Como fanático de los libros que soy, como topo gruñón que soy y sobre todo, como ciudadano que soy, quise disfrutar de la siempre querida Feria del libro infantil y juvenil de Providencia. Ya es costumbre que año a año me junte con algún valiente y vayamos a disfrutar de estos espacios , pero también a hacer preguntas incómodas, que cuestionen lo “inclusivo” de estos. No es en mala, solo es un ejercicio para pensar y hacer pensar.
El caso es que ayer, acompañado de un importante editor, fui a cumplir mi masoquista ritual. Mostré mi credencial de profesor y entré gratis, lo que estuvo bien, pero ocurrió que cuando llegué al lugar de las entradas, tuve que vérmelas con el siguiente intercambio verbal:Es necesario generar elementos que hagan Inclusivo el espacio de “feria del libro” pues, entre las personas con discapacidad visual hay excelentes lectores y lectoras. Gracias a las tecnologías, la lectura se universaliza día a día y los espacios de promoción de la lectura deben adherir a esta tendencia.
G. Buenas tardes, puedes indicarme si hay algún stand donde pueda encontrar libros digitales, accesibles o con otros formatos?
R: No. Esta es una feria para niños.
G. Sí, pero también hay niños que no ven….
Respecto de la construcción lingüística y argumentativa de la respuesta nada diré, pero sí quiero referirme a cómo es absolutamente inconveniente y poco coherente con la naturaleza de la feria y de la propia literatura infantil y juvenil, en adelante LIJ.
Este género para niños y jóvenes ha experimentado importantes transformaciones, entre las que se incluye un vuelco sobre lo visual y multi sensorial y una importante presencia en medios no convencionales de lectura, como aplicaciones y la propia internet. Por tanto, no es extraño encontrar libros infantiles que reúnen texturas, sonidos, versiones digitales y otras, tendientes a enriquecer la experiencia estética de los niños, niñas y jóvenes.
En este sentido, y quizá sin proponérselo, la LIJ se ha transformado en una plataforma potencialmente inclusiva, que conjuga temas, soportes y prácticas de lectura para todos y todas.
Dicho lo anterior, una respuesta como la que he referido rebela primero que todo, poca información y segundo, la necesidad de generar elementos que hagan verdaderamente inclusivo el espacio de “feria del libro” pues entre las personas con discapacidad visual hay excelentes lectores y lectoras.
Suena panfletario y casi obvio, pero es preciso comprender que gracias a las tecnologías, la lectura se universaliza día a día y los espacios de promoción de la lectura deben adherir a esta tendencia. Sé que la cuestión es muy compleja y que en ella subyacen muchos factores de carácter económico, editorial y cultural, pero es preciso ser más estratégicos e “inclusivos” para resaltar iniciativas como las editoriales cartoneras que sí consideran la diferencia, o las editoriales digitales emergentes, que luchan por introducir sus productos en el mercado. Para ello, un importante paso sería que aquellos que cumplen la función de informar, sepan realmente lo que se expone en la feria.
Por mi parte, agradecido siempre por el espacio, porque gracias a él, mucha gente se acerca a los libros, pero también, hagámoslo inclusivo. Aún no sé bien todo lo que hay que hacer para ello, pero estoy seguro que si se le da una vuelta, estaremos contribuyendo al derecho universal que todos tenemos a leer.
Comentarios
06 de junio
La respuesta te habrá hecho rebelar a tí, pero en sí misma -respecto a qué fue lo que puso de manifiesto- sólo pudo hacerlo con «v» corta. Atenti a la ortografía, por favor, que esta página no la leemos ciegos.
-2
06 de junio
Gracias por comentar! muy original y «burlón» el estilo. Pondré ojo y dedos para la otra!
0
09 de junio
Guillermo
Además de la poco (casi nula) inclusión de niños con diferentes capacidades físicas ( no había acceso para sillas de ruedas) quiero comentar el valor de los libros , que también es un limitante $$$.
Es verdad que un libro con colores , texturas , animaciones , proyecciones , etc— son lindos y necesarios …pero este buen libro tiene un precio que no baja de 30 mil pesos. Es verdad que hay libros mas baratos….pero el niño siempre quiere ese libro que es divertido, atractivo, ludico….siempre es caro.
Mi punto es que con este valor del libro , automáticamente filtraste a los niños que cuentan con menos recursos.
En lo personal , pude comprar un par de libros ( visa 6 cuotas).
Salu2
+1