#Política

¿Nos hemos vuelto locos?

Compartir

Es sorprendente la virulencia con que está ocurriendo la política, que no respeta ni el sacrosanto mes de febrero, tiempo de playas, festivales, campings y vacaciones.
 
Quienes somos algo mayores recordamos los tiempos en que hablar de política no era una blasfemia ni un exabrupto. Cuando se cotejaban las opiniones, se escuchaba, se rebatía y se argumentaba. Eran actos no solo legítimos, sino elogiables, demostraban interés por la cosa pública, por el futuro del país, por su desarrollo. Era una manera  de participar, de educar, de aprender y enseñar. En los colegios se impartía el ramo de Educación Cívica, donde se aprendía lo que era una Constitución, un diputado, un partido político, el deber y el derecho de votar, de expresarse, de ser ciudadano.
 
En tiempos del gobierno militar, eso que en castellano se llama Dictadura, la política fue proscrita. Se desterró de la mesa, de los colegios, de los bares, del lugar de trabajo, de la plaza y de la calle. Ser correcto y bien educado significaba decir, en voz alta y ante la primera ocasión la frase cliché: “Yo soy apolítico, no hablo de política y no tengo posición”. Fue una oblicua manera de eludir un tema polémico. Se pensaba que era una acción políticamente correcta, para no herir susceptibilidades, para no avivar las discusiones y no abrir heridas. Su verdadero efecto, al parecer, fue el contrario: nos hemos vuelto intolerantes  y odiosos, ciegos y sordos. Se nos olvidó la democracia. 
 
Por una parte, la gente se quedó con el hábito de ocultarse, de no mostrar posiciones, de no opinar, salvo sobre seguro. Y eso se manifiesta en una profunda desconfianza en la democracia. Un escepticismo tan enorme que el otro día, un lector opinaba que votar era sólo hacer rayas en un papel y proponía que nadie votara, de manera que no hubiera ningún diputado ni senador y de alguna manera que no quiso explicitar, una especie de partenogénesis, me imagino, se constituyera una Asamblea de la Ciudadanía. No me quedó muy claro su propuesta y me imagino que a Ud. tampoco. 
 
Por otra parte, las autoridades confunden cualquiera manifestación con declaración de guerra y desencadenan la fuerza militar contra los humildes pobladores. Se hizo en Magallanes, en Calama, en Dichato, en las calles y plazas de Santiago, en Aysén. La disensión debe ser aplastada a como dé lugar. Grupos represivos son trasladados a la respectiva zona en aviones militares y cumplen la orden de reprimir a supuestos terroristas, violentistas, digitados desde Santiago y tal vez, de Moscú o Afganistán.    
 
Yo me pregunto y le pregunto a Ud. señora, señor: ¿Nos hemos vuelto locos? ¿Hemos perdido del rumbo? Otra pregunta: ¿Para eso recuperamos la democracia? ¿Para tirarla al cubo de la basura? 
 
No votar, cuando llega el momento, es sencillamente demencial. Es regalar la calle, el parlamento y La Moneda que tanto costó recuperar. Usted vote por la izquierda o la derecha, por o contra quien quiera, defienda sus ideas, trate de convencer, exponga sus argumentos, pero vote. Muchas personas reniegan de la democracia. Que no sirve de nada, que los políticos son todos iguales, que hay que cambiar las cosas. Por favor, digan lo que creen, explíquenle a este pobre idiota cuál es la idea. ¿Vamos a coger un fusil? ¿Nos vamos a la Sierra Maestra? ¿Vamos a esperar pacientemente que los poderosos se cansen de ejercer el poder?
 
Tampoco sirve esa especie de fatalismo, alegrarse  porque  las encuestas confirman lo que todos vemos en la calle a diario: Desconfiar de todo, echarlos a todos en el mismo saco, descalificar a diestra y siniestra, resignarse de que somos como somos y que perdimos para siempre. 
 
De otra parte, se usan todas las armas disponibles. Limpias y sucias, legítimas y bastardas. Desde culpar a gobiernos anteriores  por los terremotos y la sequía hasta el aprovechamiento de cualquier treta, inclusivo el montaje. Declarar unilateralmente una guerra a muerte, todo vale.
 
Pienso que ambos caminos están profundamente errados y nos conducen por igual a la catástrofe. No me cansaré de llamar a la democracia. Todos sabemos de sus deficiencias. Todos somos, de alguna manera, responsables de ello. Hay algo que compartimos los de uno y otro lado: Una enorme irresponsabilidad en el hecho de dejarse arrastrar a la amarga resignación. Somos por igual culpables de perder la fe en nosotros mismos.
 
