El debate político actual en Chile no solo se ha polarizado más de lo que habíamos visto en los últimos años, sino que su profundidad está lamentablemente en la superficie de los problemas y no en los fondos, prueba de esto son las recientemente debatidas reformas tributaria, laboral, educacional y constitucional, donde el nivel del debate no solo dejó mucho que desear, sino que finalmente se resuelven en retoques, pero no reformas. Seguimos, al parecer, atrapados en los fantasmas de “los acuerdos” o “en la medida de lo posible”.
Prueba de lo anterior aparece hoy una tardía, innecesaria pero a su vez reveladora crítica a estas alturas de Gonzalo Navarrete, indicando que “el principal error de la Nueva Mayoría fue impulsar un programa sin debatir sus contenidos” y ahonda más, agregando que “tuvimos un programa de gobierno que tuvo mucho título, mucha aprensión y mucho matiz, y terminó siendo como lo definió la DC: un acuerdo programático más que un acuerdo de coalición con visión estructurada”.El nivel de la política no se debe a los políticos que tenemos, sino que a nuestra desidia, por votar, por informarnos, a nuestro bajo nivel de cultura cívica, a nuestro interés en debatir sobre el pasado con una mirada de empate, a no transparentar intereses y a una entrega como sociedad hacia un clientelismo desatado.
No nos engañemos, no creo que sorprenda a nadie a estas alturas estas declaraciones, pero sí nos debe llamar la atención que muchos quienes propusimos y propusieron este debate de fondo, de discutir contenidos y no títulos, de votar por programas de gobierno reales, pensados, con visión de país, de futuro, con propuestas sólidas y concretas no fuimos mayoría. Aún más, no fuimos mayoría incluso entre la minoría que fue a votar.
El nivel de la política no se debe al nivel de políticos que tenemos, parafraseando aquel dicho que un país se merece a sus gobernantes, sino que el nivel de política que tenemos se debe a nuestra desidia, por votar, por informarnos, a nuestro bajo nivel de cultura cívica (ayudado en demasía por una educación totalmente desenfocada en lo social), a nuestro interés en debatir sobre el pasado con una mirada de empate y no de aprender sobre lo realizado, a no transparentar intereses y, en general, a una entrega que como sociedad hemos realizado a intereses ocultos a cambio de un clientelismo desatado que la actual legislación, incluso modificada, no sólo ampara sino que promueve.
Así, mientras como sociedad no exijamos un debate real, mientras no exijamos una declaración de intereses, de ideas, de propuestas, una visión de futuro, de construcción de país, seguiremos entrampados en un debate inerte de lucas más lucas menos como ahora vemos en Chiloé, pero que ya vimos en Freirina, en Ancud, en Calama y en todo nuestro país…
Comentarios
11 de mayo
Me encanto
Un comentario claro
Un comentario que todos podemos entender la idea
Felicitaciones
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11 de mayo
En algo concuerdo con Ud. estimado ingeniero, nos merecemos esta política y nos merecemos el gobierno que tenemos, es lo que hay, respecto a las reformas, a los cambios estructurales, me parece que debatir al interior de un grupo donde todos piensan lo mismo no lleva a ninguna parte, es tautológico. Para alguien que se sienta a mirar en perspectiva si eso fuera posible, ¿que ve?, por un lado ve redes y grupos económicos duros, insensibles, de mucho poder y capital, que sueñan una sociedad utópica, libre, sin trabas para poder “hacer negocios”, por el otro, grupos más o menos homogéneos y numerosos, de pensamiento neo-marxistas y de frenético actuar en las universidades, que sueñan una sociedad utópica, una sociedad con un estado benefactor gigante, para poder “igualar a los ciudadanos”, homogeneizarlos, y se ve además un tercer actor o grupo mayoritario, al cual pertenezco, una gran masa de gente sin competencias, medio aturdidas por tanto discurso, cambios, fracasos y pobreza; este tercer grupo tiene un exceso de gentes sin proyectos de vida, que nacen y mueren haciendo más de lo mismo, lo mismo que hicieron sus padres, abuelos y tatarabuelos, y muchos de ellos usados como fuerzas de choque por ambos grupos con el mote de “popular”. Al fin, en el día a día, entre todos esos grupos, entre todos nosotros, construimos nuestras desgracias.
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11 de mayo
Creo que apuntas a lo mismo de la columna, esa pregunta, ¿Que ve? Debería ser menos subjetiva y estar plasmada en programas de gobierno, en propuestas concretas, en visiones país y no en meros títulos y frases de campaña.
La autocrítica de Navarrete equivoca el camino precisamente en que el actual gobierno hizo la mayor parte de la campaña sin un programa de gobierno y no parecía importar. Menos importó cuando lo presentó y era un sinfin de propuestas sin camino, sin sustento y las actuales reformas reventaron por eso, porque no estaban respaldadas, eran solo títulos y allí se quedaron pero a pocos pareció importarles entonces, bueno, tenemos lo que elegimos…
12 de mayo
Estimado Felipe, mirando la historia creo que hay muy poco por hacer, al parecer son dos gigantescas máquinas moledoras de carne que poco o nada se puede hacer para detenerlas, en mi visión, unos son guiados por la ambición y la codicia humana y los otros por la envidia y el odio. Pienso a veces que quizás podemos abrir y cerrar compuertas, es decir dejar unos dos períodos para que nos gobiernen unos, luego los otros, eso deberían hacer los pueblos sabios, unos generaran riquezas, moverán la economía, sacarán la grasa acumulada del estado, y probablemente creceremos económicamente, pero habrá sufrimiento en los sectores con menos competencias y en el medio ambiente, entonces debería venir los otros, para repartir la riqueza acumulada, hacer algo de justicia social, encargarse de la cultura, y gastarse la plata acumulada porque no tienen ideas de cómo generarla, tienden a empobrecer a los pueblos, son y han sido siempre empleados del estado, y así nos vamos, cualquier otro intento que hagamos, por ejemplo, considerar un nuevo humanismo, unas nuevas visiones de justicia social o al menos un economía más humana, será rápidamente infiltrada y colonizada.
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12 de mayo
Buen articulo. Muy bueno. Yo también creo que lo conducente y responsable seria hacer un período “revisionista” muy profundo antes de hacer uno “reformista” y no durante o después de. Pero las autoridades que deciden esto son elegidas por los votantes, o mejor dicho por votantes que no tienen esta visión que puede tener usted o yó y por lo tanto la única forma de darse cuenta de todas las piedras del camino es sólo después tropezar con todas ellas y las autoridades sólo entonces se verían obligadas a la revisión de fondo para no perder votos pero ni siquiera eso: probablemente serán las próximas autoridades elegidas las que deban enfrentar el debate real después de sufrir las consecuencias de lo superficial.
Es nuestra cultura política que ya debería empezar a cambiar también gracias a estos buenos artículos que hacen buenos debates.
Saludos
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