Madres presas en la locura de luchar para que ninguna otra madre pase por esos horrores, que para ser las mujeres que hoy son, primero las destruyeron completamente y las obligaron a reconstruirse en un sueño colectivo de justicia.
Cada año contamos la misma historia, las mismas vivencias, los mismos horrores. Hoy pasé por el Memorial de los Detenidos Desaparecidos en La Serena y dos compañeras -madres de [email protected] [email protected] de la AFDD me reconocen al instante, me abrazan fuerte, porque saben que soy sobrino de dos hombres cuya madre -mi abuela- luchó incansablemente por encontrarlos. No hubo justicia para ella, se fue antes, y así muchas compañeras también luchan, para no irse de este mundo sin antes darles una sepultura digna.
Pueden ver a esas madres en cualquier Memorial de Detenidos Desaparecidos, en actos que desarrolla nuestra propia política por la memoria que incluye visitar esos parques, donde sus [email protected] jugaban en su infancia. Sus propias políticas de la memoria que incluye recordarle a nuestro país que el terror y la ignominia social de la dictadura de Pinochet les arrebató y, que aún se extiende por décadas. Que hoy esas madres no tienen a sus [email protected], que les habrían venido a saludar con una canción y un abrazo en su día, a sus hijos consecuentes, por eso su amor de madres se dirige a no olvidar, se dirige a levantarse diariamente con el recuerdo fresco de sus sonrisas, verlas detrás quitándoles las pelusas de sus chalecos, obligándolos a comer antes de salir de la casa, y a incitarlos a que les llevaran a ese/a chiquillo/a que ellas sabían que existían pero que nunca conocieron. Sus propias políticas por la memoria que incluyen comer pan con palta los domingos en la mañana y café con leche, su desayuno favorito, y prometer que en los trajines de la semana siguiente por sus bocas hablarán de su ideario, esas ideas que a inicios de la década del setenta no conocían en profundidad y que en ese camino, aún intentan entender del por qué se mata a un [email protected]
Madres presas en la locura de luchar para que ninguna otra madre pase por esos horrores, que para ser las mujeres que hoy son, primero las destruyeron completamente y las obligaron a reconstruirse en un sueño colectivo de justicia.
Se ven a sí mismas en el sueño de una sangre que perdura, en haber podido abrazar a sus [email protected] que tuvieran los ojos profundos de sus padres o, quizás el pelo ensortijado de sus madres. [email protected] que nunca jugaron en sus patios y cuyas canciones nunca escucharon. A esas madres que se conformaron con mirar [email protected] ajenos, y con sus bocas rotas les sonrieron.
Son todas aquellas madres que se ven a sí mismas frente al espejo, sesenta años después de haberlos parido, pariéndolos una y otra vez todas las mañanas. Décadas sin sus [email protected], quizás más de 30 o casi 40 años, en una vida eterna, en un espiral.
Todo mi amor y cariño a esas madres sin [email protected] de este Chile que hoy no celebran su día: conmemoran.
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Fotografía: Arpilleras por la Memoria, de Bélgica Castro Fuentes.
Comentarios
11 de mayo
El articulo escrito por Felipe relata una historia que es cada día vigente, es la historia de madres que viven cada día un eterno sueño, el de saber donde estan sus hijos , cuando aparecera, podra ella alguna vez depositar las flores del recuerdo en una tumba ? porque esas vidas que las conviertieron en madres cuando las parieron , estan desaparecidas, y la relación que debío durar una vida fué abruptay violentamente cortada por la mano criminal de la dictadura.
Por eso digo como Felipe, todo mi cariño fraterno y solidario a esas madres sin hijos que hoy no celebran, ellas conmemoran…
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11 de mayo
querido Felipe, tus escritos siempre son conmovedores porque brotan de tu corazon. se siente tu historia personal que permanece en tu alma, y a esta vivencia personal tu sabes darle una dimension universal tambien, es la historia de todos, y de todas, quienes padecieron la mas atroz de la injusticias. Me sumo en expresar mi cariño y profundo respeto para estas Madres, la «locura» de ellas es un mensaje alto de consecuencia y esperanza, ellas nunca se rinden y siguen luchando la mas valiente de las batallas.Esta es la lucha contra el olvido,y la manera porque la vida de sus hijos exista todavia.
«Dicen que no están muertos
-escúchalos, escucha-
mientras se alza la voz
que los recuerda y canta.
Escucha, escucha
otra voz canta.
Dicen que ahora viven
en tu mirada.
(Sostenlos con tus ojos,
con tus palabras;
sostenlos con tu vida,
que no se pierdan,
que no se caigan).
No son sólo memoria,
son vida abierta,
son camino que empieza
y que nos llama.
Escucha, escucha,
otra voz canta.».
(Mario Benedetti-Daniel Viglietti)
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