros serán avalados, promovidos y fomentados. Claro está que tendrán prioridad única aquellos que reporten beneficios al discurso de la institución, sean económicos o “espirituales”. Lo importante es que sus jerarcas salgan bien parados.
Pero, ¿qué sucede cuando un santo es tal en vida?
El día de hoy, 27 de octubre, el Presidente de la República le comunica a los(as) damnificados(as) por el terremoto en el sur, y al país en general, que “no es posible hacer milagros” en torno a la reconstrucción del país.
Pero no está demás recordar que, para el mismo Presidente el rescate de los mineros fue “el milagro de la mina San José”, y, que en su intervención frente a la OCDE, el pasado 21 de octubre, señaló que espera repetir “el milagro chileno”, en alusión al crecimiento económico del país.
Sin ir más lejos, si Harold Mayne- Nicholls pierde las elecciones internas de la ANFP, y gana el delfín del Presidente, que de ser ciertas las declaraciones de Hermógenes Pérez de Arce emitidas en una entrevista a CNN Chile, así debiera ser.¿También será un milagro para el Presidente?
Siguiendo esa línea, ¿cuál será el milagro que le otorgue el Presidente a los niños(as) afectados(as) por tirosinemia?, ¿Qué milagro elegirá el Presidente frente a la noticia que devela los relaves mineros que existen en Chile?, ¿Qué atribución divina le dará el Presidente de la República de Chile a los asesinatos de mujeres que han sucedido en estas últimas dos semanas?
Qué duda cabe: el Presidente es un santo que está cimentando su camino a la ascensión, pues ya se le construyó la imagen que le permitió alcanzar la Presidencia. Ahora queda esperar a ver quién lo usará como tarjeta de presentación cuando termine su ciclo Presidencial.
——————————————–
Foto: Presidencia.cl
Comentarios