Pueden ver a esas madres en el Memorial de los Detenidos Desaparecidos, en actos que desarrolla nuestra propia política por la memoria que incluye visitar esos parques, donde sus [email protected] jugaban en su infancia Sus propias políticas de la memoria que incluye recordarle a nuestro país que el terror y la ignominia social de la dictadura de Pinochet les arrebató y que aún se extiende por décadas. Que hoy esas madres no tienen a sus [email protected] que les habrían venido a saludar con una canción y un abrazo en su día, a sus hijos consecuentes, por eso su amor de madres se dirigen a no olvidar, se dirigen a levantarse diariamente con el recuerdo fresco de sus sonrisas, verlas detrás quitándoles las pelusas de sus chalecos, obligándolos a comer antes de salir de la casa, y a incitarlos a que les llevaran a ese/a chiquillo/a que ellas sabían que existían pero que nunca no conocieron Sus propias políticas por la memoria que incluye comer pan con palta los domingos en la mañana y café con leche, su desayuno favorito, y prometer que en los trajines de la semana siguiente por sus bocas hablarán de su ideario, esas ideas que a inicios de la década del setenta no conocían en profundidad y que en ese camino, aún intentan entender del por qué se mata a un hijx.
Madres presas en la locura de luchar para que ninguna otra madre pase por esos horrores, que para ser las mujeres que hoy son, primero las destruyeron completamente y las obligaron a reconstruirse en un sueño colectivo de justicia.
Se ven a sí mismas en el sueño de una sangre que perdura, en haber podido abrazar a sus hijxs que tuvieran los ojos profundos de sus padres o, quizás el pelo ensortijado de sus madres. [email protected] que nunca jugaron en sus patios y cuyas canciones nunca escucharon. A esas madres que se conformaron con mirar [email protected] ajenos, que con sus bocas rotas les sonrieron.
A esas madres que se ven a sí mismas frente al espejo, sesenta años después de haberlos parido, pariéndolos una y otra vez todas las mañanas. Treinta y ocho años sin sus [email protected], en una vida eterna.
Dedicado a esas madres sin hijos de este Chile que hoy no celebran: conmemoran.
Fotografía: Javier Bauluz / Periodismo Humano
Comentarios
12 de mayo
¿Qué se les dice a esas madres? Cómo les das un poco de consuelo? Un tema que no ha sido resuelto… nula es la voluntad de los colores políticos!
FUERZA!
+6
13 de mayo
que sepan esas madres, que tienen muchos hijos mas, muchos hijos que las admiran y que dia a dia luchan como lucharon sus hermanos por un futuro mas digno para su pueblo con ustedes siempre sus hijos …
+5
13 de mayo
Comparto ese sentimiento…la vida no me dio hijos por quien dar la vida, este dia en que todos celebran no puedo dejar de pensar en esas madres que han perdido el suyo, por quienes no tendremos a ese niño en nuestro brazos o no escucharemos nunca un TE AMO MAMA
+3
14 de mayo
La infamia del exterminio de mujeres y hombres que luchaban por la Justicia Social en Chile, no podrán borrarlo nunca de su Historia. Las atrocidades que perpetraron los militares contra ciudadanas y ciudadanos indefensos, jamás podrán ser justificadas, ni explicadas de ningún modo, subterfugio, o engaño. Tampoco podrán tener perdón por todo el dolor que causaron a tantas miles de madres, padres, esposas/os, hermanas/os, hijos/a, que esperaron el regreso y, que, más tarde, buscaron inútilmente durante muchos años, transformándose ellas y ellos en nuevas víctimas de la crueldad y la inhumanidad de los pactos de silencio que hasta ahora han mantenido los violadores de los derechos humanos.
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