Todo huele a un ajuste de cuentas. Porque a Longueira, ni con la ley de pesca lo enfrentó. Y si el motivo tuviera su génesis en la causa ambiental, podría haber apoyado a Sfeir, quién es más representativo de los intereses ambientales. Sin embargo, zorro viejo, encontró en Parisi el títere perfecto para gestar su inescrupulosa maniobra.
Ahora, que por fin Evelyn Matthei dejó de aterrorizar a los chilenos con su aspiración presidencial, su séquito, seguramente agobiados por la furia, harán volar plumas frente a los eventuales responsables, inocentes y traidores. En este sentido, las razones que motivaron al senador Antonio Horvath Kiss -quién jamás abandonara a la derecha- a maquinar contra Evelyn Matthei es digno de Ripley. Para el que lo desconoce, Horvath, además de educado en bellas artes, en dictadura fue condecorado por el dictador Pinochet, razón más que suficiente para mantener sus cimientos políticos.
En concreto, sería importante conocer la razón que impulso a Horvath a trabajar afanosamente en la tarea de enfrentar a Matthei antes de largarse. Muchos surrealistas quisieron experimentar algo de bronca, como Aracely Leuquén, dirigente de RN Aysén. Delirando, habló de expulsión, sin embargo, Horvath no se prestaría para acusaciones microscópicas, porque su jugada, como buen ingeniero, la proyectó definiendo variables, es decir, evaluando el cúmulo de candidatos y las posibilidades concretas que podían restar electorado a Matthei. Lo suyo no era enlodar a Bachelet, misiles no le faltan, su objetivo fue demoler a la propia derecha. Por esta razón, el argumento de la independencia y el apoyo a la juventud es ilusión, porque ni siquiera prestó apoyo a su hijo en la parlamentaria y en su defecto, con su capacidad, podría haberle puesto sus puntos e intereses a la propuesta de Matthei y asunto resuelto.
Todo huele a un ajuste de cuentas. Porque a Longueira, ni con la ley de pesca lo enfrentó. Y si el motivo tuviera su génesis en la causa ambiental, podría haber apoyado a Sfeir, quién es más representativo de los intereses ambientales. Sin embargo, zorro viejo, encontró en Parisi el títere perfecto para gestar su inescrupulosa maniobra. Debe haber sido una artimaña estudiada con antelación, porque en poco tiempo Parisi se despojó del trillado discurso de la economía doméstica y se fue de lleno a despotricar contra los monopolios, empresariado y todo lo que Matthei tuviera prohibido cuestionar. La mano de Horvath había logrado hacer arder la pradera.
Pero hay algo más. A pesar que Antonio Horvath, tiene una votación histórica con preferencia por la derecha, es su costumbre demostrar descontento en algunas materias de preferencia ambiental. Sin embargo, esta vez, sin remordimientos, con un lanzacohetes dio el tiro de gracia. Entregó públicamente apoyo a Bachelet para destruir a Matthei a todo nivel. Sobre todo usando las materias ambientales, asuntos frágiles en periodos electorales y bandera de lucha en su trayectoria política. El gesto perfecto para demostrar a su tienda que Matthei no es de su agrado, que su emboscada era en serio.
Parisi también se cuadró con Bachelet. Rumores dicen que fue contactado por Alejandro Guillier. Sin embargo, no es más que la directriz del senador Horvath, quien insiste afanosamente en su tarea de sacar a Matthei del camino. Solo basta mirar el rostro de un compungido Carlos Larraín, justificando a poco más de 16 millones de personas la paradoja que confluye en un denominador común: nadie quiere a Matthei. Mientras tanto, Horvath se estruja de la risa, tendrá buena llegada en el gobierno de la Nueva Mayoría, en tanto a RN en la región de Aysén se le acabo el juego. Les quedan unos días de agonía y soledad, sin alcalde, sin intendente, sin senador y un Sandoval en la suya.
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Foto: Wikimedia Commons
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