Junto a la reforma es necesario plantear la necesidad de un nuevo currículum. Sin curriculum la reforma no tiene alma. Desde modificar los contenidos hasta la incorporación de horas recreativas para los alumnos, aunque sea majadero decirlo, es fundamental que los estudiantes realicen deporte u otras actividades por las tardes. Fue lo que originalmente se planteó con el ACLE pero nunca se concretó por la constante presión del ministerio para tener estándares de calidad internacional mermando toda instancia lúdica y recreativa y por consiguiente, dando una proyección académica para que el colegio fuera sólo Lenguaje, Historia y Matemáticas.
Otra constante curricular es la desaparición paulatina de las asignaturas de Educación Cívica, Música, Artes, Tecnología y Filosofía, y esto se debe en gran parte al desahucio que tiene el sistema por el ser humano integral. Un ser que esté sólo enfrentado a una disyuntiva llamada futuro y que no tiene herramientas para sobrevivir con sus reflexiones en la urbe. Al excluir asignaturas de avanzada como éstas formamos sólo individuos monolíticos, pasivos y poco reflexivos porque los condenamos a los eternos tests y exámenes de calidad sin marcar evidencia por la sensibilidad y la creatividad de ciertas asignaturas que colaboran con el proceso de aprendizaje y adopción de una mirada crítica del alumno con lo que le rodea. Es imposible hablar de Renacimiento en Historia sin nombrar el arte de Da Vinci, es imposible hablar de literatura contemporánea sin corresponder el arte de Roberto Matta. El curriculum actual es una mesa sin patas.
Reformular los contenidos en un nuevo curriculum significa dar una oportunidad al pensamiento libre y su flexibilidad para abordar ciertos tópicos que nos presenta el profesor. Contenidos que serán planteados en clases y que son afrontados por alumnos de manera íntegra mejoran los procesos y los objetivos de cara a tener un mayor desenvolvimiento del estudiante en el aula. Un alumno integral es aquel que comprende que Lenguaje debe ir de la mano de Ciencias, y Ciencias de Artes en una especie de columna vertebral del curriculum que haga cierta la verdad académica del educando, que es su necesidad de aprender para la vida y esporádicamente para los resultados. Creer en la educación de calidad significa también revitalizar los contenidos y sus formas metodológicas de entregarlo.
Lo que ha hecho el actual curriculum es menospreciar la tarea de asignaturas que se consideran “menores” dentro de la educación del estudiante. Cambiar ese paradigma es tarea del curriculum como también lo es la de un profesor crítico que cuenta con el apoyo unánime de un director o un jefe técnico abierto y colaborativo que, lamentablemente, se da en contadas ocasiones. Comenzar a modificar la creencia de que estas asignaturas son insustanciales es síntoma de educación integral.
Lo que ha hecho el actual curriculum es menospreciar la tarea de asignaturas que se consideran “menores” dentro de la educación del estudiante.
Dejar en pausa este cuestionamiento es prohibir la libertad de pensar, no hacer nada al respecto y dejar el curriculum tal cual está es gatillar en los estudiantes un vacío existencial y espiritual de cara a dar herramientas que colaboren permanentemente con el hacer educativo y con lo que nos espera como educadores y con lo que necesitan ellos para la vida.
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Foto: Wikipedia
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Omar Villanueva Olmedo
Reforma Educacional: ¿Burocrática o del nuevo milenio? Parte III http://elquintopoder.cl/?p=47848 #5poder vía @elquintopoder