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El otro terrorismo

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El atentado ocurrido en el Metro es un hecho gravísimo y enteramente condenable, eso no está en discusión. Sin embargo, a raíz de este lamentable acontecimiento han proliferado otros hechos que son aún más inquietantes y ante los cuales se debe estar en máxima alerta, sobre todo, porque ellos sí que tienen la capacidad de alterar severamente el estado de derecho y la vida de las personas.

Luego de la explosión, los medios se han dado una suerte de festín sensacionalista y han presentado hipótesis de todo tipo, conectando gratuitamente sucesos que no tienen ningún tipo de relación lógica, por ejemplo, los robos de cajeros automáticos con los avisos de bomba, o el asalto del camión Brinks en el aeropuerto, con los paquetes sospechosos encontrados en el metro.

En medio de este frenesí conspiracional, que es bastante esperable en esta situación, se le ha dado tribuna a ciertas voces que bajo el título de expertos, han dado declaraciones francamente inaceptables. Por mencionar sólo una, en canal 13, en una entrevista en vivo que duró cerca de dos horas, el señor Jorge Valdés, experto en seguridad, declaró reiteradamente que era urgente que la ley antiterrorista se volviera más severa, incorporando facultades tales como la infiltración de agentes del Estado en “las juntas de vecinos, los sindicatos y las universidades”, porque, según él, una gran organización terrorista con “formación en Chile y en el extranjero” estaba detrás de “todas las explosiones” y buscaba “imponer el terror” en la nación. A su juicio, era “evidente que estos grupos estaban instruidos por el grupo Lautaro y diversas organizaciones anarquistas”, que ahora se sentían con plena libertad de actuar. Estas atribuciones debían, de ser necesario, ejercerse inmediatamente, incluso si la ley no las contemplaba.

Con un tono similar, el ex jefe nacional de inteligencia sostenía que el ministro Hinzpeter había sido injustamente criticado por querer imponer “mano dura” en medio del clima de caos que imperaba en el país, y que fue un profundo error no aplicar la ley antiterrorista toda vez que fue necesario, por ejemplo, en los atentados de la Araucanía.

Estas declaraciones se suman a otras que afirmaban todo tipo de cosas, como la necesaria incorporación de tropas especiales en el conflicto mapuche, la eliminación de las “excesivas garantías” para los encapuchados, hasta barbaridades dichas por peatones entrevistados “al azar” que iban desde “sacar los militares a la calle” hasta el retorno de la detención por sospecha. Todas ellas seguidas de las repeticiones de desafortunados reportajes sobre grupos anárquicos, algunos con errores tan groseros como aquel que afirmaba, sin tapujo, que dentro de las facciones más peligrosas de los “terroristas”, se encontraban los denominados “veganos”.

En todo esto el gobierno tampoco se ha quedado atrás, invocando sucesivas veces la ley antiterrorista, la misma que se había comprometido a no usar y que ha recibido severas críticas de parte de los organismos internacionales por vulnerar los derechos humanos, la proporcionalidad de la pena, la no discriminación racial, entre otros principios mínimos de justicia.

Más allá de los ejemplos, que son muchos, urge que la ciudadanía esté extremadamente atenta al posible uso malintencionado de los acontecimientos que hacen ciertas personas cuyos fines políticos e ideológicos no son precisamente los de proteger a la ciudadanía

Más allá de los ejemplos, que son muchos, urge que la ciudadanía esté extremadamente atenta al posible uso malintencionado de los acontecimientos que hacen ciertas personas cuyos fines políticos e ideológicos no son precisamente los de proteger a la ciudadanía, sino los de propiciar un falso clima de pánico en donde se justifique la vulneración de garantías constitucionales y se criminalicen los movimientos sociales, evadiendo las demandas de fondo que han sido sostenidas por la población.

La conexión inescrupulosa de acontecimientos que pretende poner en un mismo saco al nuevo gobierno, a la delincuencia, a los estudiantes, a los mapuches y a la desaceleración de la economía, no es una estrategia nueva en la política nacional, sino que forma parte del repertorio común de los grupos minoritarios cuando ven sus intereses amenazados por el empoderamiento de los ciudadanos. Son estos los que, pese a no andar encapuchados y a usar armas más refinadas que las latas de jurel con pólvora, conforman las verdaderas asociaciones terroristas que padece el país.

La principal recomendación en esta situación es permanecer en constante sospecha, condenando severamente el ataque de inocentes, mas no dejándose atrapar por la verborrea de sectores tanto o más extremistas que los autores del atentado, pues únicamente una ciudadanía crítica puede estar realmente a salvo del terrorismo, en cualquiera de las múltiples formas en las que se presente.

