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Alto Maipo y la paciencia de la gente

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La justificación por la que se ha priorizado implementar plantas de energías convencionales, como la hidroeléctrica Alto Maipo, es que éstas tienen un valor mucho menor y contemplan una menor inversión. Sin embargo, centrales de este tipo han sido altamente cuestionadas el último tiempo. Quizás lo más polémico de ésta en particular, es que se utilizarán aguas que abastecen el 80% del consumo de la ciudad de Santiago.

Sin embargo, hay mucho más que decir al respecto. Alto Maipo implica la destrucción de la flora nativa y la reducción del caudal del río, aportando a la desertificación. Y no es menor contemplar que toda la energía generada va para la minería y no contempla cubrir una necesidad de los habitantes.

Por otro lado, este proyecto incluye a 2050 trabajadores donde tan sólo 50 son necesarios para su operación y 2000 para su construcción, lo que deja afuera el viejo argumento de que su implementación entregará trabajo estable en la zona.

Pese a todo, su estudio de impacto ambiental ya fue aprobado, pero ¿qué tanto más barato es un proyecto como Alto Maipo en comparación con las energías renovables no convencionales? Observando distintos proyectos disponibles en el sistema de estudios de impacto ambiental, se evidencia cómo las ERNC son más costosas que las convencionales, al menos en apariencia.

Alto Maipo ofrece una capacidad de generar 528Mw de potencia instalada con un costo de 700 millones de dólares, mientras que un proyecto de ERNC, como Parque Solar Estancia, de 88 MW tiene un valor de 160 millones de dólares. Cualquiera diría que ante esta relación Alto Maipo es más conveniente.

Lo que no se dice es cuál es el costo de arriesgar el 80% del suministro de agua de Santiago, aunque fuese por unos días,  o el valor de la desertificación; o por el mismo lado, y aún más difícil, cuantificar el valor del caudal de un río, en relación a servicios prestados para evitar una serie de problemas ecosistémicos, que se basan en probabilidades.

Lo que no se dice es cuál es el costo de arriesgar el 80% del suministro de agua de Santiago, aunque fuese por unos días, o el valor de la desertificación

¿Cuánto vale ese riesgo y quién lo paga? Aluviones, sequías, inundaciones, entre varios otros. Seguro un ingeniero buscaría ponerle números a cada uno de estos datos, pero el problema no es sólo su valoración económica, sino su valoración por parte de la sociedad.

Esto explica porqué los proyectos, que en cifras pueden ser rentables, son altamente impopulares. Es lógico: en la práctica tienen costos sociales ambientales que la población ya no tolera. Es lo que ocurrió con Hidroaysén y es lo que puede ocurrir con Alto Maipo.

¿Pueden ser, entonces, estos costos el verdadero peso que equilibre la balanza a la hora de decidir entre las energías convencionales y las ERNC en Chile?

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Ángela Gallardo Suárez

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1 Comentario

marco rocha rebolledo

Creo, que la mejor solucion si miramos que nuestro problema energetico es a corto plazo, el mas rapido y debemos mirar el lugar para el analisis, nuclear ii jamas!! ¿eolico? El relieve de la cuenca descarta sin contemplacion esa posibilidad, solo nos queda la hidroelectrica como solucion, claro! Se deben potenciar las mineras y el norte no es los impuestos de ellos los que ocupamos para crecer como pais.
o simplemente, deberemos volver al pasado.. señores CHILE crece a pasos agigantados y los recursos estan ahi, tambien se puede trabajar cuidando lo que tenemos, para que tanto pesimismo, votemos si los chilenos quieren mas energia ahora o no, ahora si en estos 10 años inventamos algo q no contamine y nos de la posibilidad de no intervenir el paisaje. Bienvenido sea…

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