#Medio Ambiente

Activismo climático y desobediencia civil

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Hoy disfrutamos de varios derechos que fueron obtenidos gracias a la protesta: los derechos humanos, de las mujeres, de los trabajadores, las minorías sexuales, etc.

La desobediencia civil es parte de la democracia y es el derecho y obligación moral de protestar por aquellas situaciones políticas, económicas o sociales injustas. Consiste en realizar acciones que causan alteraciones y llaman la atención. El propósito es hacer pensar, impulsar el debate y provocar cambios fundamentales y renovadores en la sociedad.

La desobediencia civil no significa despreciar la ley, su actuar se basa en separar lo legal de lo ilegítimo y perjudicial. Se utiliza como último recurso, cuando los métodos tradicionales de protesta, como la petición, las mesas de dialogo, la votación y la manifestación ordenada han fracasado.

  • Mahatma Gandhi es el mejor representante de la desobediencia civil y de la no violencia con su “Marcha de la Sal” (1930), un acto que llevaría hacia la independencia de la India en 1947.
  • Otro buen ejemplo es la “Lucha por la Segregación Racial”, que comienza en 1955 con la estudiante de 15 años, Claudette Colvin, la primera afroamericana que se negó a ceder su asiento a una mujer blanca en un autobús, 9 meses después Rosa Parks fue arrestada por la misma negativa. Un año más tarde, el 20/12/1956, la Corte Suprema de Estados Unidos sentenció el fin de la discriminación en autobuses.
  • En 1966, en Nueva York, servir alcohol a los homosexuales era ilegal. El primer acto de desobediencia civil lo organiza Dick Leitsch, un activista por los derechos de los homosexuales, quien junto a 3 amigos entraron en el bar de Julius en Greenwich Village, se declararon homosexuales y pidieron ser atendidos. Se les negó el servicio y el incidente fue ampliamente difundido por la prensa. En el plazo de un año, los tribunales del Estado de Nueva York pusieron fin a esta práctica abriendo el camino a los bares legales de homosexuales.

Ansiedad Climática

Hoy y a diferencia de las demandas anteriores, enfrentamos la mayor de las batallas y es la lucha por nuestra supervivencia, aquí no está en juego un derecho o una libertad más. La emergencia climática tiene en riesgo nuestra propia existencia. Hecho que ha gatillado la ansiedad climática, no en todas, pero si en personas sensibles y consientes del desafío que enfrentamos. Una ansiedad que afecta globalmente y sin importar la edad. Se asocia a emociones dolorosas y complejas, como: tristeza, miedo, enojo, impotencia, culpabilidad, avergüenza, desesperación, aflicción y depresión. Es el mecanismo de respuesta frente a la destrucción del mundo natural y a la inacción de políticos y grandes empresarios.

Hay que tener en cuenta que y a diferencia de los adultos de hoy, los niños, niñas y adolescentes tendrán que convivir toda su existencia con la ansiedad climática. Las emociones y sentimientos que produce la ansiedad hay que reconocerlos, aceptarlos y aprender a convivir con ellos. Al mismo tiempo asimilarlos y usarlos positivamente para comprometemos en superar la crisis, sin caer en la desesperación o el negacionismo.

Movimientos Ecologistas

Los jóvenes tienen muy claro que los desastres naturales son inevitables nos guste o no, y serán más severos y se incrementaran si continuamos manteniendo el mismo estilo de vida consumista como si nada pasara. Somos más de 8.000 millones de humanos y el actual estilo de vida promedio que mantiene la humanidad es insostenible, nos harían falta 5 planetas Tierra para mantenerlo y obviamente no están. Esto nos dice que hay un pequeño porcentaje de la humanidad que vive como si tuviéramos 5 y más planetas Tierra y son los que suben el promedio, pero, la gran mayoría de los 8,000 millones vive con menos de un planeta Tierra.

Las nuevas generaciones entienden la urgencia de cambiar nuestro estilo de vida consumista y abandonar los combustibles fósiles para detener las emisiones de gases de efecto invernadero y así frenar el calentamiento global. Sienten que su futuro fue traicionado por los adultos y en respuesta se niegan a ser simples espectadores frente a la pasividad de políticos y grandes empresarios.