Un rayo de esperanza brilló durante un pequeño lapso de tiempo. Nuestra juventud salió a la calle. Nos volvió la fe. Empezamos a creer que el país era posible. Pero el peso de la noche cayó nuevamente sobre nosotros. El pronóstico meteorológico del año que se inicia indica chubascos, tormentas, inundaciones. Huele a lacrimógenas. ¿Será éste un año de trincheras? Todo esto, en el preludio de una elección municipal que hará de marcha blanca a la que sigue, la verdadera. 
 
Ante este oscuro panorama sólo queda una actitud válida: retomar la política. Discutir, hablar, debatir, reconocer, escuchar, revisar y finalmente: decidir y votar. Usted sabrá por o contra quién vota. Pero hágalo. Sea valiente, sea consciente, sea ciudadano. O bien, calle para siempre. Resígnese, masculle maldiciones para callado, amárguese, frústrese, termine en el siquiatra, con úlceras, depresión y colon irritable. Pero no se queje, muera en la rueda y apechugue con su propia cobardía. 
—————

Tags

3
2

Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad

Comenta este artículo

Datos obligatorios*

3 Comentarios

peon

¿Se nos olvidó la democracia?
Parezco tener un serio problema con eso, pero, ¿a qué democracia te refieres?…

«¿Vamos a coger un fusil? ¿Nos vamos a la Sierra Maestra? ¿Vamos a esperar pacientemente que los poderosos se cansen de ejercer el poder?»

¿Qué tal si primero acordamos qué queremos por democracia?…

«Un rayo de esperanza brilló durante un pequeño lapso de tiempo. Nuestra juventud salió a la calle.»

¿Eso es la democracia?… ¿Salir a protestar a la calle, con las conocidas mil formas que la manifestación toma, para expresar el descontento general con el sistema que debiera brindarle a los hijos de la patria primeramente el derecho a ser oídos, sentados a la mesa y en el Congreso y no haciendo marchas en las calles?…

«Ante este oscuro panorama sólo queda una actitud válida: retomar la política. Discutir, hablar, debatir, reconocer, escuchar, revisar…»

Discutir, hablar, debatir… ¿Con quién?…
¿Acaso los partidos hablan y debaten con la gente?…
¿Lo hace el Congreso o acaso la Presidencia?…
No lo hacen, tú mismo dices que lo que hacen es desplegar las fuerzas represivas…

«… revisar y finalmente: decidir y votar. Usted sabrá por o contra quién vota. Pero hágalo. Sea valiente, sea consciente, sea ciudadano. O bien, calle para siempre. Resígnese…»

No hay valentía al votar… Lo que hay es un acto de traición a la patria y una negación al derecho y oportunidades de miles de personas que no tienen acceso a los frutos de la democracia, por causa del poder de la mafia económica y política de los partidos…

«Consciente» sería no votar, porque con ello se avala el sistema tal como está… No importa quién salga, el sistema, políticamente, no ha cambiado en nada en más de 20 años después de la dictadura militar y si todo estuviese bien, ¿por qué la gente se queja?…

Ser «ciudadano» es defender el derecho a vivir una democracia y a tener un país libre de la opresión de la mafia política y económica y de sus «fuerzas represivas»…

«no se queje, muera en la rueda y apechugue con su propia cobardía»…

Perdón, entonces, por haberme manifestado… Debiera guardar silencio porque ejerzo mi derecho a no votar, ni a traicionar el derecho de los oprimidos…

Tus palabras, estimado, son un aval al sistema político… Eres como una especie de palo blanco que se ha tragado cuanto camello os ha pasa’o por delante y ahora llamas a todos tus lectores a votar, votar, VOTAR, pero, eso es lo que se ha hecho en 5 elecciones presidenciales post dictadura, sin embargo, ¿de qué se queja la gente y por qué las «fuerzas represivas» salen a la calle cuando el pueblo no es mayoría en el Congreso?… Así las cosas, tal pareciera que el Congreso debe dominarlo el pueblo…

Si acaso la gente no votase y se determinase un nuevo sistema de política sin el pueblo, no habría democracia, sin embargo, si acaso el pueblo participase en la definición de la democracia que quiere y la forma de participación que estimase conveniente y una garantía a sus derechos de expresión, ciudadanía y como hijo de la patria, entonces, ¿de qué podría quejarse la gente si no lograse lo que desearía?…

Varias personas hablan de la democracia, pero, ninguno la define y ninguno es tan osado como para defender abiertamente lo que comprendemos sea el supuesto «sistema democrático» cuando se le pregunta a qué democracia se refiere…

