Sueños de éxito

En un mundo donde el acceso a la tecnología, a los nuevos conocimientos y a la información es cada vez más fácil y masivo, se torna más difícil pensar en nosotros y cuantificar cómo todo esto afecta nuestras vidas.

Además, con las empresas y organizaciones desarrollando nuevas formas de incrementar sus ventas, creándonos nuevas necesidades y generándonos un estado de falsa conciencia, donde nos empujan a tomar las decisiones por nosotros, se vuelve cada vez más necesario tomar el control de nuestras vidas, para así dejar de seguir a las masas y poder elevar nuestro nivel de conciencia.

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Debemos tener la seguridad y la confianza de que todos los sueños que son producto de la mente se pueden transformar en equivalente físico

Pero el deseo por sí solo no es suficiente para alcanzar los objetivos o metas de nuestra vida. Sino que hace falta creer en que somos capaces de dar el primer paso y así romper con la inercia que nos aferra a la zona de confort.

Esta decisión nos puede llenar de miedo e incertidumbre y solo la fe nos puede iluminar el camino hacia lo desconocido, con la certeza de que podemos alcanzar hasta los sueños más sublimes.

En este camino aparecerán muchas personas que intentarán detenerte, muchas de ellas bajo la sombra de las buenas intenciones, otras como detractoras, pero debemos tener la seguridad y la confianza de que todos los sueños que son producto de la mente se pueden transformar en equivalente físico, ya que todo en este mudo se crea dos veces, primero en la mente y después en la realidad.

Aquellas personas que no se permiten ir tras sus sueños, se encuentran dominados por sus temores y además no están dispuestos a sobreponerse a los desafíos de la vida, nunca alcanzarán la gloria, ya que los que abandonan nunca ganan y un ganador nunca abandona.

Para todos aquellos que se embarcan y persisten en el camino de alcanzar sus sueños los espera una recompensa magnífica, que es el privilegio de trazar el propio recorrido y hacer que la vida te proporcione lo que le pidas.

Hoy los invito a explorar el camino que conlleva al logro de aquello que toda persona espera de la vida, ya sea de forma manifiesta o en lo más profundo de su ser: el cumplimiento de sus sueños.

Existen una serie de pasos o requisitos para lograr el éxito en cualquier área de la vida.

El primer paso hacia la concreción de nuestros sueños es poder ser capaces de poder identificar nuestro deseo, el cual debe ser altruista, ya que si no ayuda a los demás nadie nos ayudará a conseguirlo, ya que la única forma de alcanzar metas grandes es involucrando a otros. También tenemos que describirlo con una gran precisión. Mientras más claro es el objetivo más fácil es poder apuntar hacia él. También debemos  identificar cómo nos sentiremos al lograrlo,  ya que esto nos dará la motivación para realizar las acciones diarias en pos de nuestro sueño.

Una vez descrito el objetivo o meta a lograr debemos tener la confianza de que podemos conseguirlo; a nuestra mente no se le ocurre nada que no seamos capaces de alcanzar, ya sea con nuestros propios recursos o asociándonos con otros para conseguirlo. Pero si no tenemos fe en nosotros mismos y en nuestras capacidades tanto técnicas como relacionales, no seremos capaces de alimentar nuestros pensamientos positivos y convertirlos en dominantes. Nuestra mente es como un jardín en donde la maleza son nuestros pensamientos negativos y los pensamientos positivos son como las flores, plantas y árboles con los que queremos adornarlo. Mientras la maleza crece sin necesidad de ayuda, todo lo demás requiere de nuestra preocupación y esfuerzo. La  consciencia negativa voluntariamente se apropiará de la mente que no está ocupada por la  consciencia positiva.

Solo podremos manifestar nuestro deseo si contamos con un propósito definido y para ello hay que desarrollar un plan sobre cómo vamos a lograr alcanzar nuestros sueños, definiendo exactamente lo que se desea y cómo pensamos alcanzarlo. Estos son los objetivos a corto plazo que en su totalidad componen el sueño.

El inicio de este camino comienza pasando del pensamiento o planificación a la acción, lo que se define como la toma de decisión. Las personas que logran sus metas pasan a la acción rápidamente. No es necesario conocer todos los pasos a seguir, solo basta con la convicción de querer alcanzar el sueño. Durante el progreso se irán presentando las oportunidades necesarias para alcanzar aquello que nos hemos propuesto.

Rara vez las oportunidades se presentan de forma manifiesta, ya que la mayoría de las veces viene disfrazada como infortunio, mala suerte o como un fracaso temporal; solo la persistencia nos llevará al éxito.

Es importante tener en cuenta que los cambios no son inmediatos y que además traen consigo un precio a pagar para el logro de ellos. Tenemos que estar dispuestos a realizar el sacrificio que viene consigo, ya que de no ser así está garantizada la derrota.

Durante este camino hay que considerar que muchos de nuestros planes no darán el resultado esperado, esto no debe desalentarnos y hacer cambiar nuestros sueños, sino que debemos aprender de lo ocurrido y modificar el plan. Esta es la diferencia entre un fracaso temporal y una derrota. El éxito en cualquier aspecto de la vida solo llega después de que nos hemos negado a rendirnos.

Debemos perseverar a pesar de todos los obstáculos y esto se logra quemando todas nuestras naves, sin dejar espacio a la duda. Todo cambio es difícil y los resultados no son inmediatos. No existe un camino fácil hacia el cumplimiento de nuestros sueños.

Las únicas oportunidades en las cuales podemos confiar son en las producidas por nosotros mismos.

Cada uno de nosotros somos los capitanes de nuestras vidas y sepan que en este viaje hacia el logro de nuestros sueños la recompensa es por un lado es el aprendizaje obtenido, la fortaleza de nuestro espíritu, el dulce sabor de haber dominado todos obstáculos y saber que podemos lograr lo que nos propongamos.