Justo en este momento de nuestra historia evolutiva, en el que se reclama –en diversas materias- una transformación, un salto hacia un plano de mayor integración, uno que sea más justo y que garantice mayor plenitud de nuestra existencia, recibimos una buena noticia: el congreso aprueba la extensión del pos natal.
Es esa insatisfacción profunda, la experimentada por la carencia o la necesidad de mayor plenitud en la vida de las personas, la que se encuentra a la base de los reclamos específicos, en cada área de nuestra organización en sociedad: educación, salud, justicia, medio ambiente y otros.
En este momento, en el que están sucediendo tantas cosas, en el que todo puede pasar, en el que aún no sabemos cómo se resolverán los grandes temas pendientes y que se encuentran en plena efervescencia, resulta de gran importancia el paso dado, que, pese a las diferencias y a los puntos de vista diversos, se alcanzara en el Congreso un acuerdo.
Ser madre siempre implica la necesidad de hacer ajustes importantes, significativos, y en los 84 días dados no se alcanzaba a establecer un nuevo equilibrio, en grado suficiente, en la dinámica de vida de los involucrados. Esto así, era mal negocio para todos: niños insuficientemente recibidos, madres angustiadas y culposas, parejas en conflicto, jefes preocupados…insatisfacción por doquier.
Los primeros meses de vida de un ser humano son determinantes en el florecimiento de lo que vendrá. Determinantes son la calidad de la influencia que reciba, la capacidad de los adultos que le rodean para recibirle, atenderle, saber reconocer y responder a sus necesidades. Naturalmente la cantidad de tiempo no es todo, pero es importante. Queda pendiente ahora, contribuir a mejorar la habilitación de las madres –y de los padres- es decir, favorecer el desarrollo de competencias para que ese tiempo sea de calidad.
Luego vendrán los profesores, a influir también la vida de estos niños. Los profesores también requieren mejor habilitación en ese tipo de competencias, las que tienen que ver con el saber ser, distinto a las competencias que tienen que ver con el saber hacer o con el simple saber (información).
Entonces, reconociendo y asumiendo todo lo que aún falta, igual es justo señalar, que si el Estado garantiza mejores condiciones para que la madre alcance a recuperar equilibrio, y pueda estar tranquila frente a la mayor exigencia que implica la llegada de un hijo, está dando un paso al frente en la búsqueda del bien común. Es bueno para todos que nuestro hijos, a quienes les tocará hacerse cargo de los nuevos desafíos en su momento, reciban en sus primeros meses una atención de mejor calidad, con más posibilidades de experimentar bienestar, bajo los cuidados de su madre.
Fue posible. Fue posible lograr un acuerdo, distinguir lo esencial de lo superfluo. Fue posible avanzar y quedar todos más contentos.
————
Foto: Tiarescott / Licencia CC
Comentarios