Propones hablar y debatir…

Adelante entonces…

Escribe y debate conmigo y explícame a qué democracia te refieres en tu artículo, ya que yo sólo veo la dictadura de la mafia política y económica…

jkfdjkfdjfgjhf
kgfjhgfjhgfgf
jkgfjkfgjkfgk

pstaiger

Comenzar a discutir cuál es la democracia que queremos es una bella tarea. Desde luego, no la que tenemos.
En eso estamos de acuerdo.
No lo estamos en la forma de llegar a una democracia que nos permita elegir a nuestros gobernantes y representantes. Y allí, mi querido amigo, no veo otra que votar.
A lo mejor, tú eres demasiado joven para haber participado en la recuperación de la democracia. Quizás tampoco viviste la dictadura y el exilio.
Pues bien, la recuperamos con un voto. Contra todas las predicciones de los escépticos. Sacamos al dictador con un lápiz y una raya. Con muchos lápices t muchas rayas, millones.
Así podremos elegir un nuevo gobierno que nos represente auténticamente, a quien podremos poner exigencias para que se haga lo que la ciudadanía quiere. ¿Ves otro camino,acaso?
Pedro.

peon

No sé si pudiera haber algún Gobierno que realmente nos represente y más escéptico soy aún de creer que le pudiéramos poner exigencias. Tal vez sería distinto si antes de ser Gobierno ya nos representara de una u otra forma, dialogando con nosotros, exponiendo sus planes, recibiendo propuestas, añadiéndolas a su Programa o rebatiéndolas, justificando las razones de ello.

Eso me ha llevado varias veces a pensar que sería de la mayor importancia la elaboración de un Programa de Gobierno conjunto en donde participase la ciudadanía. De la misma forma, creo que se hace necesario una instancia permanente de diálogo con la ciudadanía en lo que creo pudiera ser una Cámara Ciudadana Digital, cosa de la que he hablado lo suficiente ya para las consideraciones de este comentario.

Esto nos lleva eventualmente a la posibilidad de fundar un nuevo partido político en donde la gente se pueda conocer y se genere un amplio debate en la red acerca de lo que queremos los chilenos para el país en general y para las distintas regiones e incluso comunas, llegando a la necesidad de establecer un programa de acciones factible, considerando los recursos del Estado y los que podría generar.

Me parece que estas podrían ser vías factibles. Siempre me habré de considerar disponible para colaborar con lo que me fuera posible para llevar a cabo estas instancias y hacerlas surgir y florecer, siendo apenas uno más que aporta sus ideas, apoya o rebate las de otras personas, pensando en el bien común…

Sin embargo, si se siguiese el camino del voto tal como se ha venido haciendo en las últimas elecciones, no veo la forma en la que la gente pudiera ser, más que interpretada, escuchada y al mismo tiempo considerada, porque percibo a la cúpula de los partidos políticos existentes como un pueblo con diversidad de tribus que pretenden el poder a toda costa, codeándose los unos a los otros para hacerse el espacio que desearían tener y en ese ambiente es difícil que el pueblo sea considerado porque el sistema puede operar sin tomarlo en cuenta, apenas considerando su aval en un voto para que todo se perpetúe…

Lo preocupante de ello son las tendencias y las pocas o más bien nulas iniciativas que surgen para mejorar nuestros sistemas fundamentales, tales como el de la democracia y el económico, en donde el pueblo no es dueño ni de bancos, ni de mineras, ni de acciones o algo semejante que permita cambiar la estructura de pertenencia en el país, para que sea la mayoría la dueña de todo y no lo ya consabida dominancia de unas pocas familias o grandes grupos o consorcios económicos.

Personalmente creo que es tarea fundamental de un Gobierno y de la estructura de organizaciones del Estado el poder empoderar económicamente al pueblo, pero, no como se ha venido haciendo, aunque ello sin duda ayuda, pero, no ha terminado con el problema de quiénes son los dueños de los recursos financieros, tema fundamental a la hora de hablar de justicia social o de mecanismos de acceso a créditos económicos que permitan surgir nuevas iniciativas de emprendimiento…

Igualmente el no desarrollo de muchas comunas aisladas, mejorando la estructura organizacional, educativa, económica, de generación de empleos y de emprendimientos es un tema fundamental no desarrollado aún y a cambio de ello vivimos una transantiaguinización enormemente increíble de las inversiones estatales, provocando cada vez una migración mayor a las grandes zonas urbanas, al punto que basta ver las tendencias en las matrículas de las escuelas rurales, comparadas con apenas dos décadas atrás, para darse cuenta de esta realidad y todo, pienso yo, porque existe un sector de la economía y del poder político que se beneficia con la construcción de más y más elementos de las mega ciudades, a pesar de que con ello cocinen el caldo social necesario para llegar a provocar una catástrofe de proporciones que ya podemos ver que toma cuerpo día a día, año tras año, aumentando los índices de delincuencia, entre otras formas de deterioro de la calidad de vida y ni que hablar de lo que podría ocurrir ante una escasez de comida, la interrupción del transporte o la ausencia de combustibles…

