Escrita en Agosto 6, 1945
Cuatro motores (cuatro bestias impulsadas por sangre) elevaron la nave hasta dejarla sobre el limpio cielo de Hiroshima: era la mañana más diáfana de los tiempos. Y dios, ¿dónde estaba? ¿En un universo vecino? ¿Dormía?
Pudo haber hecho algo. Por ejemplo, tan solo con un guiño romper las alas del pájaro sanguinario, o haber transformado el aire en espesa arena: las hélices criminales que impulsaban la máquina asesina se hubiesen hecho añicos y así su carga ponzoñosa habría explotado más arriba de los pensamientos de los hombres, sin siquiera dañarlos.
¿Era muy difícil para dios armar aquellas trampas? Sin embargo dormía, o no estaba: es por eso que escribo su nombre con minúscula.
Ya sobre la presa, el vientre de Enola evacuó sus neutrones asesinos fruto del mejor esfuerzo humano. Y la mortal carga bajó, atraída como todo objeto por una Tierra curiosa. Cayó cortando el aire en apocalíptico silencio, invisible y artera. Y estalló.
Entonces, en un tiempo ínfimo y esquivo al reloj, evaporó todo: la tinta de las notarías, los kimonos en las vitrinas, el sake en los almacenes, las voces del coro. No alcanzó la maestra a enseñar la última vocal, la partera a provocar el llanto al que nacía, el ladrón a alegar inocencia, la bocina del bus a alertar al perro imprudente, los labios del galán a lisonjear la belleza de la muchacha.
Entonces, en un tiempo ínfimo y esquivo al reloj, evaporó todo: la tinta de las notarías, los kimonos en las vitrinas, el sake en los almacenes, las voces del coro. No alcanzó la maestra a enseñar la última vocal, la partera a provocar el llanto al que nacía, el ladrón a alegar inocencia, la bocina del bus a alertar al perro imprudente, los labios del galán a lisonjear la belleza de la muchacha. La masa nunca fue pan, la carta de amor no fue abierta, el moribundo no murió de su mal, los amantes furtivos solo se desnudaron, el canario no comió el alpiste que se le ofrecía, la ofensa quedó solo en la mente, la buena y la mala noticia no fueron dadas, el carpintero no gritó por el golpe de martillo en su índice, el neumático quedó a medio inflar, la súplica de amor a medio camino, el cuerpo no cogió la toalla al salir del baño, el reloj se evaporó solo con su tic dejándole el tac a la muerte. La mesa quedó servida para las cenizas, el semáforo quedó en amarillo.
Y en aquella jornada, el hombre se tituló definitivamente de canalla y por más explicaciones imbéciles o brillantes, quedó demostrada la inmensa maldad e ignominia de la especie.
Y eso fue lo único que sobrevivió.
Y desde aquella mañana luminosa, no quedó jamás espacio posible para la redención.
Pero no fue el infierno sobre toda la tierra. A los pocos minutos y consumada la barbarie, lejos, en la ciudad de los cerezos en flor (cerezos cuyas semillas germinaron en la tierra ahora devastada), Don Harry descorchaba un Dom Perignon, brindando con otros criminales, regocijándose todos de la hazaña. Y tan entusiasmados quedaron, que escribieron un segundo capítulo, todavía más infame, pues ya conocían el tamaño de la matanza y la ruina: era el turno de Nagasaki. Y todo ocurrió de nuevo, con otros inocentes, arrasando iguales recovecos, cerrando eternamente parpados hermanos, idénticamente atroz.
Ciertamente, ni cielo ni averno estaban preparados para recibir a tantos en tan poco tiempo.
Y después de aquellas dos jornadas, el hombre se tituló definitivamente de canalla…
…de canalla.
Y después de aquellas dos jornadas, el hombre se tituló definitivamente de canalla…
…de canalla.
De canalla.
Comentarios
09 de agosto
Puede ser, pero EEUU no fue quien provocó a Japón. Como dijo el general japones a cargo, despertaron a un gigante que estaba dormido en Pearl Harbor…. Mala idea, despertó con resaca y enojado…
Lo bueno de esa bomba, si algo bueno puede tener, es que Japón por fin se le sosegó el ego y dejó de participar en la guerra… Si no hubiera habido esa bomba, la destrucción y muerte hubiera seguido…
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09 de agosto
Posiblemente, pero Japón tiene cientos de islas (muchas de ellas en ese tiempo bases militares) donde se pudo haber tirado la bomba dejando el tema en un hecho de guerra mas y no en un genocidio.
09 de agosto
Posiblemente también, pero era una guerra y Japón la inició y además lo hizo de forma infame. Pudo haber hundido un botecito para decir que estaba enojado con EE.UU., pero hundió varios barcotes así de grandes entre los que en solo uno de ellos perecieron más de mil hombres…
Japón tomó la espada, el primero de los cuatro juicios terribles de Dios, y la ley de esa espada, es que si tú matas con ella, por la misma espada vas a perecer. Y así fue, Japón inició la guerra y la guerra lo golpeó con dureza.
Japón pago el precio que la humanidad necesitaba para entender realmente el poder atómico. Todos lo lamentamos y no queremos que exploten más bombas atómicas, ni en guerra, ni en pruebas, ya que donde se prueba una bomba atómica, la vida que le circunda perece.
Además las atómicas producen una onda hacia el centro de la tierra. No se sabe el daño que ocasionan en la corteza terrestre. Hasta hoy existen japoneses que padecen los efectos de la bomba atómica.
Todas debieran ser destruidas…
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