Entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre del 2021 se realizará la Conferencia sobre el cambio climático (COP26), esta vez será organizada por el Reino Unido e Italia y el lugar elegido es el Scottish Event Campus en Glasgow (Reino Unido).
Pero y al mismo tiempo que realizamos conferencias y firmamos acuerdos y como el tiempo que nos queda es demasiado poco para frenar al aumento de temperatura y no superar los 2°C por sobre los niveles preindustriales, siendo 1,5°C el ideal aconsejado por los científicos. Hoy con solo 1°C por encima, sufrimos sus efectos a través de eventos climáticos extremos, por ejemplo, inundaciones, olas de calor, sequias y otros desastres naturales.
El margen que nos queda es mínimo y para que no nos ocurra lo de la “Rana hervida”, debemos comenzar a concretizar medidas de forma urgente.
Mejor comprar uno nuevo que reparar
Años atrás, cuando algunos de nuestros aparatos dejaban de funcionar o se dañaban, solíamos recurrir a un servicio técnico. Locales que daban trabajo a mucha gente, eran comunes en cualquier barrio y reparaban de todo, algunos se dedicaban a los televisores y radios, otros a lavadoras y refrigeradores, estaban las relojerías, etc. Pero, lentamente fueron desapareciendo cuando las grandes empresas, aplicando una de las modalidades de la obsolescencia programada, logran que sea más barato comprar uno nuevo que arreglar el dañado y todo se convirtió en desechable. Y así, tuvimos otra lista de cosas que se sumaron al peor invento del ser humano, que es la basura y hoy, no es extraño encontrarlos abandonados contaminando los lugares más insólitos, como son las profundidades de lagos y océanos.
La reparación tecnológica no está incorporada en nuestra conciencia colectiva y las personas creen que cuando su computador, celular o televisor fallan ya es tiempo de reemplazarlo y comienzan a cotizar uno nuevo y en ningún momento se piensa, algo que resulta lógico, que es repararlo. Por ejemplo, qué pasa cuando se daña nuestro automóvil, es raro pensar en cambiarlo, por lo mismo, buscamos un taller mecánico para que lo arreglen. Lamentablemente, no es la misma actitud que tenemos cuando se daña nuestro celular o el computador.
Situación actual
Las grandes empresas se vanaglorian de los avances logrados en reducir su emisión de gases de efecto invernadero, pero, son responsables directos de la situación antes indicada. Ellas, no están interesadas en fabricar repuestos para sus aparatos, actitud que restringe su reparación. Si existiera un acceso fácil a partes de repuesto, instrucciones y herramientas, su arreglo o actualización se volvería simple, económica y le daríamos nueva vida a los equipos. Y de paso, ayudaríamos al medio ambiente disminuyendo la basura tecnológica.
Si buscamos desarrollar la economía circular, disminuir la contaminación ambiental y también abaratar los costos a los usuarios, se hace imprescindible impulsar medidas para combatir esta situación. Hay que legislar para crear mecanismos que obliguen a las empresas a desarrollar e implementar tecnologías que faciliten la reparación, mantenimiento y actualización de los aparatos y equipos que producen, de esta forma, pensar en comprar uno nuevo se convertiría en la última alternativa.
Hay que legislar para crear mecanismos que obliguen a las empresas a desarrollar e implementar tecnologías que faciliten la reparación, mantenimiento y actualización de los aparatos y equipos que producen
Hacia el Sello de Reparabilidad
La Unión Europea va en ese camino y se puso en campaña para erradicar esta forma de fabricación, planeando exigir un etiquetado que identifique los productos que son de fácil reparación. Obteniendo varios efectos positivos, como es aliviar el bolsillo de los usuarios, disminuir la basura electrónica y crear más fuentes de trabajo. Francia fue el primer país europeo en impulsar las medidas, que pretenden extender la vida de los equipos en hasta 10 años.
Estados Unidos también se ha sumado, al presentar un proyecto de ley que busca combatir la falta de piezas de repuesto, las trabas a la existencia de talleres de terceros y la falta de información sobre averías. La idea es que todos los equipos estén protegidos por esta ley y las empresas que no las cumplan, sean sancionadas. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, emitió, hace pocos días, una orden ejecutiva que incluía una directiva dirigida a la Comisión Federal de Comercio (CFC) para imponer límites a cómo los fabricantes de tecnología pueden restringir las reparaciones.
Conclusión
Nosotros, en Chile y Latinoamérica, debemos sacar rápidamente leyes semejantes, para no vernos, y es algo que ocurre siempre, invadidos por todos esos productos y equipos que las grandes marcas no pueden comercializar en Europa ni en Estados Unidos, al tener estos países leyes que protegen al ciudadano y al medio ambiente, algo que no ocurre con la suficiente rapidez ni eficiencia en nuestro continente y por lo mismo, no es extraño que tengamos, por ejemplo, zonas de sacrificio, que no son exclusivas de nuestro país.
En el futuro, si queremos preservar el medio ambiente y promover la economía circular, deberíamos incorporan en nuestra conciencia colectiva el que todos los equipos que compremos tengan entre sus características más importantes, el que se puedan reparar, mantener y actualizar guiándonos por el Sello de Reparabilidad y de paso, estaríamos recuperando fuentes de trabajo.
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