En esta materia los Gobiernos que hemos tenido han sido muy poco previsores según mi criterio, coincidiendo con ello en este punto la falta de refugios o albergues en las distintas comunas del país… Además, hay una serie de factores que inciden en la vida de las personas que nos se han cubierto y para todo ello es necesario el diálogo, la preparación y la capacitación para desarrollar lo necesario, así como la producción para generar los recursos que los hijos de la patria y los territorios necesitan, pero, ¿con quién lo conversamos, dónde y cuando?…

¿Con quién, dónde y cuándo?…

No tenemos la institucionalidad necesaria para hacerlo… El Congreso no basta, porque de hecho, no es lo que se hace allí y el cuento de la representatividad es insuficiente para servir al pueblo, porque, de lo contrario, si lo fuera, ¿por qué protesta la gente y a qué se debe su descontento general y las marchas en la calle?…

A propósito, menudo problema que se generó en Aysén… El Gobierno propone que sean declinadas las protestas para iniciar el diálogo, pero, ¿no sería más fácil iniciar el diálogo para que declinen las protestas?… Lo que pasa es que el Gobierno no está dispuesto a acceder a las peticiones de la ciudadanía, tal como todo Gobierno nunca lo ha estado…

¿Recuerdas la Ley que se iba a crear para apoyar financieramente los gastos de los partidos políticos?… Recuerdo haberle escrito a la Presidenta Bachelet diciéndole que me parecería justo que si el Estado financiaba a los partidos políticos, estos tendrían por Ley que debatir con la ciudadanía y que lo más correcto es que generaran en conjunto con la gente un Programa Único de Gobierno… Al final, nunca supe por qué la Ley no se creó… Tal parece que no era una causa muy justa que pudiéramos decir, porque ¿qué partido debate con la gente, dónde lo hace o cuándo lo ha hecho?…

… Como no veo que hayas defendido la democracia que mencionaste en tu artículo, cosa que me parece razonable porque nadie que hable de las bondades del voto y la democracia, tal como está, la ha podido defender, así como nadie ha podido ser el abogado del diablo tampoco, te dejo nuevas preguntas, estimado…

¿Con quién debe debatir la ciudadanía, dónde y cuándo?…
¿Sabes de algún partido político que esté dispuesto a debatir con la ciudadanía, o que lo haya hecho alguna vez?…

Ni siquiera M.E.-O. estuvo dispuesto a debatir con la gente, incluso a pesar de su supuesto progresismo y, su Programa de Gobierno, los tres primeros puntos de su Programa, los fundamentales, fueron una modificación de mi Programa de Gobierno, al que llamé «Programa de Gobierno Racional», pero, el modificó y retocó, pero, nunca especificó las bondades de lo que decía, ni tampoco las argumentó, ni dijo cómo las desarrollaría, porque, como he procurado ya decir, la gente de la política dice que hará, pero, no hace… Dice que escucha al pueblo, pero, no lo hace, porque si acaso lo hiciera, ya hubiera institucionalizado la participación ciudadana, concediéndole representantes directos en el Congreso Nacional a quienes escogiera la gente…

Igual fue el caso del Programa de Gobierno de Arrate, que comprendió la importancia de algunos puntos de lo que decía mi Programa de Gobierno, pero, que tampoco los pudo fundamentar y cuando se le preguntó en televisión, específicamente en TC, cómo haría aquello, no lo supo explicar…

Pero, yo sí lo he explicado y nadie responde, nadie se pone los zapatos para debatir conmigo, porque todos son co-partícipes de una inmensa y variada injusticia social sobre el pueblo chileno y nadie quiere dar la cara, sino que desean escudarse en el sistema para perpetuarse y su única herramienta es el voto… Por ello, si votas, los proteges, los avalas, les permites perpetuarse en el poder y el sistema sigue sin modificar los patrones fundamentales que debiera cambiar…

Sin partido político del pueblo, difícilmente creeré que haya político tradicional alguno que realmente esté interesado en darle al pueblo chileno el sitial que se merece…

Basta de tanta palabrería de mi parte, porque, aunque tus intenciones sean las mejores, no tienes forma de responder a mis preguntas, tal vez porque el sistema también te acomoda como está y no estás dispuesto a hacer el esfuerzo mental para imaginar uno diferente, ya que imagino que el «retorno a la democracia» te parecido un logro inmenso que debiera bastar para el resto de las generaciones venideras, pero, no comparto esa posición contigo, porque mi naturaleza es mejorar las condiciones de los sistemas que observo…

Finalmente, no creo que las transnacionales estén interesadas en financiar a algún político que desee darle participación política al pueblo, así es que no veo la forma en que un político de los partidos pudiera llegar a comprometerse con la ciudadanía para hacerla su señor y concederle la justicia que ésta se merece…

ljhfljhfdljhgflkjsf