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7 Comentarios

Catherine Caro

Excelente nota! Me quedo tranquila al pensar que no soy la única que ve detrás de esto una posible oportunidad para agudizar leyes que van en contra de la seguridad de los ciudadanos, pasando a llevar derechos humanos, el descontrol por el poder lleva a muchos a estar en un ambiente de guerra, que no estamos muy lejanos a eso. Mano dura cuando la población se moviliza en varios puntos, estudiantes, mapuches, clase media los más afectados, el gobierno no sólo avala estas horrorosas maniobras, frente a eso nos muestra que sólo estamos gobernados por quienes quieren tener la total autoría en un sin fin de recursos que aún tiene Chile. Sin más que decir siento que si la gente sigue movilizando podremos ganar una batalla de pocos

Jose Luis Silva Larrain

Si. Yo tambien creo que hay que agudizar el ojo por este aprovechamiento politico de la escalada terrorista. De hecho al que le explotó una bomba en las manos mientras la instalaba no solo debimos indultarlo y considerarlo un héroe, sino que debimos ponerle prótesis con la condicion de que pusiera otras bombas sin cometer errores, como nuestro ejemplar que logró detonar una bomba en medio de la gente anteyer. Nose como hay gente que saca provecho politico con nuestros inocentes niños.

saludos

PD Un saludo privado solo para lean los pocos pinochetistas que quedamos: ¿ Se han preguntado como a un país tan mongolico pudo irle tan bien? Simple, gracias al tata. Viva Pinochet y el 11 de Septiembre !!!

    oscar

    cual país dices tu? el país con mayor indice de desigualdad de todo el mundo?
    si, gracias al tata precisamente

    Jose Luis Silva Larrain

    Si, efectivamente el pais con mas crecimiento es el pais donde crece mas la desigualdad. Las desigualdades son temporales mientras al pais este creciendo, son consecuancia natural de la reducción de la pobreza al crecer el pais Por ejemplo: Hace 20 años el que ganaba menos recibia 50 y el que ganaba más recibia 1 millon, ahora el que antes ganaba 50 llega a ganar 200 y el que ganaba 1 millon ahora llega a 2 millones. Claro, la diferencia entre 50 y 1 millon que habia antes es menos que la diferencia entre 200 y 2 milones que hay ahora.Pero en ese ejemplo el que ganaba menos cuadruplicó su sueldo y el que ganaba más solo lo dupico, ese crecimiento que eliminó pobreza genera desigualdad.

    Si. gracias al tata casi erradicamos la pobreza, si lo comparamos a lo que habia antes.

    Saludos afectuosos

    Tania

    Gracias al «Tata» casi se erradica la gente consiente y con sentido común, gracias a él existieron múltiples violaciones a los DD.HH gracias a él muchos crecieron y vivieron con miedo, como dejar de agradecerle en este día a un hombre con tan nobles intenciones como Augustito.
    No se pavo Jose Luis.

    «Terrorismo de Estado opulento y armado decide quien debe vivir»

    Jose Luis Silva Larrain

    No me venga con estos cuentos porque el gobierno de Pinochet lo pidió la ciudadania, suscribió a Chile a tratados de DDHH, cosa que evitaron hacer los gobiernos anteriores y evitó una guerra civil de la única forma que se pudo en las circunstancias de ese momento. Si a alguien le debe la paz y quizá hasta su vida es a ese gobierno. Todo indica que el pavo es usted

Alfredo A. Repetto Saieg

Terrorista es un régimen que se constituye a partir de una Constitución ilegal de origen, que define como enemigo interno a los disconformes, a quienes no aceptamos el neoliberalismo que es la peor herencia de la dictadura, de la Alianza y de la Concertación. Terrorismo es reprimir cualquier libre expresión de la soberanía popular, es actuar contra esa voluntad, es apoyarse en una legalidad justificada en la Doctrina de Seguridad Nacional. El neoliberalismo es intimidante porque gobierna para unos pocos excluyendo de los «beneficios» del mismo a la mayor parte de la población. Terrorismo es el montaje de Canal 13 que se refiere a los «efectos económicos» que deja este ataque aludiendo a “los inversionistas que se irán de Chile por la inseguridad». Terrorismo puro también es asociar al movimiento estudiantil con el bombazo en el metro porque mentir es violencia y ésta es precisamente el arma principal de quienes extorsionan a los trabajadores.

Los terroristas andan por las calles, muchos de ellos vestidos de uniforme, están en La Moneda, en el Congreso y en los ministerios, son los que sostienen este régimen increíblemente ineficiente en términos económicos, reaccionario y amenazante en términos políticos y excluyente socialmente hablando. Por último, si entendemos que este repudiable atentado en la subestación de Escuela Militar produjo un cambio inmediato en la agenda del gobierno, que salió en pleno a invocar el uso de la Ley Antiterrorista, y a pedir cambios a futuro en la legislación que define las facultades de las policías y de los organismos de inteligencia que operan en nuestro país, sabremos quienes son los grandes favorecidos con esta acción: los terroristas, esos que bombardearon la democracia y nos impusieron una transición de muy baja intensidad, totalmente tragicómica y terrorífica.