Mientras no hubo beneficio en subsidio electoral y el partido estaba estancado en términos de votos se abrían a la posibilidad de modificar la regla “mayoritaria binominal”. Es lo que hizo la Udi en un primer momento. Cuando esas condiciones cambiaron se cerraron a esa posibilidad. Llego el turno de Rn. Ahora, que el binominal no les genera ningún beneficio electoral –por lo menos a nivel de los diputados- están abiertos a su cambio… Entonces, para la derecha ¿cambiar el binominal es una cuestión de convicción democrática o un mero cálculo político-electoral?
El debate por el cambio del binominal ha entrado en un estado de latencia. La intensidad la observamos durante los últimos meses del año pasado y en enero del presente. Durante esa fase no sólo asistimos a la presentación de una propuesta de la Concertación, sino también al acuerdo de los parlamentarios de RN y al pacto por reformas políticas entre ese partido y la DC.
En ese escenario se consolidaba un amplio acuerdo para modificar el binominal y avanzar hacia un sistema electoral proporcional corregido. Sin embargo, faltaban dos invitados a la mesa; la UDI, que se opone al cambio; y el Gobierno, que ante la presión del gremialismo y a la tensión que ese debate genera en su interior termina privilegiando su agenda social, la reforma tributaria y las reformas políticas de bajo impacto. El impulso se detuvo.
¿Por qué se estancó el debate? Hay tres posibles respuestas. La primera se vincula con que las coyunturas políticas se suceden con tanta rapidez que los temas, los debates y los conflictos políticos van perdiendo actualidad en lapsos de días y –a lo más- semanas. En segundo lugar, encontramos la voluntad política. Cuando hay voluntad por parte de los que toman decisiones a nivel parlamentario y/o ejecutivo, las cosas –proyectos u otras iniciativas- avanzan con rapidez. En tercer lugar, están los cálculos -muy asociados a la voluntad- que cada sector hace para apoyar o no, avanzar o frenar los proyectos en discusión ya sean reales o potenciales.
De ese modo, vemos cómo la sucesión de coyunturas, la voluntad de los actores y el cálculo que hacen las fuerzas políticas son los elementos que explican el estado actual de latencia en el que se encuentra el debate por cambiar el binominal.
¿A quién le conviene esta postergación temporal y de coyuntura? Obvio, a los que se oponen a una de las reformas políticas más relevantes del post-pinochetismo. Si bien, tanto la Concertación como la Alianza se han beneficiado en una u otra elección con la “lógica excluyente del binominal” no todos los partidos del duopolio están por mantener la fórmula del empate en la que una fuerza con el 33,4% de los votos puede lograr la mitad del parlamento.
Hoy es la UDI, el único partido político que esta por mantener el “mayoritario binominal”. La razón que dan, es que es el mejor sistema para la gobernabilidad y la estabilidad política, económica y social de Chile. Se ha pensado por mucho tiempo que ha sido el partido que más se ha beneficiado con el sistema electoral; y que dicha situación explicaría su porfía política para avanzar hacia un cambio. Los datos muestran lo contrario.
Sin embargo, es la derecha en su conjunto la que más se ha beneficiado electoral y políticamente con el binominal. Las cifras muestran que mientras la UDI se mantuvo en una posición de minoría frente a RN, sus beneficios electorales fueron nulos. Al contrario, cuando logran desde el 2001 comenzar una fase de expansión significativa comenzaron a palpar los privilegios que el sistema genera.
Hay dos fases muy claras. La primera cubre las tres primeras elecciones (´89, ´93 y ´97) y la segunda las últimas tres (´01, ´05, ´09). Mientras en la primera fue la UDI el partido minoritario; en la segunda ese lugar lo pasa a ocupar RN. De hecho, en esas tres primeras elecciones el gremialismo no tuvo subsidio. Sí, parece increíble. De hecho, el subsidio del período RN lo cosechó en un 99% en esas tres primeras elecciones.
Este hecho explica el interés que tuvo la UDI por cambiar el binominal a principios del dos mil. Sin embargo, las cosas cambian en las tres últimas elecciones. En este período, mientras la UDI obtiene sus 17 asientos subsidiados; RN sólo logra un escaño de regalo. Igual cifra para los independientes. Al interior del pacto se han generado las condiciones para que sea RN el partido que ahora está interesado en cambiar el binominal.
Mientras no hubo beneficio en subsidio electoral y el partido estaba estancado en términos de votos, se abrían a la posibilidad de modificar la regla “mayoritaria binominal”. Es lo que hizo la UDI en un primer momento. Cuando esas condiciones cambiaron, se cerraron a esa posibilidad. Llegó el turno de RN. Ahora que el binominal no les genera ningún beneficio electoral –por lo menos a nivel de los diputados- están abiertos a su cambio.
Entonces, para la derecha ¿cambiar el binominal es una cuestión de convicción democrática o un mero cálculo político-electoral? Las cifras responden por sí mismas.
La convicción democrática entiende que un voto tiene el mismo peso político para todos y cada uno de los ciudadanos. El modelo que mejor asegura ese principio es el sistema proporcional. Los datos empíricos muestran que el binominal a la chilena genera todo tipo de distorsiones que terminan torciendo la voluntad del soberano. ¿Es posible que en nombre de la gobernabilidad se vulnere la igualdad del voto, los deseos y las demandas de los ciudadanos?
Hoy los votos en el parlamento para modificar el binominal están –suponiendo que RN se suma al cambio-. Lo que falta es el proyecto y la voluntad del Ejecutivo. Los tiempos políticos y las urgencias de la coyuntura generan las condiciones para que en las parlamentarias del próximo año se realicen nuevamente bajo la “lógica binominal”. Y ello, aunque los partidos de la Concertación ingresen al parlamento el anunciado proyecto.
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Foto: Dan Zen / Licencia CC
Comentarios
10 de mayo
Comparto que el actual estado de las cosas para cambiar el binominal se debe a la sucesión de coyunturas, la voluntad de los actores y el cálculo que hacen las fuerzas políticas. Sin embargo, me parece que hay un cuarto elemento referido a que el movimiento social no ha puesto este tema como prioridad. La sola voluntad política de algunos partidos no es suficiente, se requiere sumarle a esa voluntad la fuerza social, de lo contrario siempre se estará postergando este cambio tan fundamental para pasar a un nuevo escenario político nacional.
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11 de mayo
ARTÍCULO COMPLETO CON CIFRAS EN http://www.gonzalezllaguno.blogspot.com
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