La Real Academia Española señala que “verdad” es la conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa, mientras que la “realidad” es la existencia real y efectiva de algo. Interpretado como un desenfreno abierto o subrepticio, estos dos conceptos son esenciales para cartografiar el debate que marca los asuntos públicos en estos días.
Seamos claros. Hoy, en la vorágine del nuevo ciclo y las reformas en curso, diversas y matizadas fuerzas inerciales mueven sus piezas para frenar o desacelerar los cambios propuestos a través del programa de gobierno de la presidenta Michelle Bachelet Jeria.
Efectivamente, el péndulo de la política comenzó a moverse en sentido contrario a lo que, en los cuatro primeros gobiernos de la Concertación se había desplazado. Lo anterior, a propósito que la sociedad sigue exigiendo a sus miembros e instituciones desplegar nuevas prácticas y mejoramiento de sus estándares de vida en primerísimo lugar.Se dice que el tiempo de la política no necesariamente es lineal, ni cíclico, sino más bien “puntillista”, en donde cada punto minúsculo puede detonar en una suerte de Big Bang.
Sin embargo, para sofocar, reducir y ahuyentar los vientos de cambio, el despliegue de las fuerzas inerciales, radicadas al interior de la Nueva Mayoría (NM) y otras latitudes, han planteado la “necesidad” de un ajuste al equipo de gobierno.
En lo específico, existe un fuerte vínculo de retroalimentación entre los estudios de opinión y las hipótesis tendenciales que quieren mostrar la pendiente en que entraría el gobierno en los próximos meses. Curiosamente, quienes usan las encuestas para argumentar, no toman en cuenta que estas mediciones los muestran aún más devaluados. En efecto, los partidos políticos, el empresariado y el parlamento son las instituciones con menor aprobación ciudadana.
Así, las proezas y desafíos que enfrenta el equipo gubernamental en estas horas, se verán también a prueba una vez comunicados los resultados de la encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) -hoy desplegada en levantar datos en terreno- llamada también el oráculo de la tribu política chilena.
El jurado político estará alerta para emitir sentencia luego de la encuesta CEP. Entonces, los acontecimientos, declaraciones e interpelaciones, relacionados, por ejemplo, con el llamado a un cambio de gabinete, no serán un acontecimiento aislado en este movimiento de actores.
Se dice que el tiempo de la política no necesariamente es lineal, ni cíclico, sino más bien “puntillista”, en donde cada punto minúsculo puede detonar en una suerte de Big Bang. De estos puntos deriva entonces, una suerte de “tranquilidad estratégica”, donde las decisiones no se sujetan a la ansiedad ni capricho de algún parlamentario, articulador político o columnista de algún prestigioso medio de comunicación.
Un dato no menor será la biodegradabilidad como atributo para enfrentar las lógicas y esperadas arremetidas de algunos actores de la política (oposición y disidencia). Cualquiera sea la opción que escoja el gobierno, ésta deberá ser una suerte de “manto sutil” que pueda quitarse de los hombros a voluntad y sin ser notificado de manera previa.
Finalmente, como lo señaló Gianni Vattimo “los hechos no hablan por sí mismos; la realidad es una operación”… y sigue radicada a ratos en algún living o cocina.
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