Los principales focos de atención, durante estos últimos meses, han sido el plebiscito, las manifestaciones pacíficas y los actos violentos. No podemos dejar fuera la elección presidencial en Estados Unidos y los debates entre Trump y Biden. Y una de impacto planetario, la pandemia o mejor dicho sindemia del Covid-19.
Lamentablemente, todas estas noticias, al llenar los distintos medios de información, dejaron fuera e ignoran un peligro mucho más grande que el famoso virus del Covid-19. Me refiero al Calentamiento Global y la Crisis Climática, que y a diferencia del Covid-19, tiene en jaque el futuro de nuestra especie. Aquí, nosotros los humanos nos transformamos en un virus planetario por culpa de nuestra contaminación, sobreexplotación de los recursos naturales y nuestra sobrepoblación.La actual generación de adultos es la última que puede hacer algo y de no actuar, quienes hoy son menores de 30 años serán los realmente afectados y lo más grave, no podrán hacer nada.
Explicación
Para entender por qué la Crisis Climática es más peligrosa que el Covid-19, el motivo es simple, si no tomáramos ninguna medida para luchar contra el virus, es cierto que morirían algunos millones de personas, pero, al transcurrir el tiempo, las cepas más agresivas del virus paulatinamente serían sustituidas por unas menos letales y virulentas, al mismo tiempo, nuestra inmunidad iría en aumento (esto no es invento del ex-ministro Mañalich, es evolución natural).
Explicando lo anterior, debemos comprender que en el mundo natural el éxito de las especies, incluidos los virus, consiste en su sobrevivencia. En este caso, si un virus es muy dañino, sus hospedadores morirán o quedarán postrados, es decir, inmovilizados e imposibilitados de propagarse y no podrán contagiar a otros. Algo que al virus no le sirve para sobrevivir. Y comienza a actuar la selección natural y como el virus vive en constante mutación, irá mutando y evolucionando hacia cepas cada vez menos letales, las que podrán seguir contagiando (las mortales morirán con sus huéspedes) y pasado el tiempo, tenderá a actuar de forma leve y nosotros nos encontraremos conviviendo con el COVID-19 en una relación similar a la que tenemos con otros virus, es decir, habremos logrado un equilibrio evolutivo. Esto ya ha ocurrido muchas veces y seguirá pasando mientras existamos y sigamos ocupando zonas donde viven otras especies.
Crisis Climática
El pasado 24 de octubre fue el “Día Internacional contra el Cambio Climático” siendo una oportunidad para concientizar y entender que la única forma de superar este mortal peligro, que fue creado por nosotros mismos, es enfrentarlo igual que como lo hacemos con el Covid-19. Claro que aquí no es suficiente usar la incómoda mascarilla o lavarse las manos, ni el distanciamiento físico. Tenemos que cambiar nuestros hábitos de consumo y comenzar a ver a la Naturaleza como un aliado y no como un inagotable supermercado. Y como explica muy bien Sir David Attenborough en su último documental: “Nuestro planeta se encamina hacia el desastre. Necesitamos aprender a trabajar con la naturaleza y no en contra de ella».
Nosotros dependemos de la Naturaleza, pero, la Naturaleza no nos necesita, ni menos depende de nosotros. Adaptar nuestro estilo de vida no significa volver a ser cazadores/recolectores, como hace más de 10.000 años antes del invento de las ciudades. Es comprender nuestra conexión con la Naturaleza y no me mal entiendan, no se trata de crear una nueva religión. Es recuperar algo que tenemos todos, por ejemplo: durante la cuarentena nos dimos cuenta de cuanto extrañábamos ir a caminar, ir a un parque, subir un cerro o ir a la playa a ver el mar. De eso se trata, de recuperar el sentimiento de ser parte de la Naturaleza y convertirlo en actos concretos, como es cuidarla, preservar su biodiversidad y darle la importancia que le corresponde.
Constantemente el planeta envía mensajes que evidencian los cambios que está sufriendo: mayor cantidad de incendios forestales, largos periodos de sequía, tormentas más abundantes, inundaciones, incremento del nivel del mar y pérdida de biodiversidad, entre otros. Estas señales nos dicen que es urgente actuar ahora.
Solución
Quizás, la respuesta para superar la Crisis Climática está en cómo evolucionan los virus para sobrevivir, es decir, si queremos tener éxito como especie debemos buscar el equilibrio evolutivo con la Naturaleza, algo que hacen las demás especies del planeta y que les ha permitido sobrevivir millones de años y nosotros solo llevamos unos pocos miles, es decir, somos unos recién llegados y aún nos falta aprender de ellas.
Todos debemos y podemos hacer algo, desde los gobiernos tomando medidas a corto y mediano plazo, los empresarios y nosotros gracias a Internet y Google podemos informarnos para saber qué hacer. Es imperioso que lo hagamos ya, la actual generación de adultos es la última que puede hacer algo y de no actuar, quienes hoy son menores de 30 años serán los realmente afectados y lo más grave, no podrán hacer nada. Y cuando tengan nuestra edad (sobre los 40 años), habrán sufrido un cambio en el clima mucho más marcado y severo del que pasamos nosotros. Les recuerdo que quienes nacimos antes de 1980 y vivimos en Santiago, conocimos estaciones bien definidas y en el pronóstico del tiempo escuchábamos el termino superávit de lluvias. Durante nuestra niñez y juventud, tuvimos el privilegio de disfrutar un clima sin la actual sequía.
Es urgente que pasemos de los acuerdos a los hechos concretos y que pongamos, por fin, al Medio Ambiente por encima de las ganancias. La mayoría de los científicos y ambientalistas nos querrían pedir que dejemos de comportarnos como idiotas avariciosos.
La ciudadanía toda debe madurar, reconocer el desafío que enfrentamos y dejar de actuar irresponsablemente. Es necesario convertirnos en granos de arena para resolver el mayor desafío que enfrenta la especie humana y es superar la Crisis Climática para asegurar nuestra sobrevivencia, es la única forma de tener un futuro.
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