Las comunidades de investigación abierta, podría tener un gran impacto en todo el descubrimiento de fármacos y presentar opciones a los programas tradicionales de las grandes farmacéuticas, quienes tienen como principal activo la propiedad intelectual, lo que limita la innovación y desarrollo de productos a bajo costo.
Hay ventajas y recursos para acelerar la investigación científica.
Un pionero en la Open Science es el profesor Mat Todd de la Universidad de Sydney, quien desarrolló una metodología para la investigación abierta, publicando todos los cuadernos, apuntes y datos de su investigación a medida que los producía, de manera de recibir aportes e interpretaciones externas.
En 2010, se planteó realizar un estudio de un medicamento de bajo costo para el tratamiento de la Bilharzia. Los aportes resultaron ser cruciales en el proceso. Alrededor de 60 mensajes de los lectores que no participan en el proyecto, de los que aproximadamente 42 procedían de la industria y 16 de la academia.
La investigación es parte de un grupo de código abierto de colaboración biomédica llamado el Salto Synaptic, que se centra la búsqueda de medicinas para las enfermedades tropicales desatendidas.
El nuevo desafío del profesor Todd es una investigación abierta para encontrar un tratamiento a la malaria, siguiendo la misma metodología de publicar sus datos y recibiendo aportes, sin preocuparse de las patentes. La malaria es uno de los mayores problemas sanitarios del planeta, con cerca de cerca de 210 millones de casos anualmente. Nuevos medicamentos para tratar esta enfermedad son necesarios y urgentes, siendo un desafío que tiene que enfrentar la comunidad científica.
La ciencia abierta puede hacer grandes contribuciones en las primeras fases, antes de las pruebas clínicas, y es gracias a Internet que continúa transformando y acelerando la investigación científica. En la actualidad, podemos buscar bases de datos digitales a gran velocidad, podemos difundir nuestros datos al instante y podemos discutir y colaborar con las herramientas de comunicación.
Las comunidades de investigación abierta, podría tener un gran impacto en todo el descubrimiento de fármacos y presentar opciones a los programas tradicionales de las grandes farmacéuticas, quienes tienen como principal activo la propiedad intelectual, lo que limita la innovación y desarrollo de productos a bajo costo.
El modelo colaborativo tiene grandes desarrollos que han crecido, constituyendo una opción alternativa a los poderosos conglomerados. El ejemplo claro es Linux, que dejó de ser el fenómeno o el revolucionario núcleo de sistema operativo de los noventas, para ser considerado como una de las grandes innovaciones creadas.
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Foto: Carlos Rosas / Licencia CC
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