La población juvenil de todo el mundo, principalmente del norte global, comenzó a manifestarse a gran escala y no quieren que la sociedad se derrumbe. Con este fin han creado diversos movimientos como: Friday for Future, Extinción Rebelión, Last Generation, Just Stop Oil, entre otros. Los nuevos activistas del clima están desplegando estrategias cada vez más polémicas para llamar la atención, por ejemplo:

  • arrojar sopa de tomate sobre el cuadro de ‘Los Girasoles’ de Van Gogh,
  • tirar puré en un Monet,
  • atarse a una portería durante un partido de la Bundesliga,
  • efectuar una huelga de hambre frente al Reichstag en Berlín para protestar por la falta de acción política.
  • Pegarse a algunas de las autopistas más transitadas de Alemania para que estas bajen sus límites de velocidad a 100 km/h
  • activistas que acudieron en masa a ocupar la aldea de Luetzerath para impedir la ampliación de una mina de carbón
  • activistas pegan sus manos a varios coches deportivos expuestos Salón del Automóvil de París 2022 por la «absurda» promoción del uso del automóvil individual

Acciones que no son nuevas, hace 100 años mujeres luchando por el derecho al voto atacaban obras de arte y no con pure o sopa, sino con hachas. Es verdad que son acciones polémicas que logran su objetivo de llamar la atención, pero, también causan rechazo de una parte de la ciudadanía.

Sur Global

Hoy y a diferencia de las demandas anteriores, enfrentamos la mayor de las batallas y es la lucha por nuestra supervivencia, aquí no está en juego un derecho o una libertad más

Los países pobres del sur global junto a niños, niñas y adolescentes son las poblaciones más vulnerables y afectadas por el cambio climático, profundizando las desigualdades y vulnerabilidades ya existentes. Por ejemplo, pondrá en grave riesgo el derecho a la salud y a vivir en un ambiente saludable, amenazando seriamente la vida humana en la Tierra.

Es muy tarde para evitar las catástrofes climáticas que se avecinan, pero, si actuamos ahora y tomamos medidas significativas que pongan en primer lugar las necesidades básicas humanas y la justicia social, aún tenemos tiempo para limitar el daño e impedir que causemos un cambio climático incontrolable y permanente que ponga es serio riesgo la supervivencia de nuestra especie junto a otras formas de vida.

Hay dos analogías que nos sirven en este caso y nos definen como especie, una: estamos actuando como la “rana hervida” y dos: “estamos sentados en el lado equivocado de la rama que estamos cortando”.

La mejor solución como sociedad frente a este y otros desafíos, es educarnos, informarnos y conversar sobre el tema medioambiental. No escondamos la cabeza como el avestruz, todos podemos hacer algo para ser un “grano de arena” en la solución, así estaremos dando esperanza a nuestros hijos y ellos lo agradecerán.

Una noticia alarmante: El “Glaciar del Juicio Final”

El año 2002 una gran superficie de hielo llamada Larsen B de 3.250 km2 y de casi 500 mil millones de toneladas se separó del continente antártico y se rompió en miles de icebergs en el mar de Weddell. Los especialistas estimaron se derretiría rápidamente, pero nunca se imaginaron que este gigante de 200 metros de espesor se desintegraría en el transcurso de tan solo un mes.

Un nuevo glaciar está por romperse en los próximos 5 años de nombre Thwaites, es uno de los más grandes de la Antártida y su tamaño de 192.000 Km2 hace que el Larsen B parezca un simple cubito de hielo. Es unas 100 veces más grande, tiene casi el tamaño de Gran Bretaña y fue bautizado como el “Glaciar del Juicio Final”, ya que su colapso causaría un aumento catastrófico del nivel del mar.

El desprendimiento de Thwaites es preocupante por servir de tapón a otros grandes glaciares en la Antártida que también retroceden, adelgazan y se derriten a medida que el Océano Austral se calienta. Cuando el Thwaites se derrumbe, los científicos piensan se generaría un efecto dominó de toda la capa de hielo y un aumento global del nivel del mar de varios metros.

Si bien los científicos aún no pueden predecir si los glaciares pueden colapsar y con qué rapidez, los niveles del mar están aumentando rápidamente y la tasa anual de aumento se duplicó con creces de 1,4 mm a 3,6 mm entre 2006 y 2015, y está acelerando. Unos pocos milímetros al año no parecen mucho, pero la pérdida de incluso una pequeña parte de Thwaites no solo contribuiría a acelerar este proceso, sino que probablemente aumentaría la severidad de las marejadas.

Si todos los glaciares de la Antártida Occidental colapsaran, no existe ciudad costera en el mundo que se salve de quedar bajo agua.

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