Cuando el 15 de septiembre me llamaron para contarme que el Servicio Nacional de la Discapacidad había lanzado una campaña dirigida a celebrar unas fiestas patrias inclusivas, me alegré mucho y quise comprobar por mí mismo el alcance de la iniciativa. Me bastó ver el folleto para sufrir una especie de colapso ideológico. Estaba viendo lo que por años hemos querido, publicado en una página del gobierno: “Menú en braille, baños accesibles, ramplas, dimensiones adecuadas para que las sillas de ruedas pudiesen transitar”. Una maravilla, absolutamente de cuento. Pero el colapso me duró poco, pues inmediatamente me recordé en las fondas de siempre, abriéndome paso a empujones y gritando sobre la música para pedir el irreal precio del anticucho. El folleto era todo lo que nunca ha sido una fonda. Horas después, la página mostraba una «fonda inclusiva” en que personas “en situación de discapacidad” bailaban cueca.
No sé, no sé. Mi abuelita decía “el papel aguanta todo, mijito” pero yo he aprendido que uno tiene que dar siempre el beneficio de la duda. Por eso, el 19 me lancé a la vida y me fui a un parque de fondas típico de la ciudad. “no hemos sido instruidos al respecto” me dijeron, “la rampla está puesta mucho antes de que nosotros llegáramos” me dijeron, “menú en Braille… qué es eso”. Obviamente, un parque no es una muestra significativa, pero la cuestión no es solamente si la política funcionó o no, (quizás había muchas fondas inclusivas y yo no supe). La cuestión tiene más que ver con el fondo de la iniciativa. He aquí algunas preguntas y reflexiones.¿Qué garantías tiene la persona con discapacidad de que la cosa funcionará? ¿A quién puede acudir si no funciona?
¿Cómo se pretende la implementación de estas sugerencias, si el folleto se publica a dos días de las fiestas? ¿Qué garantías tiene la persona con discapacidad de que la cosa funcionará? ¿A quién puede acudir si no funciona? Dicho sea de paso, escribí a Senadis por twitter con algunas de estas preguntas y aún no me responden. No quiero sonar malintencionado (menos en estos días), pero es muy importante que las iniciativas que emanan de las instituciones garantes de la equidad sean potentes y cruzadas con la realidad nacional. ¿Por qué no publicar también lugares en que Senadis hubiese comprobado que el folleto se llevara a cabo, para tener alguna referencia? ¿Por qué no publicarlo antes, con un trabajo que involucrara a las municipalidades, de verdad-verdad?
Reconozco que la intención es buena, pero le faltó realidad, le faltó calle. ¿Dónde está puesto el foco en una iniciativa como ésta? ¿A qué necesidad cultural, ética o ciudadana responde? Por mi parte, solo comentar que se necesita urgentemente acercar a Senadis a las personas con discapacidad, es importante que los sintamos como una institución cercana que nos conoce y que no dice lo políticamente correcto, que no se queda en la foto y las luces, que tiene alcance para producir iniciativas y políticas que involucran a todos los actores que trabajan por la diversidad.
Finalmente, este ha sido un fin de semana patrio un poco distinto. Chile entero se ha visto inmerso, una vez más, en los desmanes de nuestra chúcara geografía. Toda la fuerza a quienes han sido directamente afectados; todo el coraje a estas familias golpeadas con saña este 2015; toda la perspectiva, lucidez a las autoridades, para que respondan como es debido al ineludible llamado de la gente.
Comentarios
21 de septiembre
Lamentablemente tu abuelita tiene toda la razón del mundo y confiamos que el próximo año por fin podamos ir a bailar una cueca sin correr el riesgo de que nos boten o empujen.
Viva Chile!!
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21 de septiembre
Gracias Pilar por comentar. Hay que darle una vuelta a la iniciativa, yo le tengo fe, pero hay que repensar un poco en el asunto. Saludos.
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21 de septiembre
Muy de acuerdo con tu publicación.
He visto que SENADIS tiene muy buenas intenciones, pero no se qué tanto logran hacer, en parte también porque no tienen el poder suficiente para exigir, simplemente parecen estar sugiriendo, tímidamente, medidas de inclusión, accesibilidad, etc. Pero en ningún caso exigir o fiscalizar… Probablemente lo que nos faltan son leyes que le den más poder a SENADIS o a otro organismo que haga cumplir derechos y dignidades que se pisotean día a día.
Saludos!
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21 de septiembre
Gracias Carolina. Sí, Senadis es un organismo que hace lo que puede. No sé si con la mirada puesta en los focos más importantes, pero ciertamente, necesitan más respaldo y por qué no decirlo, gente con discapacidad que se involucre, que quiera hacerse parte activa de las políticas, de manera que apunten a las necesidades profundas y reales de las personas. Imagínate, ante la golpiza del joven discapacitado en Puente alto, ellos anuncian «posibles acciones legales». No está mal, pero falta comunicación, falta más presencia, creo yo. Saludos
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25 de noviembre
Por su culpa me eche el ramo
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