Un respetado medio de prensa escrita de Santiago tituló hace pocos días con un artículo referente a la Ley de Cuotas, catalogándola como la “convidada de piedra” de estas elecciones. Un mal titular, ya que dicha normativa fue votada en el Congreso para lograr que por fin las cúpulas de los partidos se vieran obligados a incluir mujeres en sus listas parlamentarias.
El estatuto establece que hasta 2029 los candidatos hombres o mujeres de cada partido no pueden superar el 60% del total presentado, asegurando de esa forma una cuota para el sexo femenino. Ojo que esta normativa no es un invento chileno, sino que es un compromiso de los Estados americanos con cumplir con la Convención de Naciones Unidas contra la eliminación de toda forma de discriminación contra la mujer. En Noruega existe ley de cuotas hasta en el mundo privado, en los gobiernos corporativos, esto apoyado por estudios que avalan que la mujer tiene habilidades blandas de las que carece el hombre.
Chile tiene una población femenina de 52% y en las últimas elecciones en el Maule Sur el 54% de los votantes fueron mujeres, no obstante, nunca ha habido una diputada por la zona. La razón parece ser bastante sencilla, un predominio masculino excluyente de la mujer que nos limita solo a trabajar y hacer crecer la familia. Existiendo en la actualidad solo un 17% de mujeres en el Congreso, esto debe cambiar ya.
Fui de las primeras generaciones en recibir de la Corte Suprema el título de Abogada y no de Abogado. Ese fue un gran gesto, importante, y deben existir más como este, y aún más medidas concretas como una Ley de Cuotas, ya que la mujer tiene un rol preponderante y calidades que el hombre claramente no tiene. Recordarán cuando el Senador Letelier acusó que algunas mujeres se embarazaban para asegurar su permanencia en algunos cargos, pues bien, esa mirada retrograda y lamentable de la función de la mujer en cuanto a la responsabilidad de mantener la natalidad en Chile es la forma como se nos ha visto durante años, sin reconocer la esencial doble función que cumplimos, como madres y trabajadoras.
Esta legislación fue calificada en el artículo anteriormente mencionado como “invitada de piedra” porque les está siendo difícil a los partidos cumplir con la medida, pero perdóneme, el problema no es la legislación, el problema son los dirigentes que no son capaces de reconocer a las muchas mujeres capacitadas que debe haber en cada partido.
Lo que me parece vergonzoso es que incluso se esté hablando de falta de competitividad de la mujer… ¿por qué? ¿Que las mujeres no estemos dispuestas a peleas infantiles y a trabajar sin polémicas es señal de falta de competitividad? Por supuesto que no.
Permítame una aclaración, acá la problemática es que les está resultando difícil a los partidos tradicionales, ya que en Amplitud o Ciudadanos la cuota no es tema, ya que hay candidatas bien preparadas y con un prestigio ganado de donde vienen. Los partidos solo deben mirar más allá de donde están acostumbrados y si pretender llenar las listas con mujeres solo por cumplir con la cuota, veremos otro bochorno político, verificando que con tal de mantener el poder, se está dispuesto a todo.
La cuota en Chile no solo traerá mujeres al Congreso, sino que también la renovación necesaria que tanto necesitamos en medio de la peor crisis política que ha tenido el país, con escándalos de corrupción nunca antes vistos. También permitirá la entrada de nuevos actores al Congreso que no le deben favores a nadie, que no han sido financiado por nadie y que, por tanto, tendrán la independencia necesaria para legislar sin miedo a nada. Del mismo modo, permitirá que aquellos que llevan años en sus distritos den paso a ideas frescas en la política chilena.
Lo que me parece vergonzoso es que incluso se esté hablando de falta de competitividad de la mujer… ¿por qué? ¿Que las mujeres no estemos dispuestas a peleas infantiles y a trabajar sin polémicas es señal de falta de competitividad? Por supuesto que no. Los juicios dejan en claro que la ley de cuotas hoy será un avance para el Parlamento.
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Herman
Ténganlo bien presente que la derecha se opuso a esta iniciativa, como a tantas otras que después de dictadas se abrazan a ellas..
Patrick
Ojo, la derecha se opuso al concepto cuotas, en la medida que la designación de candidatos responde a la determinación de cada consejo Distrital y Regional, avalado luego en los comités centrales.
Es decir, mujer que quiere participar, participa.
La ley de cuotas obliga a una proporción matemática arriesgando que el listado final, si no cumple, quede fuera, además la idea era ver el tema de las cuotas, que pasa con cuota indígena (pueblos originarios) etc…
En lo personal me gusta esta ley de cuotas, pero creo que este gobierno, al tener mayoría, perdió la opción de regular la reelección eterna.
En fin, no hay que comprar los titulares siempre.
Buen artículo Pao!
peon
Se debe llegar por méritos. No por una designación a dedo que restrinja números u obligue cuotas.
Me convence la teoría de un mejor Parlamento con más participación de mujeres, por su forma de tratar determinados problemas y situaciones, sin embargo, prefiero aún más un Parlamento escogido por méritos, sin considerar el sexo. De esta forma la «teoría para armar un Parlamento» no pretende hacer otra discriminación que la capacidad demostrada y la actitud ante la forma de enfrentar nuestros desafíos.
Si existe el segmentarismo que obliga «la de cuotas», se hace necesario uno que cumpla realmente la representatividad. Si así fuera, el Parlamento estaría compuesto por una amalgama heterogénea y diversa de personas de la sociedad, de diversos lugares y dedicadas a distintas cosas, «para el aporte de una mirada más amplia», pero no se trabaja con este criterio y ni tiene por qué ser así necesariamente. Lo mismo «la de cuotas».
Se debe buscar con más transparencia y oportunidad a los posibles talentos que debieran estar en el Congreso. Ya sea para esto, así como para otras cosas, pienso que se hace necesario considerar evaluar disponer de una Cámara Ciudadana Digital donde sean conocidos ésos talentos, esas ideas o propuestas; ésos personajes, de manera que se pruebe su valor preliminar conversando con ellos.
Así el Parlamento entero puede ser cambiado por uno más competente y económico. De hecho la forma de parlamentar podría mejorarse de varias maneras, pero, ¿a qu